"Dicen que lo que come la madre influye en las características organolépticas de su leche", nos comenta Inés, la madre de un bebé de tres meses. "Me gustaría saber si la flatulencia de las legumbres puede pasar a la leche y si puede causar molestias al bebé", nos pregunta está mamá.
"Que yo sepa, el único alimento cuyo efecto sobre la leche materna ha sido estudiado ha sido el ajo, y la conclusión fue que a los bebés les gusta el ajo, lo que no debería extrañarnos porque a muchos adultos nos gusta.", responde el doctor Carlos González.
La leche materna es la vía por la que los bebés se acostumbran a reconocer y apreciar los sabores de la dieta. Por tanto, lo mejor es que la madre coma de todo (de todo lo que suele ella comer, por supuesto; tampoco hace falta iniciarse en la cocina malaya o en la nigeriana), y así el bebé se acostumbra a lo que más tarde comerá con su familia.
"No se ha hecho, que yo sepa, ningún estudio sobre las legumbres y los gases. Ni creo que se haga, porque el mito es tan insostenible que no vale la pena hacer estudios", dice el doctor Carlos González.
Las legumbres producen gases porque contienen polisacáridos no absorbibles que pasan al intestino grueso, donde son fermentados por las bacterias. Si esos polisacáridos no son absorbibles, no pueden pasar a la leche. Y el gas en sí tampoco puede pasar a la leche. El único modo de pasar desde el intestino a la leche sería a través de la sangre: de una sangre con burbujas y una leche con burbujas. Y no, en la leche no hay gas.