¿Por qué es importante que los niños llamen a los genitales por su nombre?

Muchas personas utilizan nombres especiales para referirse a los genitales de sus hijos y son esos nombres los que los niños conocen para aludir a esta zona de sus cuerpos. Es importante hablar claro y llamar a los genitales por su nombre. ¿Sabes por qué? Te lo contamos de la mano de los expertos.

"Toto", "colita", "pepe", "pito", "colilla", "culete de delante", "churrilla", "cuevita"...son muchos los "apodos" o "motes" que utilizamos para referirnos a los genitales de nuestros hijos y son estas las palabras que nuestros pequeños aprenden y utilizan para referirse a esta parte de su anatomía. Sin embargo, los expertos aconsejan hablar de  los genitales por su nombre y que los niños conozcan su significado: vulva y pene. Sin rodeos, sin tabúes y sin vergüenzas.

Una duda frecuente entre los padres es saber cuándo empezar a hablar con los hijos sobre ciertos temas como pueden ser los genitales y la sexualidad, pero la respuesta de los expertos a esta pregunta es muy clara: desde siempre. "Lo importante es dar la información ajustada a la edad del niño y que responda a las dudas que el niño o la niña expresan. El cuerpo necesita ser nombrado desde el nacimiento, es fundamental para el desarrollo psicológico. Los psicólogos siempre decimos que hay que ponerle palabras a todo, a las emociones, a lo que nos pasa, y también al cuerpo. ¿Por qué? Porque es a través del lenguaje que podemos pensar y si podemos pensar en algo, le estamos dando existencia, no solo en la realidad, sino también en la mente" explica Patricia Pizzolante, psicóloga y psicoterapeuta de Sens Psicología.

Hay una tendencia generalizada a no nombrar los genitales, como si fuera un tema tabú y lo hacemos por miedo o por pensar que de algo privado no debe hablarse, por eso recurrimos a otro tipo de "motes" o "apodos" que nos suenen más cariñosos o más suaves, sin embargo, esto no es del todo beneficioso para los niños, (si solo conocen esos "motes") ya que nombrarlos ayuda a sentar las bases para que nuestros hijos establezcan una relación con ellos mismos más saludable. Desde siempre, desde el nacimiento debemos poder nombrar todas las partes de su cuerpo.

¿Qué beneficios a nivel psicológico aporta hablar con naturalidad de esta parte del cuerpo?

"Cuando el niño o la niña tiene alrededor de 2 y 3 años, empieza a darse cuenta de las diferencias entre sexos, tanto diferencias en el cuerpo del niño y de la niña, como en elementos relacionados con la vestimenta. Imaginemos las conclusiones a las que puede llegar un niño o una niña si sus genitales no reciben nombre, aún cuando todas las partes del cuerpo si los tienen. Nos pasamos esos primeros años de vida preguntando ¿y esto cómo se llama? (Señalando la nariz, las orejas, las manos...), pero en muchos casos sin nombrar los genitales. Si queremos que el niño cuide su cuerpo y se apropie de él, debe conocerlo, identificarlo, explorarlo", aclara Olivia Szinetar, psicóloga y Psicoterapeuta de Sens Psicología. Por todo esto, es importante nombrar las partes del cuerpo por sus nombres reales.

¿Y si los nombramos con un nombre

Que los padres queramos recurrir a otros nombres "inventados" o utilizados con frecuencia para nombrar los genitales que nos suenen más cariñosos, graciosos o, simplemente, nos gusten más, no es un problema. El problema viene cuando los niños no conocen el nombre "oficial" de sus genitales y solo saben esas palabras "inventadas" para referirse a esta parte de su cuerpo.

