En los últimos años he observado un interés creciente por el tema de chupetes. Antes, sencillamente la mayoría de personas asumían que los bebés llevan chupete y se lo ponían sin más.
Se compraba como “parte del pack” entre pañales, carrito y cuna. Pero ahora cada vez hay más padres que me preguntan si es obligatorio ponerlo, de qué material o de qué tipo es más recomendable o si tiene que empeñarse en metérselo a su bebé por narices, aunque éste no quiera.
No hay nada en esta vida que sea todo ventajas o todo inconvenientes. El chupete tampoco iba a ser la excepción. Repasemos los pros y los contras:
Ventajas del uso de chupetes

- Calma al bebé. Evidentemente. Y el principal motivo por el que se lo ponemos. ¿Sabes cómo se dice chupete en inglés? Literalmente: pacificador. Está comprobado que el movimiento de succión produce una sensación placentera y relajante.
- Reduce el riesgo de muerte súbita infantil. Está demostrado que si el bebé utiliza chupete mientras duerme esto se traduce en un menor riesgo de muerte súbita.
- Reduce la estancia hospitalaria en caso de bebés prematuros.
- En los estudios más actualizados no se evidencia que el uso del chupete disminuya la duración de la lactancia materna.
Principales inconvenientes de los chupetes
- Si se usa desde el nacimiento y se opta por dar el pecho, el chupete puede crear confusión a la hora de establecer la lactancia materna. En este caso es mejor ofrecer el chupete a las dos o tres semanas de vida del recién nacido, una vez que la lactancia materna esté totalmente establecida.
- El uso prolongado del chupete conlleva alteraciones en la forma de la lengua o el paladar. Podemos encontrarnos con mordidas abiertas, diastema o paladares ojivales. No se recomienda alargar el uso del chupete más allá del primer año, cuando el riesgo de muerte súbita es absolutamente excepcional.
- Retirar el chupete puede convertirse en una auténtica odisea para aquellos niños que lo han convertido en un elemento de apego importante en sus vidas, sino el que más.
- También en los niños que prolongan el uso del chupete se observa mayor número de caries. Esto se debe a que, al comer, el chupete está en contacto con restos alimenticios y bebidas azucaradas, aumentando los riesgos de que se formen caries.
Partes de un chupete
Las partes en que se divide un chupete son: La tetina, que es la parte que se introduce en la boca. El escudo, que es la parte que queda por fuera de los labios. Y el cuello, que es la zona de unión entre tetina y escudo. Existen modelos en los que estas tres partes están bien diferenciadas y también otros modelos “todochupete” que están hechos de una pieza.
Tipos de chupete
Existen varios tipos atendiendo al material y a la forma de la tetina. En cuanto al material básicamente tenemos tetinas de silicona y tetinas de látex.
El látex es un producto 100% natural. Es un material color amarillento, resistente, blando y muy elástico, por lo que a priori podría parecer la opción ideal. Pero también es higroscópico, es decir, absorbe el agua y retiene olores. Si optáis por un chupete de látex seguramente tendréis que cambiarlo a menudo, ya que se deformará y quedará pegajoso con el uso.
En cuanto a la silicona médica, se trata de un producto químico y transparente. No absorbe olores ni sabores y no varía su tamaño con el uso, aunque sí puede adoptar el color de los alimentos con los que entra en contacto. Aunque es muy resistente, es menos flexible.

En cuanto a la forma de la tetina encontraremos tetinas de forma redonda y grande (en forma de cereza), tetinas anatómicas (con la parte distal biselada) y tetinas fisiológicas.
¿Y qué es lo más recomendable? Pues la tetina que sea menos intrusiva en la boca del bebé. Las tetinas fisiológicas son las más delgadas y son iguales por la parte superior y la inferior de forma que da igual si el bebé la gira dentro de su boca, la parte que contacta con el paladar y la lengua siempre serán de la misma forma y el mismo tamaño. En el caso de las tetinas anatómicas esto no sucede así, al tener una forma diferente en la parte que teóricamente debe contactar con el paladar y la parte inferior que debe contactar con la lengua. Y, por último, tenemos las tetinas redondas, llamadas de cereza. Son las menos aconsejables. Son grandes, aumentan el espacio entre lengua y paladar, entre incisivos, su uso prolongado provoca paladar ojival y suelen tener un cuello grande y rígido que va a deformar los dientes incisivos.
¿Qué hay que tener en cuenta al comprarlos o antes de utilizarlos?
- Asegurarse de que el chupete se ajusta a la norma europea y está homologado.
- Los chupetes deberán ser lo suficientemente sólidos como para que no se separen en pequeñas partes con las que el niño pueda atragantarse o asfixiarse.
- Los protectores de los chupetes deben tener agujeros de ventilación.
- No poner a un bebé que duerme un chupete con una cadena o cinta, ya que presentan riesgo de estrangulación.
- El escudo del chupete debe tener agujeros de ventilación. Esto no es para evitar las irritaciones y dermatitis alrededor de la boca, sino para poder ventilar al niño en caso de que se trague el escudo del chupete.