Las conjuntivitis en niños son muy frecuentes y pueden ser bacterianas, víricas, alérgicas o irritativas.
Como su propio nombre indica, es la inflamación de la conjuntiva, es decir, la membrana transparente que cubre la cara posterior de los párpados y la parte anterior del globo ocular. “La diferencia fundamental entre esta dolencia y otras patologías que producen ojo rojo son el dolor y la disminución de visión”, explica la doctora Isabel Reig Rincón de Arellano, pediatra en Rocafort (Barcelona) y miembro de Doctoralia.
Existen varios tipos de conjuntivitis en niños
Una conjuntivitis causa enrojecimiento del ojo y puede haber también presencia de secreciones, picor y sensación de arenilla.
- Conjuntivitis bacterianas: la secreción ocular suele ser más pastosa y verdosa, generalmente afectando a los dos ojos.
- Conjuntivitis víricas: la secreción es más escasa, amarillenta y más acuosa y un ojo precede frecuentemente al otro. Los niños suelen asociar síntomas catarrales tipo tos, mucosidad nasal y fiebre.
- Conjuntivitis alérgicas: cursan con picor intenso de los dos ojos, legaña más transparente y blanquecina y suelen acompañarse de picor de nariz, estornudos y lagrimeo.
- Conjuntivitis irritativas: se asocian a la exposición solar, al cloro de las piscinas o al humo. Suelen ser frecuentes en verano. Son autolimitadas, leves y presentan secreción acuosa.

¿Cómo actuar ante una conjuntivitis y cuál es el mejor tratamiento?
La primera medida es lavar los ojos del niño frecuentemente con suero salino, así como sus manos y la de los familiares, para evitar el contagio. A continuación, pide cita con tu pediatra para que valore en consulta de qué tipo de conjuntivitis se trata y cómo curarla.
No todas las conjuntivitis se tratan con antibióticos en gotas. “No debemos administrar gotas de antibióticos sin una valoración previa por parte de un médico, ya que podemos crear resistencias bacterianas frente a esos antibióticos administrados”, señala la experta.
En las conjuntivitis bacterianas, el tratamiento consiste en lavados oculares frecuentes con suero fisiológico y colirios de antibiótico.
En las alérgicas, consistirá en evitar el alérgeno (lo que se la provoca) y tratar con antihistamínicos orales y en colirio.
Respecto a las conjuntivitis víricas, hay que lavar frecuentemente los ojos con suero salino y, en ocasiones, se usan colirios de antibióticos para evitar las infecciones bacterianas. Por último, en el caso de las conjuntivitis por herpes, se requiere tratamiento antiviral de forma tópica y control estrecho por el oftalmólogo.

La conjuntivitis es contagiosa, ¿cómo prevenirla?
Al ser una enfermedad con alto riesgo de contagio, existen numerosas medidas preventivas frente a ella. Algunas de ellas son:
- Lavado frecuente de manos. Como ya sabemos, es la medida preventiva más eficaz para evitar las conjuntivitis y la mayoría de las infecciones respiratorias.
- Evitar tocarse los ojos con las manos.
- No compartir toallas, sábanas, pañuelos ni cosméticos.
- Cambiar la funda de la almohada a menudo.
Una de las dudas más frecuentes de todas las familias es si el niño debería ir al cole o quedarse en casa si se sospecha de una conjuntivitis. Con respecto a esto, no existe consenso, pero la Academia Americana de Pediatría establece que se permitirá que acudan una vez se haya iniciado el tratamiento adecuado, salvo que el comportamiento del pequeño impida evitar el contacto directo continuado con sus compañeros. Tampoco deben reincorporarse si tienen fiebre.
Por supuesto, si fueran a la escuela, debemos insistir en su higiene de manos y en que no deben compartir objetos que toquen los ojos, como pañuelos o toallas.

Conjuntivitis en recién nacidos: ¿es posible?
Los ojos del recién nacido son susceptibles a una bacteria que normalmente se encuentra en el canal de parto de la madre y que no causa síntomas en ella. En raras ocasiones, puede provocar en los bebés un tipo grave de conjuntivitis. Por este motivo, poco después del nacimiento, se les aplica un ungüento con antibiótico en los ojos.