La patata es una de las principales fuentes de hidratos de carbono complejos de nuestra alimentación, es decir, de hidratos de carbono de absorción lenta, que son los que ponen a disposición de nuestro organismo “combustible” de larga duración. La patata, además, contiene almidón, y, al cocerla, igual que sucede con otros alimentos, podemos crear almidón resistente, que tiene varios beneficios para el organismo, como tener mejor salud intestinal, mejorar los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares y ser un buen aliado para quemar grasa.
La energía que nos proporcionan los carbohidratos presentes en las patatas, pastas, harina, legumbres, frutas y verduras son tan importantes que se calcula que una dieta equilibrada contiene un 55% de hidratos de carbono, entre un 10 y un 15% de proteínas y un 33% de grasas. Dicho de otro modo, tanto los adultos como los niños deberíamos tomar entre 4 y 6 raciones diarias de alimentos ricos en hidratos de carbono.
Además del almidón, la patata contiene un elevado porcentaje de agua, el 77%, y es fuente importante de potasio y otros minerales.
La patata y la introducción de sólidos
Aunque no es necesario seguir un orden concreto en la introducción de los alimentos en la dieta del bebé ni darle alimentos triturados, la patata es uno de los primeros que la mayoría de los niños empiezan a probar a partir de los seis meses con la alimentación complementaria, bien porque van probando la comida del resto de la familia cuando empiezan a sentarse en la mesa de los “mayores”, bien en sus primeros purés de verduras.
¿Las patatas engordan?
En contra de la creencia popular, las patatas no tienen un alto valor calórico: 100 gramos de patatas cocinadas al vapor (es decir, 2 patatas pequeñas del tamaño de un huevo) contienen 80 calorías. Eso sí, la patata absorbe gran parte de la grasa con la que se cocina, así que frita o guisada puede triplicar sus calorías.
Por eso la manera más saludable de cocinarla es hervida, asada o al vapor, y con poca sal.
En patatasalacarta.com nos recuerdan que otro tipo de preparaciones pueden presentar más calorías, pero dentro de los límites aceptables (por ejemplo, en puré o gratinadas, contienen entre 94 y 100 kcal por 100 g) y nos proponen trucos para hacer las patatas fritas y los chips, las favoritas de muchos niños, más ligeras: por ejemplo, cocinándolas en el horno con un poco de aceite de oliva, hiviéndolas primero y salteándolas después con aceite o con robots de cocina, que permiten limitar la cantidad de aceite.
En cualquier caso, aunque las patatas fritas hechas de la manera tradicional sí tienen una cantidad importante de calorías, son un alimento nutritivo y no hay por qué eliminarlas de la dieta de los niños, sino controlar su consumo.
Mil y una recetas con patatas para niños
Además de sus valores nutricionales, la patata es económica y combina con casi todos los alimentos posibles, bien como guarnición, bien formando parte de guisos, ensaladas, potajes y purés.
De ahí que su uso en la dieta de los pequeños y de los no tan pequeños sea tan extenso. La patata es fácil de cocinar y muy aceptada por casi todos los pequeños.
¿Buscas recetas para niños con patatas y un toque diferente? Prueba estas:
- Crepes de patatas con almíbar
- Caracol de patata, pescado y zanahoria