El primer punto es establecer las prioridades. Ante todo las vacaciones son para disfrutarlas. Tanto si se hace un turismo de sol y playa, montaña o si se aprovecha para ir a visitar ciudades y disfrutar de las famosas procesiones de Semana Santa, tiene que primar el descanso. Los deberes y las tareas deben estar en un segundo plano, mientras se dedica el tiempo al disfrute.
Aprovechar el tiempo en familia
Cada día resulta más complicado poder disfrutar de esos pequeños momentos en los que hijos y padres organizan una buena excursión al campo, una visita a una exposición o una sesión de cine vespertina. Las opciones son infinitas y siempre es recomendable realizar aquellas actividades que permitan la participación de toda la familia. ¡Los juegos de mesa también son muy buena opción mientras la familia está en casa!
Establecer una rutina
Tanto si el niño tiene que hacer deberes como si no, resulta importante contar con una organización. No debemos permitir que durante el periodo de vacaciones el niño cambie en exceso sus horarios y se descompense. Estableciendo un horario diario más relajado que durante el período lectivo conseguiremos que no le resulte complicado adaptarse de nuevo al día a día del colegio.
El tiempo justo, no más de una hora
Hacer los deberes no tiene que ser una lucha continua entre los padres y los hijos y para ello hay que evitar empachos de trabajo. Entre media hora y cuarenta y cinco minutos es el tiempo idóneo que deben dedicar diariamente los niños a la realización de tareas escolares, nunca más de una hora al día. Resulta importante que el niño se haga cargo y responsable de sus deberes.
Continuar y reforzar el hábito de lectura
Padres y profesores tratan de inculcar el amor por la lectura durante todo el año y el periodo de vacaciones se tiene que aprovechar para reforzarlo. La lectura, además de ser un placer y fomentar la imaginación, es una importante herramienta para el aprendizaje y que facilitará a los niños recuperar el ritmo a la vuelta al cole.
Usar actividades lúdicas como experiencias para el aprendizaje
Los museos, las salas de teatro y las visitas culturales pueden ser tan educativas como lúdicas. Por ello, se recomienda ir a lugares adaptados donde los niños puedan divertirse y aprender al mismo tiempo. El aprendizaje a través del juego es mucho más penetrante y es recordado durante más tiempo que el aprendizaje formal.
Si ha habido problemas con el aprendizaje, definir si es necesario un apoyo para apuntalar lo aprendido
A veces el proceso cognitivo se realiza de manera positiva, pero más lentamente. En estos casos es conveniente reforzar los conocimientos aprendidos para evitar olvidarlos durante el periodo vacacional. Apuntalar los conocimientos con ejercicios, lecturas y con un refuerzo positivo resulta indispensable.
#StopDeberes
Es una lucha recurrente. Los niños llegan a casa con tantos deberes que no tienen tiempo de jugar o leer; los padres haciendo también las tareas escolares y la vida familiar se complica. Por eso, la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado, CEAPA, que integra a más de 11.000 asociaciones de madres y padres del Alumnado de todo nuestro país, de nuevo en lucha por la erradicación de los deberes escolares, especialmente en las vacaciones que se avecinan de Semana Santa, pero sin olvidar el día a día.
CEAPA quiere resaltar las siguientes cuestiones al respecto:
- Los deberes no están relacionados con el éxito escolar.
- Los deberes escolares representan, en gran medida, el fracaso del sistema educativo, que sobrecarga a niños y niñas de tareas para “afianzar” aprendizajes que no se están alcanzando debidamente en la escuela. Desde CEAPA siempre hemos trasladado que los niños y niñas deberían cumplir el proceso de enseñanza y aprendizaje en la escuela, dentro de su horario escolar.
- Los deberes, lejos de fomentar el desarrollo integral de la persona, forman parte de la herencia dañina de un método pedagógico obsoleto basado en la memorización y en la repetición de contenidos.
- Provocan desigualdades sociales: que un niño o niña los ejecute mejor o peor depende del nivel socioeconómico y cultural de su entorno. Mientras unas familias intentan ayudar a sus hijos e hijas, otros recurren a clases particulares o academias y otros muchos no tienen ni el nivel educativo ni el dinero para poder pagar esos apoyos. Además, los deberes en muchos casos cuentan en las calificaciones y el no hacerlos puede ser motivo de sanción.
- Cuantas más familias sientan la necesidad de recurrir a las clases y profesores particulares para completar la educación de sus hijos e hijas, más estará fracasando el sistema educativo reglado en el objetivo de educar a toda la población escolar y de garantizar la igualdad de oportunidades.
- Crean tensiones entre padres y madres e hijos e hijas. Además, muchas veces, se quedan sin jugar y realizar otras actividades por tener que hacer los deberes, lo que genera más rechazo. Es cierto que los niños y niñas tienen que aprender cuáles son sus obligaciones, pero los deberes no son el vehículo para ello, ni tampoco pueden ser el motivo que les haga perder su tiempo
- Constituyen un problema en la conciliación familiar al no disponer de tiempo para la supervisión del trabajo fuera del colegio.
- Los menores necesitan tiempo para realizar actividades deportivas, culturales o de esparcimiento, que también contribuyen a su desarrollo personal.