Danza: ¿en qué momento pueden los niños aprender a bailar?
Aunque ha proliferado en los últimos años la actividad de predanza para peques de dos y tres años, no es hasta los cuatro años cuando la mayoría de academias y expertos hablan ya de danza propiamente dicha.
Desarrollo psicomotor, creatividad, expresividad, comunicación gestual, memoria, ética de trabajo, compañerismo, socialización, hábito deportivo, sentido musical, conocimiento de su cuerpo y sus límites, motivación y curiosidad… la lista de virtudes que la danza tiene para aquellos niños que la practiquen es larguísima, y por eso casi nadie tiene dudas de lo gran actividad que es.
Sin embargo, los padres que están pensando que sus hijos se inicien en esta disciplina artística ante el interés que estos demuestran en ella sí tienen una duda que necesariamente deben resolver antes de tomar la decisión: ¿a qué edad pueden los niños empezar a dar clases de danza?
Nosotros mismos nos hemos dado cuenta a partir de nuestra experiencia personal de que también teníamos la duda y por ello hemos consultado distintas academias especializadas para conocer si existe quórum entre los expertos ante esta pregunta. Y sí la hay. Es a los 4 años cuando los niños pueden empezar a recibir sus primeras nociones de danza. Antes de dicha edad hay muchas academias que ofrecen una actividad que suelen bautizar como “predanza”, apta para peques de dos y tres años, en la que trabajan sobre todo el movimiento psicomotor a través de los juegos, el movimiento y la música, por supuesto.
Pero no es hasta los 4 años de edad cuando los niños desarrollan ciertas habilidades necesarias a nivel físico y mental para aprender danza. Sobre todo su nivel de atención no les permite hasta esta edad atender durante toda una clase ni siquiera memorizar movimientos coordinados, por no hablar de sus limitaciones físicas, propias de peques que siguen depurando acciones tan básicas como correr, saltar o rodar, por ejemplo.
El momento adecuado
A los 4 años se puede introducir un trabajo más específico de danza en los peques, y no importa que antes no hayan asistido a predanza porque el punto de partida es muy similar en ambos casos. Además, hasta los 8 años los entrenamientos no pueden ser muy rigurosos a nivel físico porque sus huesos no están todo lo fortalecidos que requieren una disciplina artística tan exigente como la danza, por lo que las clases se centran en la coordinación y el desarrollo de destrezas básicas de movimiento. No es necesario tampoco que el aprendizaje se ciña a un tipo de baile en concreto; a partir de los cuatro años el ballet, los bailes folklóricos o la danza moderna son alternativas válidas para que los niños se inicien en el mundo de la danza.
Será a partir de los 8 años cuando ya podrán recibir clases más estructurales y por consiguiente más exigentes a nivel físico, pero en todo caso es fundamental que sigan viendo la danza como una forma de diversión y distracción, nunca como una obligación o una responsabilidad. Tan importante es que la actividad sea adecuada para su edad, como la forma en la que esta se afronte o se enseñe. Y mucho tiene que ver en ello la actitud de los padres. Conviene no olvidarlo con independencia de si es danza, baloncesto o pintura el hobby que practiquen en horario extraescolar los peques.