El niño está enfermo. Parece sencillo cuidarle, pero a veces surgen dudas. Algunos principios inamovibles han variado y la forma en que nos cuidaban nuestros padres no es siempre la más adecuada. También nuestras circunstancias han cambiado; no vivimos como nuestros padres y nos surgen dudas. ¿Nos necesita a su lado? ¿Hay que insistirle para que coma, dejarle que tome lo que quiera, darle dieta blanda o es indiferente? ¿Qué hacer con la fiebre? ¿Se recupera antes si pasa la enfermedad en cama, o es mejor que se mueva?
¿Cuándo no ir al cole?
Sobre todo cuando trabajan los dos padres, a veces no es fácil optar por dejar al niño en casa. Sin embargo, hay síntomas que no podemos ignorar. Los criterios a la hora de decidir si el pequeño debe ir o no a la escuela son estos:
¿Me cojo el día libre?
Los enfermos tienen especial necesidad de mimos y cariño. Se sienten mal y necesitan que les transmitamos seguridad. Se sentirán más protegidos si nos tienen a su lado y, siempre que podamos, esto es lo que debemos hacer. Si no es posible, es importante dejarlos con una persona que les atienda y les dé ese extra de cariño y seguridad. Y cuando volvamos a casa, debemos dedicarles toda nuestra atención y tiempo.
¿Cuánto le abrigo?
Si tiene fiebre, es preferible que lleve algo menos de ropa para perder calor en una habitación a temperatura ambiente. Si no tiene fiebre, puede llevar la ropa que quiera. La temperatura de la habitación no debe subirse porque el niño esté enfermo; es más, es conveniente airearla varias veces a lo largo del día, y es mejor que esté fresquita que sobrecargada. La ropa de algodón, que permite una mejor transpiración, es preferible a la sintética: él se sentirá más limpio.
¿Le baño o espero a que se ponga bien?
No existe ninguna contraindicación para no darle un baño durante la enfermedad. Todo lo contrario: le ayuda a sentirse más limpio y relajado al final del día. Si estuviera demasiado decaído como para bañarse, podemos lavarlo por partes cada día: le refrescará y aliviará.
¿Mejor en cama? ¿Puede salir a la calle?
Antes se pensaba que un niño en cama se recuperaba mejor. Sin embargo, estudios recientes han demostrado que la inmovilidad perjudica a los pequeños. No se trata de que pase el día corriendo de un lado a otro, pero sí de que se mueva en función de lo que le pida el cuerpo. ¿Está muy decaído y no quiere salir de la cama? Hay que respetarlo. Pero cuando dé muestras de querer pasar al salón con el resto de la familia, no pasa nada por permitírselo.
Respecto a salir o no a la calle, el sentido común nos guiará. Si está ya en fase de recuperación, no tiene fiebre y hace un buen día, podemos salir con él a dar un paseo corto, abrigándole convenientemente (ni mucho ni poco).
Asesor: Manuel Paz, pediatra, director del Centro de Salud de Portada Alta, Málaga.