Las actividades extraescolares que se puedan darse en verano, son totalmente distintas a las que disfrutan a lo largo del curso académico. Con el fin de este, es muy común que los padres y tutores legales apunten a sus hijos a otras actividades, como campamentos de verano y excursiones donde pasen el día fuera de casa.
Es una forma de que estén entretenidos sin ningún estímulo de pantallas y pasando un día inolvidable. Sin embargo, este tipo de excursiones hacen que se cambie de forma drástica la alimentación de los pequeños y expertos de la salud, como el farmacéutico Fernando Hidalgo Zarco, arrojan una explicación lógica de por qué son más comunes los vómitos y las diarreas en verano.
¿Qué cambios sufren los niños cuando acuden a campamentos y excursiones?
Durante el verano, cuando los niños acuden las excursiones y campamentos de verano experimentan cambios en su alimentación y en la rutina diaria que pueden influir en su salud digestiva. Estos cambios son provocados por la modificación de su dieta diaria y el consumo de comida rápida, así como el consumo de agua que puede estar contaminada o tratada de manera incorrecta, y esto aumenta el riesgo padecer de trastornos digestivos como diarreas o infecciones gastrointestinales.
Según la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP), el dolor abdominal acompañado de vómitos y diarreas, son los principales síntomas de trastornos gastrointestinales de los niños durante el verano.

¿Por qué estos síntomas en concreto?
La aparición de estos síntomas se puede deber a que las altas temperaturas facilitan la proliferación de bacterias y virus en los alimentos y el agua, incrementando así el riesgo de intoxicaciones alimentarias y gastroenteritis. Además, durante las actividades al aire libre y los campamentos, los niños están más expuestos a consumir alimentos y bebidas que pueden no cumplir con los estándares adecuados de higiene, provocando esta sintomatología.
Se le suma la falta de refrigeración adecuada y la manipulación incorrecta de los alimentos, factores adicionales que contribuyen a este problema. También, la deshidratación provocada por el calor puede agravar estos síntomas.
¿Qué remedios podemos poner para evitar estos episodios?
Para evitar esos trastornos intestinales, es necesario mantener de forma adecuada la cadena de frío de los alimentos y asegurar una correcta desinfección de estos (especialmente de las frutas y verduras). Además, es importante que los niños sean conscientes de las medidas de higiene, como el lavado de manos frecuentes, ya que durante los campamentos pasan un gran periodo de tiempo jugando al aire libre.

¿Existen medicamentos que sean seguros para ellos y evitar estos síntomas?
Sí, es recomendable compaginar una dieta equilibrada con probióticos, que aportan un efecto protector en la barrera intestinal y ayudan a reducir la diarrea. En este sentido, IntestiKid de Schwabe Farma, es un ejemplo para cuidar la salud digestiva de los más pequeños, ya que contribuyen al buen mantenimiento de las mucosas en condiciones normal y al correcto funcionamiento del sistema inmunitario.
¿Qué dieta se recomienda para los meses más calurosos del año?
En verano, una recomendación, que se encuentra en el Manual Práctico de Nutrición en Pediatría, es preparar a los niños alimentos frescos, ligeros y ricos en agua. Es beneficioso recurrir a las frutas y verduras de temporada, como los tomates, la sandía, el melón, los melocotones o las ciruelas, que ofrecen una gran hidratación y aportan vitaminas y minerales. Además, es imprescindible aumentar la ingesta de líquidos para prevenir la deshidratación, que puede aparecer debido a las altas temperaturas y a una mayor actividad física.

¿Por qué los probióticos son tan importantes en su dieta?
Debido a su capacidad para mantener y mejorar la salud digestiva. Estos microorganismos vivos equilibran la microbiota intestinal, ayudando a producir ácidos grasos de cadena corta, favoreciendo así a la digestión y absorción de nutrientes, según un estudio de la revista europea de Nutrición. Gracias a ellos, se previenen y tratan problemas gastrointestinales como diarreas y vómitos, que son más comunes en esta época del año.
Además, los probióticos fortalecen el sistema inmunológico, ayudando al cuerpo a combatir infecciones que pueden ser más frecuentes durante las actividades al aire libre y los campamentos.