Artes marciales: cuáles son las mejores para iniciarse y a qué edades
A partir de los 4 años es un momento ideal del desarrollo del niño para probar por primera vez algunas de las que se imparten en nuestro país, como el kárate, el judo o el taekwondo.
Hubo un tiempo, no hace tantos años, sobre todo a partir del fenómeno Kárate Kid, a partir de los 80 y hasta los dosmil, en los que las artes marciales eran una de las extraescolares de moda entre los niños. Al kárate y al judo pronto se le unió el taekwondo, entre otras disciplinas, y los gimnasios especializados inundaron los barrios.
Fue una época dorada para las artes marciales, que dejó un terreno abonado que todavía hoy da sus frutos en forma de menores de edad que las practican por mucho que ahora las opciones para hacer deporte se hayan diversificado todavía más.
Muchos son los padres de niños pequeños que se preguntan a qué edad pueden apuntar a sus hijos a alguno de estos deportes, en su amplia mayoría de origen asiático. Saben de las virtudes que tienen estas disciplinas deportivas diseñadas en pos de la autodefensa, tanto físicas como mentales, y quieren aprovechar el interés que muestran los pequeños de la casa por ellas para que prueben. Pero dudan de la edad mínima y de a cuál de todas las opciones disponibles apuntarles.
¿A qué edad empezar?
Esta incógnita es la más sencilla de despejar ya que el consenso es casi total entre los expertos al respecto: los cuatro años es una edad ideal para empezar. Pueden hacerlo después, por supuesto, pero a partir de los cuatro ya serán admitidos en muchos gimnasios en los que se imparten clases de iniciación a grupos prebenjamines.
Es a los cuatro años y no antes -salvo raras excepciones- porque el niño logra mayor control del equilibrio a partir de dicha edad, y también tiene una mano dominante, lo cual influye en la habilidad y la precisión. Esto son argumentos físicos, pero también los hay de índole mental, ya que a los cuatro años su nivel de autonomía empieza a ser real, y su control de las emociones también es el suficiente para poder recibir el tipo de formación que requiere cualquier arte marcial, entre otros factores. En definitiva, su desarrollo psicomotor es el adecuado para afrontar con éxito el aprendizaje de una disciplina deportiva con las exigencias de las artes marciales.
¿Cómo elegir disciplina?
Dicho esto, es más difícil de contestar la segunda cuestión planteada, ya que son varias las artes marciales adecuadas para niños a partir de cuatro años. Es el caso del mencionado kárate, disciplina exigente a nivel físico donde se potencia el desarrollo del aparato psicomotor, la velocidad y la flexibilidad; del judo, en el cual se trabaja mucho el control y el conocimiento del cuerpo a través de técnicas y movimientos específicos de esta disciplina en la que se trabaja más en el suelo con respecto al kárate; o el taekwondo, la disciplina más dinámica de las tres, donde la explosividad es una de sus características. Es muy interesante entre otras cosas porque en edades infantiles es al mismo tiempo un deporte individual y colectivo, ya que se entrena en equipo la técnica.
También son dos artes marciales muy conocidas por el público occidental en general el aikido y el kung fu, si bien no se suelen asociar su práctica a los niños. Sin embargo, ambas son disciplinas aptas para los peques, siendo el kung fu más espiritual y mental, y el aikido más enfocada en cuestiones como el autocontrol, la postura corporal o la flexibilidad.
De todos modos, lo recomendable a la hora de elegir disciplina es que sea el niño quien tenga voz en la toma de la decisión, que se le escuche y se le haga partícipe de ello, ya que la motivación es clave para que le guste. Además, la mayoría de los centros especializados que imparten artes marciales, por no decir todos, ofrecen la posibilidad a padres y niños de que estos tomen una clase de prueba, a modo de toma de contacto.