¿Es tu hijo un Niño de Alta Demanda? Un sencillo test para saberlo

¿Cómo es un niño de alta demanda? ¿Mi hijo/a puede serlo? Te descubrimos un test muy sencillo con el que podrás saberlo.

¿Cómo es un niño de alta demanda?

Los niños de alta demanda suelen ser niños exigentes, intensos, muy movidos y demandantes de atención.

A menudo su crianza resulta agotadora y muy exigente. Son niños algo complicados. Desde el punto de vista de la psicología solemos decir que tienen un temperamento difícil.

El temperamento es la parte de la personalidad que viene determinada genéticamente, así que si estabas pensando que estás haciendo algo mal… relájate: ha nacido con esos rasgos de personalidad.

Es tu hijo un Niño de Alta Demanda - Foto: Istock

Son niños estupendos, aunque su comportamiento puede resultar agotador para las personas que les rodean.

Los padres están cansados de escuchar críticas: “no sabes ponerle límites, lo que pasa es que eres muy blando, te tiene tomada la medida…”.  Estas y otras frases resuenan con frecuencia en el entorno, llenando a los padres de culpa, frustración e inseguridad.

¿Mi hijo es un niño de alta demanda?

Los niños de alta demanda son niños muy despiertos y viven todo de manera intensa. También son miedosos, sensibles y de llanto fácil.

Necesitan sentir cariño con frecuencia y por eso tienden a buscar el contacto físico.

A su vez se muestran exigentes, insistentes y tozudos, y tienen rabietas frecuentes.

Otra característica es su inquietud a la hora de dormir. Se despiertan con frecuencia por la noche y recuperan pronto su energía con una pequeña siesta.

¿Cómo es el test? ¿En qué consiste?

Este es un breve test que te ayudará a saber si tu hijo es un niño de alta demanda.

Indica las características que se ajustan a tu hijo:

  • Necesita contacto físico constante.
  • No le gusta quedarse solo ni un minuto.
  • No sabe entretenerse ni jugar solo.
  • Es muy cariñoso.
  • Es muy sensible.
  • Tiene reacciones exageradas.
  • Llora con frecuencia, se enfada por cualquier cosa.
  • Si no «acertamos» con lo que pide, se irrita.
  • Reclama con insistencia lo que desea.
  • Es locuaz, habla mucho.
  • Es nervioso y movido. No para quieto.
  • Reclama la atención de manera constante.
  • Es despierto, curioso y vivaz.
  • Es muy intenso para todo.
  • Es apasionado, pone mucho corazón en lo que hace.
  • A menudo parece estar disconforme o disgustado.
  • Sus rabietas son fuertes y frecuentes.
  • Es divertido, gracioso, ocurrente.
  • Es impredecible, lo que hoy funciona, mañana no.

Si has marcado 12 o más ítems, es probable que tu hijo sea un niño de alta demanda. (U. Perona,  2020).

Mi hijo es un niño de alta demanda, ¿qué puedo hacer?

Si eres padre o madre de un niño de alta demanda, te enfrentas a todo un reto en la crianza y es comprensible que te sientas agotado. La crianza de los hijos en general es dura, pero la de un niño de alta demanda lo es aún más. Al contrario de lo que puede parecer, un niño de alta demanda no es caprichoso o está muy mimado.

En este sentido, los padres no debéis sentiros culpables, porque esta característica no es consecuencia de no saber educarlo, simplemente es una suma de rasgos de personalidad

Un niño de alta demanda solo es un niño que necesita más atención y cariño.

No soy de la opinión de que hay que dejarlos llorar, acostumbrarlos a estar solos, etc. Si un niño demanda atención, cariño o contacto es porque lo necesita.

Test de niño de alta demanda - Foto: Istock

Por lo tanto, es recomendable que atiendas estas necesidades dedicándole tiempo y atención de calidad a tu hijo. No obstante, no cedas a todas sus demandas. También debes aprender a poner límites a su insistencia. Es importante que te mantengas firme y calmado ante sus desafíos y rabietas.

Por otra parte, no le hagas comentarios negativos ni hables de ellos en su presencia, porque son muy sensibles, susceptibles, y les duelen especialmente las críticas.

Tampoco debes intentar cambiarlo, es necesario que aprendas a respetarlo y aceptarlo tal cual es. Estate atento para felicitarlo cuando lo haga bien. De esta manera estarás reforzando su buena conducta.

Pero para que todo eso se pueda dar, para que puedas estar disponible emocionalmente para las enormes necesidades afectivas de tu hijo, necesitas cuidarte mucho y aprender a delegar. Si estás agotada, continuamente estresada, te sientes desbordada con la crianza y al límite de tus fuerzas, debes empezar por ahí. Será necesario que abandones expectativas poco realistas sobre la crianza, que renuncies a llegar a todo y que aprendas a priorizar y delegar. Tu hijo te necesita mucho, y te necesita bien.

Así que busca ayuda en tu entorno para sobrellevar mejor la crianza y evita sentirte agotada. Apóyate en abuelos, cuidadores, etc. No tengas miedo de pedir favores y ayuda, si hay un momento en la vida que va a exigir lo mejor de ti, es sin duda este.

Es necesario que aprendas a educarle y cuidarle de la mejor manera para él y para ti misma. Si uno no está bien, el otro tampoco lo estará.

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