Las causas por las que tu hijo pudo ponerse morado, son difíciles de determinar. Las más frecuentes, cuando esto ocurre de una forma esporádica, son: un pequeño atragantamiento, un espasmo de sollozo o de llanto en el que el niño no termina de romper a llorar, un cambio brusco de temperatura ambiental o del agua para bañarse.
Esto es lo que descartaron en urgencias enviando al niño al cardiólogo. Al ser los resultados negativos se han eliminado las causas más serias y eso debe tranquilizarte.