Cómo crear una rutina relajante en bebés de 24 a 36 meses

Olga Sesé, coach del sueño infantil, comparte sus teorías y recalca la importancia de establecer un orden
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En la etapa de desarrollo de los niños de 24 a 36 meses, establecer una rutina relajante no sólo beneficia su bienestar emocional, sino que también contribuye a un sueño más reparador y a un desarrollo saludable. Descubrir cómo crear un entorno tranquilo y establecer hábitos positivos puede marcar la diferencia en la vida diaria de los pequeños y sus familias.

Olga Sesé, coach del sueño infantil con ocho años de experiencia y habiendo tratado a más de 4.000 familias, sostiene que la clave del éxito de la rutina es repetirla diariamente. 

"Si no te sales del guion y siempre ofreces el mismo procedimiento, funciona. De igual manera pasa con el cuento antes de dormir. Es decir, si tú le lees desde tempranísima edad, acabará amando ese hábito y con más edad leerá solo", reconoce.

La experta sostiene que con las rutinas relajantes ocurre exactamente igual. "Si todos los días haces lo mismo, tu hijo no necesita anticipar qué es lo siguiente, porque sencillamente ya lo sabe", indica.

Una familia dando un paseo en bici. - Getty Images

La rutina relajante está ligada a cómo duerman, ¿pero cómo es el sueño de un bebé de 2 a 3 años? Olga Sesé asegura que a esta edad pueden pasar muchas cosas. "Tu peque está entrando en su última etapa como bebé. A esta edad puede aparecer una regresión causada por un hito de desarrollo, que aparezcan las pesadillas o terrores nocturnos o que estén dejando el pañal. En resumen, su seguridad va al alza y esto se reduce entre los terribles dos años", expone.

Por eso, establecer una rutina de noche consistente es fundamental. Bañar al niño, leer un cuento y brindar un tiempo tranquilo antes de dormir crea un ambiente relajante que señala la llegada de la hora de descanso, preparándole para una transición más suave al sueño.

Una alimentación equilibrada es esencial para mantener niveles de energía estables. Asegurarse de que los niños reciban comidas nutritivas y snacks adecuados contribuye a un estado de ánimo más equilibrado y a una rutina diaria más relajada.

Por otro lado, utilizar rutinas de transición suaviza los cambios de actividad. Anunciar con anticipación las transiciones entre actividades permite que los niños se preparen mentalmente, reduciendo el estrés.

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