Aunque los niños pueden motivarse muy rápido, también es verdad que pueden perder el interés fácilmente. Por este motivo, muchos padres se preguntan qué pueden hacer para que mantenerlos motivados y que alcancen sus objetivos en la vida. Teniendo esto en cuenta, la Pirámide de Maslow puede ser un buen recurso para comprender la motivación. Veamos cómo utilizarla para entender a los niños.
¿Qué es la Pirámide de Maslow?
Fue diseñada por el psicólogo Abraham Maslow y a grandes rasgos se trata de una teoría que intenta explicar qué es lo que mueve la conducta de las personas.
La pirámide refleja una teoría del desarrollo humano en la que el concepto clave para la motivación es la necesidad. A raíz de esto establece una jerarquía de necesidades humanas según su importancia.
En ella hay cinco niveles que parten desde la supervivencia, hasta llegar a la cima, en la que se encuentra la felicidad personal y autorrealización. Estos serían tales niveles de necesidades:
- Las necesidades fisiológicas
- Las necesidades de protección
- Las necesidades de afiliación
- Las necesidades de autoestima y reconocimiento
- Las necesidades de autorrealización
Según esta teoría, si las necesidades inferiores (las más fundamentales) no están cubiertas, las personas no pueden centrarse en las superiores. Por ejemplo, si un niño no tiene suplida su necesidad de descanso o de alimentación (las fisiológicas), no podrá centrarse en su autoestima o creatividad. Esto significa que, para cubrir las necesidades de arriba, debemos cubrir primero las de abajo.
Cómo usarla con los niños
Una vez que tenemos en mente cómo funciona la pirámide, veamos cómo podemos ponerla en práctica para comprender mejor a los niños y ayudarlos en su desarrollo.
- Lógicamente, las necesidades más básicas de los niños, como comer y dormir, deben estar cubiertas.
- Pero esto no es suficiente, los menores necesitan sentirse protegidos y también unas reglas y unos límites para crecer en un ambiente estable y seguro. Además, es necesario inculcarles valores positivos. En todos estos puntos los padres son una pieza clave.
- Los niños también necesitan socializar y ser capaces de establecer relaciones que sean sanas y estables. Una buena forma de que lo hagan es que los padres se interesen por ello, animándolos a participar en prácticas deportivas, actividades extraescolares, quedadas con amigos o fiestas de cumpleaños, entre otras. Las habilidades sociales son y serán esenciales en su vida.
- Las personas necesitamos sentirnos reconocidas, por eso, es importante que los padres celebren los logros de sus hijos y sepan destacar sus virtudes. Es fundamental que estos no presionen demasiado a los niños y que no hagan críticas perjudiciales innecesarias. Si el objetivo es que se sientan autorrealizados, es muy importante que desde pequeños se acepten tal y como son para que en un futuro sean personas autodeterminadas.
- Después, una vez que los niños ya han adquirido autoestima y confianza en sí mismos, lo que hay que hacer es motivarles para descubrir sus objetivos. De esta forma, les estaremos ayudando a saber cuáles son sus deseos y, por supuesto, a proponerse metas para perseguirlos y conseguirlos.