No te deprimas ni te angusties. Cabe la posibilidad de que tu bebé no te mire porque, por temperamento, sea menos expresivo o comunicativo.
Vínculo con el bebé
Debes tratar de sintonizar con él, pero teniendo en cuenta que esa conexión no debe forzarse, porque entonces se le puede crear malestar y rechazo.
-Prueba a dejarle a él la iniciativa. ¿Cómo? Cuando llore, atiéndelo y consuélalo sin demora. Cuando se muestre animado y con ganas de juerga, síguele la onda, pero cuando se muestre cansado, déjalo descansar.
-Cuando él sonría correspóndele y reíd juntos. Si agita su manita, tómalo como un saludo y respóndele. Hazlo relajadamente, quítate presión.
-Procura ser tú también quien lo bañe y lo duerma, esas rutinas diarias contribuyen a fortalecer el apego.