"Si como padres se sienten cómodos llamando así al pene o a la vulva no hay problema siempre y cuando nos aseguremos de que el niño conoce el nombre real y sabe que está bien utilizarlo, y que no tiene nada negativo. Se puede acordar con el niño la forma en que lo llamarán y se les explicará por qué. La naturalidad con la que se aborde el cuerpo juega un papel fundamental en la manera en que el niño y la niña se relacionarán con su propio cuerpo y consigo mismos. Recordemos que mente y cuerpo hacen una unidad en la persona y la relación que el niño tenga con su cuerpo estará totalmente ligada a su la relación con él mismo, su autoestima y la posibilidad de cuidarse en su totalidad como persona. No dar el nombre correcto transmite el mensaje al niño de que hay algo que está mal con esas partes de su cuerpo, que hay algo mal en él, o incluso puede sentirse como que no son suyas, pueden pensar que es algo de lo que deben avergonzarse o sobre lo que no deben preguntar, hablar, ni pensar. No podemos acompañar al niño o la niña en su desarrollo, en sus inquietudes, en su auto conocimiento, si transmitimos el mensaje de que no está bien hablar sobre sus genitales, el sexo o la sexualidad", aseguran desde Sens Psicología.

¿Qué más le tengo que contar y cuándo?

Otros temas de los que nos suele preocupar hablar con los niños y que no tenemos claro cuándo empezar a hacerlo son, por ejemplo, la reproducción o las relaciones sexuales. La naturalidad y adaptar la información a la edad de cada niño vuelven a ser las claves para abordar estos temas: "lo mejor será hacerlo desde que el niño empiece a hacer preguntas o haga algún comentario desde el que nosotros podamos hacer algún aporte ajustado a su edad y nivel de comprensión. Algunos niños son menos de preguntar, pero si han visto que en su familia se habla de su cuerpo con naturalidad, sabrán que cuando lo necesiten podrán hacer las preguntas que tengan y obtener respuestas", afirma Patricia Pizzolante. 

Poder hablar con naturalidad del cuerpo ayuda al niño a cuidarlo, a quererlo y a valorarlo: "también permite al niño tener un autoconcepto positivo de sí mismo y poder cuidarse de forma total. Es difícil querer lo que no se conoce. Es difícil cuidar algo que no sabes de qué va o cómo funciona. Hablar con naturalidad del cuerpo y sus partes permite al niño aprender cuáles son las partes íntimas de éste y saber cómo debe cuidarlas. Es importante hablar de la privacidad, del respeto con el que se deben tratar sus partes íntimas. La sexualidad es una parte fundamental de quienes somos, por ello debemos poder integrarla en nuestro día a día. En esta medida los niños percibirán que hay permiso para hablar, preguntar, compartir sobre este tema", matiza la experta.

¿Hablar de los genitales con naturalidad puede ayudar a prevenir el abuso sexual?

Una de las razones más importantes para hablar a los niños con naturalidad de los genitales y asegurarnos de que conozcan bien su nombre "oficial" y tengan identificadas la importancia del respeto y la privacidad de estas partes del cuerpo es que es de gran ayuda para tratar de prevenir y de identificar posibles abusos sexuales: "conocer el cuerpo (con nombre y ubicación clara), saber diferenciar cuáles son las partes públicas y cuáles son las partes íntimas, es lo que le permitirá al niño cuidarse. Nombrar los genitales es el primer paso para conocer luego qué partes de su cuerpo son íntimas y qué significa esa privacidad. Todo esto permitirá al niño saber que si esa privacidad es irrespetada algo está mal y es importante que busque ayuda de sus padres o cuidadores. Hablar del cuerpo con naturalidad, con los nombres que se corresponden facilitan que el niño vea la posibilidad de hablar sobre cómo se siente con su cuerpo y saber que está bien hablar sobre sexualidad con sus padres o cuidadores. Dirigirnos al cuerpo del otro con respeto y sin burlas favorece una relación más sana del niño con su cuerpo, y además podrá exigir ser tratado con ese mismo respeto y no aceptar aquello con lo que no se siente cómodo" explica la psicóloga Olivia Szinetar.

Es decir, no hay nada de malo en tener en el entorno familiar ciertos motes o calificativos para los genitales, pero es fundamental que los niños sepan el nombre real de los genitales, que sepan que son zonas íntimas, privadas y que deben ser respetadas y que, además, sientan que pueden hablar y preguntar sobre ello sin tapujos.

Artículo asesorado por Patricia Pizzolante y Olivia Szinetar, Psicólogas y Psicoterapeutas de Sens Centro de Atención Psicológica.  

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