Sexo después del bebé, ¿qué cambia para el hombre?
Aunque no viva en primera persona el embarazo y el parto, el hombre también se ve inmerso en un mar de cambios cuando tiene un bebé. La pareja se convierte en trío. ¿Dónde queda la vida sexual?
El hombre tiene que asumir el rol de padre y acompañarnos en la adaptación física y emocional que produce la maternidad en su compañera.
En la primera etapa después de tener un niño, durante el posparto, es normal que surjan problemillas a la hora de vivir el sexo. Con paciencia, todo volverá a ser como antes o mejor. Cuando los hombres se convierten en padres, además de adaptarse a los cambios que experimenta su pareja, lo habitual es que tengan sentimientos encontrados.
No es mi pareja, sino la madre de mi hijo
El nacimiento de un hijo supone un cambio de roles. Pasamos de ser seres individuales a ser padres.
Los que nos rodean comienzan a vernos de forma diferente, nuestra pareja también. Y a veces esto tiene repercusiones en el plano sexual.
En poco tiempo, de ser pareja, compañera y amante, la mujer pasa a ser madre. En un primer momento esta circunstancia puede restar espontaneidad a la relación sexual, pero será pasajero. Cuando hayamos integrado al bebé en nuestras vidas, la relación también será más fluida. Ver a nuestra pareja como la madre o el padre de nuestros hijos debería ser un elemento enriquecedor.
No es fácil tener sexo con el bebé cerca
Ya no vivís los dos solos, ahora sois tres, en todo momento. Para comer, para salir a pasear... y para mantener relaciones sexuales. Obviamente, no es cómodo hacerlo con el bebé delante, aunque esté dormido. La intimidad es muy importante en la sexualidad, de lo contrario puede resultar un fracaso.
Debemos buscar nuestros espacios y nuestros tiempos, si es posible sin intromisiones. En muy poco tiempo, nos habremos acostumbrado a la nueva estructura familiar.
Como da el pecho, lo veo «diferente»
El pecho femenino es un elemento de un intenso poder erótico y sexual. Pero las mamas femeninas de los mamíferos están creadas para alimentar a los hijos y cuando acabamos de parir, esta es la función que prevalece.
Los pechos cambian de forma, la sensibilidad varía y, además, se produce la secreción de leche de forma incontrolada, especialmente durante el orgasmo. Esto, que a muchos hombres les puede resultar tierno, a otros les produce miedo, incluso rechazo, y puede interferir en el acto sexual.
Algunos pueden sentir que el pecho de su pareja ahora 'pertenece' al bebé y evitan el contacto.
La mejor manera de romper esa barrera es hablar de ello. Nuestro cuerpo sigue teniendo la misma función sexual y el placer que podamos sentir y proporcionar es independiente de que nuestro aspecto haya cambiado temporalmente, aunque debemos respetar también que para ellos no sea agradable ver que fluye leche.
Puede ayudarnos, tanto al hombre como a la mujer, que ella use ropa interior diferente de la que se pone para dar de mamar, para diferenciar ambos momentos.
La llegada de un hijo obliga a buscar nuevos tiempos y lugares para mantener una relación. Si le echamos imaginación, el cambio puede resultar excitante y enriquecernos como pareja.
Gema Magdaleno, matrona del Hospital la Paz, Madrid.