Seguir una buena nutrición puede ayudar a disfrutar de un embarazo no solo más saludable, sino también plenamente confortable. No solo puede proporcionar más energía o reducir el riesgo de determinadas complicaciones del embarazo como el estreñimiento, la anemia o las náuseas matutinas. También puede ayudar a aumentar de peso de forma más lenta y progresiva, por lo que también disminuye el riesgo de diabetes gestacional. Y lo que es aún mejor: una nutrición adecuada también es excelente para el bebé.
En la mayoría de las ocasiones, seguir una alimentación saludable es esencial para proporcionar absolutamente todos los nutrientes importantes que el feto necesita para su desarrollo y crecimiento. Mientras que también mejora las posibilidades de que el bebé nazca con un peso más saludable, a la vez que disminuye el riesgo de anomalías congénitas.
Aunque la mayoría de los alimentos, adecuadamente cocinados y en buen estado, son considerados como seguros, es cierto que durante el embarazo la cosa puede cambiar ligeramente un poco. Esto es debido a que determinadas infecciones alimentarias podrían poner en riesgo no solo la salud de la futura mamá, sino también del bebé, principalmente porque su sistema inmunológico ha cambiado con la finalidad de que el cuerpo no rechace al nuevo miembro.

Y el queso, aún cuando se trate de un alimento tan nutritivo como seguro en cualquier otro momento o etapa de la vida, durante el embarazo es imprescindible mantener ciertas precauciones. Se convierte, es cierto, en una gran fuente de calcio, y lo cierto es que muchas variedades son absolutamente seguras para ser consumidas a lo largo de la gestación.
Sin embargo, no ocurre lo mismo con algunos quesos que no son tan seguros, principalmente porque la probabilidad de que puedan desarrollar bacterias como la listeria (que sí pueden dañar al feto) suele ser mayor.
Por qué algunos quesos no son tan seguros durante el embarazo y cuáles son los no recomendados
En algunos quesos el riesgo de que crezcan determinadas bacterias puede ser bastante elevado. Un buen ejemplo lo encontramos en la listeria. Cuando nos infectamos con esta bacteria podemos contraer una enfermedad, conocida con el nombre de listeriosis, que cursa con síntomas similares a la gripe varias semanas después de haber estado expuesto a la bacteria, aunque en otras ocasiones también es posible que no surja ningún síntoma.
Aún cuando la listeriosis tiende a ser una enfermedad generalmente leve para la embarazada, en el feto sí puede causar graves problemas de salud. Por ejemplo, si no es debidamente tratada, puede provocar un parto prematuro, mientras que, en casos más extremos, podría originar un aborto espontáneo o la pérdida del bebé en el momento del nacimiento.

Los quesos blandos madurados con moho, como por ejemplo es el caso del queso camember, brie o chevre (una variedad de queso de cabra), no son tan seguros para comer a lo largo de la gestación. Algo que ocurre también con los quesos blancos con vetas azules, como el gorgonzola, roquefort y el queso azul danés.
En este sentido, aún cuando los quesos blandos, maduros con moho y blandos con vetas azules están elaborados a partir de leche pasteurizada, todavía siguen siendo considerados como no seguros para consumir durante el embarazo. ¿Sabes por qué? Fundamentalmente porque al ser más húmedos que otras variedades, bacterias como la listeria pueden crecer más fácilmente en ellos.
Igualmente, también es aconsejable evitar cualquier queso blando elaborado con leche que no ha sido pasteurizada.
Únicamente podrían ser consumidos con seguridad durante la gestación si son adecuadamente cocinados, con lo que se conseguiría matar cualquier bacteria. Así, por ejemplo, podría ser posible disfrutar de un queso camembert o brie al horno, para lo cual no solo tendríamos que asegurarnos de que se ha derretido, sino que ha alcanzado la temperatura adecuada.

En resumidas cuentas, a continuación, te indicamos qué quesos no son seguros durante el embarazo:
- Queso brie, brie azul, camembert, chevre (tipo de queso de cabra con corteza blanca), taleggio, cambozola, bergader, azul danés, gorgonzola, roquefort, roncal, dolcelatte, azul shropshire, azul d’auvergne y tomme, entre otros.
Por último, recuerda que cualquier queso blando y sin pasteurizar no es seguro para comer durante la gestación, aún cuando no sea queso azul y no esté maduro con moho. Es el caso de la torta del cesar y chabichou.