Los accidentes domésticos con niños ocurren. Nos pueden pasar a cualquiera. No solo ocurren en las películas o a personas lejanas cuyo relato nos llega a través del boca a boca. Y porque ocurren y pueden tener consecuencias graves es conveniente poner todo de nuestra mano para evitar que ocurran y también aprender a gestionarlos en caso de que tengan lugar.
Ya hemos dedicado espacios exclusivos a distintas situaciones de riesgo para los peques en casa. Te hemos contado cómo proteger y preparar la vivienda para un bebé, qué hacer ante determinado tipo de heridas y golpes, y en este caso vamos a hacer lo propio con las quemaduras en general, y con las que provoca el aceite en particular.
“Cuando el niño comienza a desplazarse, gateando o caminando, y aumenta su curiosidad, el riesgo de que ocurra una quemadura crece de forma exponencial, por lo que son muy frecuentes en los niños con una edad comprendida entre los 12 y los 24 meses”, afirman desde la Asociación Española de Pediatría.
Al cocinar, muchas ocasiones es imposible mantener a los niños lejos de la cocina. Y, aunque afortunadamente son pocas las ocasiones en las que ocurre, a veces se puede producir un accidente con el fuego, con agua hirviendo o con el aceite caliente. De hecho, los accidentes en la cocina son los más habituales en el hogar con niños implicados. “El 90% de estos accidentes ocurren en el hogar, especialmente en la cocina cuando se está preparando la comida”, especifican desde la AEP.
Cómo reaccionar ante una quemadura
Como ya te hemos explicado en ocasiones anteriores, la piel de los niños no se puede equiparar a la de los adultos hasta, aproximadamente, los seis años de edad. Hasta ese momento, es más fina, y por lo tanto más proclive a sufrir quemaduras graves.
Cuando un niño se quema con agua hirviendo o aceite caliente los nervios y la urgencia son incompatibles con medir la gravedad de las quemaduras y, además, ni siquiera es fácil determinarla. Eso lo harán los servicios médicos cuando atiendan al niño en todo caso. Lo importante es reaccionar rápido y, sobre todo, hacerlo de forma eficaz.
Un documento ideal para aprender primeros auxilios esenciales es la guía para padres elaborada por profesionales del hospital Niño Jesús de Madrid. En ella se detallan los ocho pasos que los adultos deben llevar a cabo cuando se el niño se quema. Son generales, pero son aplicables a las quemaduras que se producen en la cocina al cocinar:
- Apartar de la fuente de calor.
- Retirar inmediatamente la ropa caliente (excepto la que esté pegada a la piel), anillos, collares...
- Enfriar con agua corriente durante 15-20 minutos (esto no se debe hacer en las quemaduras producidas por gasolina).
- Cubrir la zona quemada con un paño limpio.
- No aplicar pomada.
- No romper las ampollas, si existieran.
- Administrar un analgésico para aliviar el dolor.
- Acudir al médico si la quemadura afecta a la cara, las manos o pies, los genitales o es profunda.
Además, tal y como advierte la AEP en este texto divulgativo, tampoco se debe utilizar hielo para enfriar la quemadura ni frotar la quemadura, y en caso de que las ampollas estén rotas, hay que “lavarlas con agua y jabón y cubrirlas con un apósito estéril, dejándolo flojo”, aclara.
¿Cómo puede prevenirse?
Para prevenir este tipo de quemaduras en los niños al cocinar es recomendable seguir unos consejos tan sencillos como los que aporta Jesús Garrido, el pediatra detrás de mipediatraonline.com. Según Garrido, hay que prestar atención especial al retirar del fuego recipientes con agua muy caliente y al utilizar aceite caliente. En el primero de los dos casos, “Es importante si hay un niño cerca que no estén a su alcance, con las asas de los cazos haciendo algo tan simple como girarlos para que no queden hacia el exterior de la encimera”, mientras que al respecto del aceite para freír, el médico recomienda también “poner siempre las asas de forma que el niño no pueda colgarse de ella volcándosela encima”.
Estas últimas son quemaduras más frecuentes según el pediatra, que incide en no empezar a freír con el niño cerca y en tener “siempre preparada la tapa de la sartén para aplicarla en cuanto eches lo que vas a freír”. Además, aconseja “retirar siempre la sartén del fogón antes de abrir la tapa para que la intensidad de ebullición del aceite baje un poco”.