Hace unos cuantos años, no permitían al acompañante entrar en el paritorio para presenciar la llegada de su bebé.
Hoy en día, afortunadamente, la gran mayoría de los centros de maternidad permiten la entrada de al menos un acompañante para poder estar al lado de la madre en estos momentos tan importantes.

La tradición nos dice que el parto es “cosa de mujeres”, pero cada vez y cada día más, se plantea el hecho de la “maternidad” como un binomio “maternidad-paternidad” en el que la pareja quiere participar más y estar cada día más implicada en todo el proceso, y cada vez de forma más activa.
La pareja no comienza a ejercer de padre/madre cuando nace el bebé, sino desde que la pareja se entera que están esperando un bebé. Su papel en el embarazo también es fundamental, tanto el apoyo para la futura madre como para empezar a establecer un vínculo con el bebé que viene en camino.
Las clases de preparación al parto son una oportunidad ideal para que ambos aprendan sobre la fisiología del parto, los cuidados del bebé, y también compartir la experiencia con otras parejas que están en nuestra misma situación.
Estar informado de antemano, ayudará a tener el camino allanado cuando se produzca.
¿Quién es la persona más adecuada para acompañarnos ese día?
Esto debería ser una decisión totalmente personal de la futura madre. Lo más común es que sea la pareja la que esté presente ese día, pero lo importante es que sea una persona que le aporte calma, seguridad y positivismo, ya sea un familiar, pareja o amigo.
No es necesario que quien asista tenga conocimientos específicos sobre el trabajo de parto. Pero es mejor si, durante el embarazo, ha participado en algún curso de preparación al parto con la mujer embarazada, para saber qué va a pasar.

Su tarea es transmitir tranquilidad y confianza a la mujer, y no podrá hacerlo si, a su vez, tiene preocupaciones.
Además de todo lo mencionado, quien acompañe a la madre debe estar preparado para verla en circunstancias únicas, como nunca la había visto antes.
¿Qué puede hacer el acompañante que le aporte beneficios a la embarazada?
- Permanecer relajado.
- Tu atención principal debe ser tu compañera; es ella la principal protagonista de este acto, y no el instrumental, el sitio, el personal o las circunstancias que acontecen alrededor de vosotros durante este período.
- No siempre la mujer desea que le estés hablando. Si ella está llevando bien su proceso, se está relajando con cada contracción, respira según cree que debe hacerlo, etc. quizá prefiera cerrar los ojos para hacer frente a las contracciones sin ver a nadie. Utiliza el contacto visual para prestarle apoyo emocional, no verbal.
- Todo lo que digas debe ser positivo; evita frases como “no respiras bien”, “no hagas esto así”, “estás muy contraída”. Cambia la forma de decirlo y prueba con “tus pies están perfectamente relajados; haz lo mismo con tus manos”, o da instrucciones positivas como “baja los hombros y déjalos sueltos”. Cuando ella actúe de forma correcta dile “bien, bien, estupendo; lo estás haciendo muy bien”, etc.
- Durante el intervalo de tiempo entre contracciones, pregunta a tu pareja si desea que le apliques masaje, dónde y cómo lo quiere; si ella dice que le duele con las contracciones, no niegues este hecho; di “lo comprendo” o “me doy cuenta” o incluso “tu útero está trabajando mucho”. Ayúdale a cambiar de postura, refréscale la cara con agua fresca, dale un masaje, cógela de la mano y sobre todo préstale toda tu atención.
- Lo más perjudicial que puede hacer el acompañante de una parturienta es hacerle sentir pena de sí misma; si le dices a tu pareja “no puedo verte sufrir tanto” o “yo no lo soporto” o “¿por qué no pides que te pongan una inyección? (o epidural, etc.)”, le estás privando de su soporte emocional; incluso la expresión de tu cara puede reflejar estas emociones; muéstrate tranquilo, confiado y relajado, y deja que sea ella la que exprese, por propia voluntad si desea algún calmante o anestésico.
- Si te sientes mareado o necesitas un descanso, dile a tu compañera que volverás enseguida y sal del paritorio, pero ten en cuenta que la situación a veces puede impedírtelo, o que no debes estar entrando y saliendo a cada instante.
Pocos acontecimientos hay en la vida de una pareja equiparables al nacimiento de un hijo. Presenciar juntos este momento tiene efectos positivos desde un punto de vista físico y emocional.