
Mímica con los niños
Juegos de mímica para desarrollar la expresión corporal
Se trata de un medio de expresión no verbal que ya era utilizado hace siglos. La mímica puede ser de lo más beneficiosa para desarrollar la expresión corporal de los más pequeños, un tipo de lenguaje que utilizamos todos continuamente y muchas veces de forma inconsciente. Mira estos juegos para potenciarla.
Aunque a priori pueda parecer que la comunicación que más utilizamos es la verbal, lo cierto es que aquella que emplea el lenguaje no verbal ocupa un gran peso en la balanza. Cuando nos comunicamos, la información que transmitimos no solo la emitimos mediante las palabras.
Los gestos de nuestra cara, la postura, los movimientos de nuestras manos también tienen un gran poder comunicativo, y es que, nuestra expresión corporal transmite mucho de nosotros, puede llegar a reflejar la personalidad, los sentimientos, las actitudes y los estados de ánimo.
Es por ello que durante años el lenguaje no verbal ha sido objeto de numerosos estudios, pues abarca todos los movimientos que realiza el ser humano: desde los conscientes como puede ser el dar la mano, hasta los involuntarios como levantar los hombros, o abrir los ojos cuando algo nos sorprende.
Desde que somos pequeños aprendemos a utilizar el lenguaje verbal, pero… ¿Qué ocurre con el corporal? Si tiene tanta importancia como el otro y lo utilizamos constantemente a lo largo de nuestra vida, es fundamental entonces que lo desarrollemos desde la infancia. De hecho, si lo pensamos bien, el lenguaje corporal puede llegar a expresar tanta información por sí solo que puede contradecir lo que dicen las propias palabras.
Una buena manera de potenciar la expresión corporal de los niños es con la mímica y es que, podría decirse que el mimo es el lenguaje del gesto por excelencia. Marcel Marceau, un conocido mimo francés, lo definía como “el arte del silencio”.
La mímica es una técnica muy antigua que ya era practicada por griegos y romanos, pero que sigue llegando hasta nuestros días y que los más pequeños pueden poner en práctica de igual modo. Para ello hemos reunido una serie de juegos de mímica infantiles con los que no solo desarrollarán su lenguaje corporal, también aprenderán a expresar su mundo interior, a observar mejor la realidad (puesto que en la imitación está la base de este arte) a potenciar su creatividad y, por supuesto, a ganar habilidades sociales.
Es necesario que haya un momento de intercambio entre más personas, por lo que además de esa socialización, el niño también ganará en diversión y por supuesto en sentido del humor. ¿Te animas a jugar a estos juegos de mímica con los niños?

Un juego muy sencillo de preparar, pero muy entretenido. Consiste en escribir en diferentes papeles los nombres de los participantes (o de las personas que acordéis, por ejemplo, familiares o amigos que conozcáis todos) y guardarlos en un recipiente. Al que le toque hacer de mimo tendrá que coger uno de ellos e imitar a la persona que le haya salido, pero solo podrá hacer gestos y movimientos, no puede hablar ni decir nada. Los demás tienen que adivinar de qué persona se trata.

Este es como una variante del famoso “Teléfono escacharrado”. Hay que colocarse en círculo y el que se encargue de ser mimo, debe representar una emoción (alegría, tristeza, asco, miedo, sorpresa, cansancio, ira…) pero solo a la persona que esté a su lado. Esta otra deberá representar la emoción que ha entendido a la persona colocada a su otro lado. La última debe adivinar qué emoción han ido representando.

Este juego consiste utilizar todo el cuerpo para hacer la representación de un número, una letra o incluso una forma geométrica, lo que puede ser una técnica muy educativa. Además, si hay muchos niños se puede jugar a formar palabras o números de varias cifras.

Una idea de nuevo, fácil, pero también divertida para los niños. Se trata de establecer primero un tiempo concreto (4-5 minutos, por ejemplo). En ese periodo, por equipos, parejas o individualmente hay que representar una escena (ir en coche, preparar una tortilla, ir a comprar…). Los demás deben adivinar que es lo que están queriendo reflejar con las expresiones.

Con este juego los niños aprenderán a distinguir los distintos oficios y quizá puede ser una primera toma de contacto para ver qué conocen y si tienen alguna preferencia vocación. Básicamente, al igual que los demás juegos, se debe utilizar la mímica, pero esta vez un niño debe escoger una profesión y los demás deben adivinar de cuál se trata.