El Hospital Oftalmológico y Otorrinolaringológico de la Universidad de Fudan de Shangai, en China, es el artífice de un prometedor y esperanzador avance médico. Y es que sus profesionales han logrado que un grupo de niños sordos hayan recuperado la audición gracias a una terapia génica pionera en el mundo y cuyos ensayos comenzaron hace casi dos años. De los cinco menores que se sometieron a esta prueba, cuatro de ellos volvieron a oír.

Estos niños compartían el hecho de que todos ellos sufrían una pérdida auditiva severa como consecuencia de un defecto genético protagonizado por una proteína llamada otoferlina y que sirve de causa común para la sordera desde nacimiento. El oído interno contiene aproximadamente 16.000 células ciliadas, las cuales tienen prolongaciones en forma de peine y vibran en distintas frecuencias de sonido; pero, sin otoferlina, estas células no pueden transmitir las sustancias químicas que llevan la información al cerebro por lo que las personas que sufren esta mutación genética no pueden oír. Hasta ahora con esta prueba pionera.
¿En qué consiste esta terapia innovadora?
Los expertos de la Universidad de Fudan de Shangai lo que hicieron fue aplicar a estos una copia funcional del gen de la otoferlina y para ello se inyectó dicha proteína en una cámara llena de líquido situada en la cóclea.
Una vez dentro del organismo, las dos secciones de ADN se recombinan para formar un gen completo capaz de guiar la producción de otoferlina. Pero no solo eso, las células ciliadas auditivas responde de forma positiva a esta terapia genética ya que absorben fácilmente el nuevo ADN.
Esperanzadores resultados
Al cabo de unas pocas semanas de recibir, cuatro menores (de los cinco que participaron en el estudio y con edades dispares entre uno y once años) recuperaron la audición eran capaces de mantener una conversación normal y diaria con absoluta normalidad. De esta manera se daba un paso en el objetivo de estos médicos de lograr que estos niños ganaran una audición tridimensional suficiente para poder participar en distintas conversaciones y pudieran determinar la dirección de los sonidos.
No solo eso, estos niños con sordera habían mejorado su capacidad auditiva, eran capaces de localizar de donde procedían algunas sonidos, así como de reconocer el habla en entornos de mucho ruido. Incluso dos de ellos respondieron positivamente bailando al ritmo de la música explicaron los investigadores de esta universidad asiática.
Como ellos mismos reconocen, la noticia es positiva pero es necesario actuar con cautela en este tipo de terapias. "Será necesario realizar ensayos más amplios para evaluar con mayor detalle los beneficios y riesgos de la terapia. La terapia génica se inyecta durante un procedimiento quirúrgico mínimamente invasivo, por lo que tratar ambos oídos duplica el tiempo que los pacientes pasan en cirugía. Sea como fuere, vamos por la senda correcta", sentencian.
Sin duda, un nuevo paso en los avances médicos para todas aquellas personas con problemas auditivos de diversa consideración. Según la Organización Mundial de la Salud, más del 5% de la población mundial (o lo que es o mismo, 430 millones de personas) sufren pérdida auditiva incapacitante, incluyendo 34 millones de niños. De las 26 millones de personas con pérdida auditiva congénita, el 60% se atribuye a factores genéticos.