Autor: Lidia García Fresneda
La edad de nuestros hijos, y si saben o no nadar, marcará el ritmo de la jornada. Antes del año, los pequeños juegan con la hierba y los bichitos, y gatean más cerca que lejos. A los dos años la cosa cambia: lo exploran todo y habrá que estar muy alerta, porque ya no les importa tirarse de cabeza al agua aunque no sepan nadar.
De los tres años en adelante necesitarán atención especializada en emociones fuertes y no querrán salir del agua. Además, demandarán insistentemente la colaboración de papá o mamá.
Juegos para los que tienen miedo al agua
- Para que pierdan el miedo a meter la cabeza se puede jugar a echarles agua en la cara. Al principio no les hará gracia, pero si ellos también nos salpican y hacemos mucho teatro, pronto lo disfrutarán.
- También está «la medusa»: se doblan hacia delante hasta que su cara toca el agua y hacen burbujitas. Les encanta.
- O «la estrella»: se tumban boca arriba sobre el agua, manos y pies abiertos, mientras les sostenemos con seguridad desde abajo (sin quitar las manos).
- Para los que no se sueltan del bordillo dentro del agua, nos colocamos a su lado y les invitamos a pasar rodeándonos.
- Lanzar uno de sus juguetes piscina adentro para que lo cojan. Les motiva bastante.
Juegos en la piscina pequeña
- El brujo: este juego es para varios niños. El brujo (adulto) tiene una bola mágica (pelota). Cada vez que dice una palabra mágica puede tocar a un niño y convertirlo en sapo, árbol o pájaro. El «tocado» se convierte en su ayudante y, cuando vuelve a decir la palabra mágica, él y sus ayudantes tocan a otros niños. Gana el último en ser tocado.
- Tiburón: Papá es un pez y los niños, tiburones que lo persiguen para comérselo. O al revés: papá es el tiburón, y los pececillos huyen de él.
- Baile del globo: 4-5 años. Se agujerea un globo con un alfiler, se llena de agua y se anuda. Hay que pasárselo intentando que no se quede vacío ni estalle en nuestras manos.
Juegos para los que ya saben nadar
Asesora: María del Mar Morales, monitora de natación.