Generalmente, los bebés nacen con vello oscuro al nacer y poco a poco lo pierden a medida que van cumpliendo semanas de vida. Hay quienes lo tienen solo en zonas concretas, sobre todo en la cabeza como es lógico, pero también puede pasar que nazca un niño o una niña que tenga cubierto por este pelo oscuro zonas de su cuerpo como la espalda y los hombros, incluso parte de la cara o las orejas. Y esto para algunos padres puede suponer todo un disgusto sobre todo si algún amigo o familiar con poco tacto dice algo al respecto.
Si desconoces que esto es completamente normal y habitual, el susto puede ser mayúsculo al ver ese vello, así que has hecho bien es buscar información al respecto del lanugo, que es como se llama a esta capa de vello negra y oscura característica de los recién nacidos. No te preocupes, es algo que ocurre con frecuencia y no te tiene que importar en exceso ya que no será para siempre ni es una patología de salud ni esconde algo más grave que le pase al niño. Para nada, es una cuestión de semanas.

El lanugo forma parte de la vérnix caseosa, la capa fina conocida también como unto sebáceo que recubre la piel del bebé para protegerla de algunas sustancias presentes en el líquido amniótico que pueden irritarla. Además, contribuye a mantener su temperatura corporal durante la gestación y desempeña un papel decisivo en el expulsivo porque favorece que el feto resbale mejor al salir por el canal del parto.
Este vello suele aparecer primero en la cabeza alrededor de la semana 13 del embarazo, y en la 20, justo en el ecuador de la gestación, el lanugo recubre toda su piel. Es en la semana 40 del embarazo cuando se desprende, quedándose suspendida en el líquido amniótico si el bebé todavía no ha nacido en dicha fecha.
¿Hay que preocuparse?
El lanugo es, por lo tanto, siempre está presente en los recién nacidos, si bien los hay que tienen más o menos cantidad al nacer. Depende de algunas circunstancias; por ejemplo, los bebés prematuros tienen más por lo general por los motivos anteriormente explicados.
En cualquier caso, desaparece poco a poco durante las primeras semanas de vida así que no es necesario hacer nada especial que no harías en el cuidado de un bebé que nace a término y que por ello nace con su piel ya desprendida de la capa en la que se forma el lanugo.
Si algún experto recomienda algo diferente, te aconsejamos que te informes bien antes porque no hay evidencias científicas de que se pueda acelerar la caída del lanugo. Además, no merece la pena hacerlo cuando sí que hay una evidencia absoluta de que se acaba cayendo solo.
Por lo tanto, es una cuestión meramente estética que se corregirá muy pronto. No tenéis de qué preocuparos si vuestro bebé es de los que nace con más lanugo sobre su piel.