Dicen que uno de los secretos de la humanidad es que constantemente estamos aprendiendo y mejorando como especie. Que cada año es mejor que el anterior y que todos tenemos el afán de aprender para ser mejores personas en todos los campos que envuelven nuestras vidas. Por suerte, los padres y las familias cada vez se preocupan más por el estilo de crianza que dan a sus hijos, pues quieren que sea el mejor de cara a que sean las mejores personas en el futuro.

Y ello a sabiendas de que la forma que tengan de relacionarse con el pequeño afectará de una u otra manera en su desarrollo y en las relaciones que forme posteriormente.
La Asociación Americana de Psicología establece cuatro tipos de crianza diferentes. Aunque, según varios psicólogos y expertos en crianza y educación hay uno más adecuado que los otros.
Antes de definir cuál es, definamos los cuatro estilos de crianza diferentes:
Estilo de crianza autoritario
El estilo de crianza autoritaria es uno de los que imperaba en España hace tan solo unos años. Suele ser típico de padres que aplican normas muy rígidas y minuciosas a sus hijos y que están a favor del castigo como método ‘corrector’ de comportamiento.
Además, suelen ser padres que alaban en exceso los aciertos del niño, pero reprochan demasiado aquellos errores que pueden cometer. En este caso la comunicación es más bien unilateral: el peque no se siente escuchado.
Las consecuencias son:
- Niños con baja autoestima
- Aprensivos
- Niños llenos de ira y con mucho temperamento
- Con miedos y temerosos
Estilo de crianza permisivo
Si el anterior se identifica por límites demasiado estrictos, este modelo de crianza se relaciona con la ausencia de límites o con límites demasiado laxos. “Estos padres no controlan de cerca las actividades de sus hijos ni les exigen un comportamiento adecuado en determinadas situaciones”, establece la Asociación Americana de Psicología.
La ausencia de límites o la excesiva permisividad en estos puede provocar:
- Niños tiranos
- Demasiado rebeldes y agresivos
- Dominantes
- Con baja autoestima
- Baja tolerancia a la frustración
Estilo de crianza pasivo
El practicado por padres indiferentes, que tienden al rechazo cuando sus hijos intentan expresar sus emociones. Son padres poco accesibles que, en muchas ocasiones, están ausentes. Son padres que practican el apego ansioso-ambivalente: aquél característico de familias a las que les causa estrés y descontrol atender las necesidades emocionales de los niños.
Estilo de crianza autorizado
Practicado por padres que están en sintonía con las necesidades emocionales de sus hijos y que, además, las atienden otorgándoles la autonomía necesaria y estableciendo una relación con límites sanos. No apuestan por el castigo ni los gritos para corregir, sino más bien por las reglas, el diálogo y el razonamiento común. Se identifica con padres que practican el apego seguro.
Esto desemboca en:
- Niños empáticos y autónomos
- Personas cooperativas y con gran capacidad de autocontrol
¿Cuál es el mejor estilo de crianza, según la ciencia?
“Todos practicamos uno u otro estilo de crianza y, además, lo hacemos de manera inconsciente, basándonos, sin querer, en el estilo de crianza que nuestros padres han practicado con nosotros”, nos contaba hace unos meses el psicólogo Rafa Guerrero. De acuerdo a él, todos los padres tienden a practicar el apego seguro pues él, de acuerdo a su experiencia y formación, el estilo de crianza más respetuoso con el desarrollo infantil. Sin embargo, solo un 60% de las personas que quieren practicarlo pueden hacerlo a priori: “Yo puedo tener ganas de conducir un camión, pero si no sé hacerlo, no podré”, argumentaba. Y es que, asegura, para practicar el apego seguro hace falta tener sentadas sus bases y, si los padres no lo han practicado con sus hijos, habremos de asistir a terapia para sentarlas y poder practicarlo con los peques en la actualidad.
De acuerdo a él se sitúan diferentes estudios científicos recogidos en este artículo de la revista Parenting Science: “Los niños criados por padres autorizados tienen más posibilidades de ser independientes, autosuficientes, socialmente aceptados, académicamente exitosos y tener buen comportamiento”, argumentan. Lo hacen basándose en los resultados de una investigación llevada a cabo en 1999, entre otros.
“Si bien los hijos de padres autorizados no son inmunes a sufrir problemas de salud mental o dificultades a la hora de relacionarse o abusar de sustancias, son comportamientos más vistos en hijos de padres autoritarios, pasivos o permisivos”, explica también la psicóloga infantil Francyne Zeltser en este artículo.