La doctora Lucía Galán Bertrand, pediatra de referencia para muchas familias en las redes sociales, ha dedicado un post divulgativo reciente a desmontar uno de los mitos más extendidos del verano: los remedios caseros contra las picaduras de medusa, tanto en niños como en adultos.
Las medusas son temidas por padres y madres, tanto que a menudo los peques desarrollan la misma fobia y miedo a este animal, que puede provocar lesiones en la piel si nos pica. Bien podría ser una de las estrategias del psicólogo Alberto Soler para que los niños salgan de la piscina a la primera si existieran medusas de agua dulce...
Bromas aparte doctora Galán Bertrand explica que ha oído a menudo que el amoniaco y la orina sirven para tratar picaduras de medusa, y también cita en el vídeo la arena, que se utiliza para frotar sobre la lesión, e incluso el agua mineral. Nada de esto, según la pediatra, sirve. “La evidencia científica es sólida y no, no funcionan”, afirma con rotundidad.

En cambio, sí funcionan las recomendaciones y forma de proceder reflejadas en las guías de práctica clínica, que explicamos a continuación de la mano de Lucía Mi Pediatra:
- Mantener la calma
“Si nuestros hijos nos ven perder el control ellos pierden el control”, dice Lucía Mi Pediatra sobre este primer consejo ante la picadura de una medusa.
- Retirar los restos de una medusa
El segundo consejos es quitar, si los hay, los restos de la medusa que ha picado al peque (o a un adulto). ¿Cómo hacerlo? “Nunca con la mano porque nos picaría a nosotros, y nunca frotando con arena porque empeora la lesión”, advierte la pediatra.
Los restos de la medusa se retiran utilizando agua del mar. “Hay que intentar echar agua del mar, coged un cubo o una botella y echad agua salada sobre la lesión”, dice Lucía Mi Pediatra. La experta recalca que “no se echa agua dulce, no agua embotellada y no agua mineral, sino agua salada”.
A continuación, la pediatra recomienda coger una tarjeta o superficie similar que tengas a mano en la cartera o bolso de playa, y con ella, retirar los tentáculos arrastrándolos fuera de la piel del menor o del adulto. “Con mucho cuidado de que no nos caiga a nosotros en la mano”, apunta Lucía Mi Pediatra, que también desmonta otros mitos en su último libro, como que los virus no entran por los pies.

- Buscar un puesto de socorro
El tercer consejo es buscar un punto de asistencia sanitaria, que en la mayoría de playas urbanas o más transitadas existe. De esta forma, el niño o niña puede recibir asistencia sanitaria si así lo precisa. “Cuando son lesiones pequeñitas —dice la doctora Galán Bertrand—, no suele ser necesario, pero a veces las lesiones son muy extensas”.
Será el profesional que valore la lesión el que decida si utiliza algún fármaco o no. “Si hay mucho picor, puede ser que os recomienden un antihistamínico oral, si hay mucho dolor a veces se pauta Ibuprofeno, y si hay mucha inflamación a veces damos una crema de corticoides durante unos días para bajar esa inflamación”, explica Lucía Mi Pediatra.
En cualquier caso, insistimos en que debe ser el profesional sanitario quien tome la decisión clínica a tomar. “Ni orina, ni amoniaco en las picaduras de medusas”, subraya la doctora.
Además, la doctora y divulgadora apunta que si la picadura afecta a la cara o a los genitales, es conveniente que la persona sea evaluada por un médico, no solo en el puesto de socorro. “A veces estas lesiones empeoran si se dan en cara o genitales, donde se pueden edematizar con mucha más probabilidad y a veces nos dan algún susto”, señala Lucía Mi Pediatra.
Y también es importante, según la médico, tener en cuenta las posibles alergias. Por eso, a veces, dice Lucía Mi Pediatra, los niños o adultos que tengan múltiples alergias, ya sean a alimentos, fármacos u otras cosas, “hacen reacciones muy exageradas”. Si es así, en pacientes multialérgicos, “por supuesto, asistencia sanitaria”, apostilla la doctora Galán Bertrand.