Diez consejos de pediatra que ayudan a calmar a un bebé que llora mucho

Si tu bebé llora, es que le pasa algo y hay que atenderle. El problema llega cuando el niño no quiere comer, ni dormir, ni jugar, no sabes qué le pasa y no hay forma de calmarle. Te dejamos algunos trucos que puedes utilizar para calmar la sitaución.
Calmar a un bebé que llora mucho

Una consulta muy frecuente en el día a día del pediatra es: "doctor, mi bebé no deja de llorar, ¿Qué le pasa?". La realidad es que el llanto es el principal medio que tiene un bebé para poder comunicarse con los adultos, es decir, por cualquier motivo van a llorar, ya que de esta forma llaman su atención. 

Si tienen sueño, lloran; si tienen hambre, lloran; si están aburridos, lloran; y a veces incluso parece que los niños lloran porque sí, sin motivo. Pero siempre lo tienen y estos son sus mensajes. 

Bebé llorando - Getty Images

Consejos fundamentales para que deje de llorar

  • Mecerle. Los brazos preferidos son los de mamá. Cuando ella coge a su bebé, le mece, le arrulla, le dice palabras bonitas al oído, muchas veces se calma. El contacto con mamá le hace recordar lo tranquilo y a gusto que estaba en el útero materno.
  • De paseo. Todos los padres lo dicen. Alguna veces, solo funciona sentar al niño en su cochecito y andar un ratito o por la casa o por la calle. Es ese vaivén y traqueteo el que le hace tranquilizarse. Los padres más desesperados, incluso, optan por subir al bebé en la silla del coche y dar una vuelta por el barrio como método definitivo para que coja el sueño.
  • Cantarle. La música es una herramienta fantástica para calmar el estrés de los bebés y más si la voz que oyen es la de su madre o de su padre. Con el tiempo veremos qué tipo de canciones les generan más tranquilidad y cuáles les alteran. Nos sorprendería saber que algunos bebés se calman con música rock y otros con música clásica.
  • Masaje. Las caricias en la barriga o en la espalda también calman al bebé. A veces los gases le hacen daño y un suave masaje le viene fenomenal.
  • Cambio de brazos. Llega un momento que aunque seamos los principales cuidadores y solo sea con nosotros con quien se calme, puede que no pare de llorar. Ese llanto nos hace estar más nerviosos y no ayuda a que se calme, por lo que ceder el testigo puede ayudar a acabar con la crisis de llanto.
  • Ruidos de vibración. Algunos padres cuentan que cuando su hijo no puede dormir y llora desconsoladamente, lo tumban en la hamaquita y lo ponen al lado de la lavadora o del extractor de humos. El ronroneo del motor les hace tranquilizarse y conciliar el sueño.
  • Desnudito se está mejor. Puede que el pañal le apriete o que tenga cólicos: liberarle del pañal y dejarle patalear a sus anchas puede funcionar, pero hay que tener buenos reflejos por si se hace pis.
  • El calor de mamá. Uno de los trucos más utilizados: colocar el niño en contacto piel con piel de mamá. El calor, su olor y el sonido de su corazón son el mejor tranquilizante.
  • Un paseo por la casa. El aburrimiento también es motivo de llanto. Si cogemos al bebé en brazos y le paseamos por la casa explicándole por dónde vamos o lo que estamos viendo le ayudará a calmarse.
  • El arrullo. Es la solución estrella porque aúna muchas medidas: el calorcito de mamá, el boom boom rítmico de su corazón, el vaivén de estar en brazos… Y eso sin contar que la leche sacia y eso le hace sentir bien.
Bebé llorando - EVA HM

Lo que nunca hay que hacer:

  • Darle tranquilizantes, tila, infusiones…
  • Dejarle llorar para que “no se acostumbre a los brazos”. Los bebés necesitan de contacto y calor, por lo que si lloran es porque lo necesitan, no es un capricho. No debemos caer en el mito de que si se le coge mucho en brazos se malacostumbrará. 
  • Ponerse nervioso: si no podemos evitarlo, es mejor dejar que tranquilice al niño otra persona. Cuanto más nervioso estés, más nervioso estará el niño.
  • Reñirle. ¿Por qué? Porque no sirve absolutamente de nada. Todo lo contrario: probablemente llorará más.
  • Zarandear al bebé, ya que los huesos de su columna y su cabeza son muy frágiles y podemos causar daños en ocasiones irreversibles.

Recomendamos en