Uno de los grandes errores que se comenten en cuestión de alimentación de los niños es dejar las cenas en un segundo o tercer plano. Principalmente porque, el hecho de no pensar en ellas implica que al final se terminan convirtiendo en un problema cuya solución más rápida suele ser la de recurrir a cualquier ultraprocesado para no tener que meterse en la cocina a preparar nada.
Los peques necesitan cenas adaptadas a su momento vital, por eso no es lo mismo lo que requiere uno de dos años que uno de 12 ya que, mientras el segundo puede comer de absolutamente todo, quizá al primero aún le cuestan determinados alimentos o elaboraciones. Queremos que tus peques estén perfectamente alimentados y, para ello, necesitan platos que se compensen nutricionalmente con lo que han tomado el resto del día.
El cansancio acumulado al final de la jornada y la falta de ideas son los dos motivos más frecuentes por los que esto suceda y, por eso, hemos querido ponértelo fácil para que esto no siga ocurriendo. Elaborar un menú semanal es la mejor manera de conseguirlo porque así te hará ganar tiempo cada noche y, por eso, te hemos propuesto una serie de ideas con las que probar.
Recursos de platos fáciles y rápidos de preparar en casa que les encantarán y funcionarán como la mejor fórmula para terminar el día.
Sopa
Pocas cosas les gustan más a los peques que las sopas. Por eso es un recurso que conviene explotar en cualquiera de sus versiones. Puedes crear deliciosas versiones con diferentes verduras de temporada que serán muy nutritivas para toda la familia. Solo tendrás que añadir un poco del pollo del caldo desmigado, un huevo duro también cortado en pequeños trozos y unos fideos. ¡La devorarán!
Pescado rebozado
Gallo, merluza, lenguado... cualquier pescado -a excepción de los más grandes que pueden contener altas dosis de mercurio no recomendadas para los niños- es una genial opción como cena pasado por harina y huevo antes de ir a la sartén. A ellos les encanta y está lleno de nutrientes si lo acompañas antes de una ensalada, una crema o una guarnición de verduras hornadas o al vapor, por ejemplo.
Hamburguesas vegetales
Una deliciosa manera de tomar verdura y legumbre en una forma que tiene algo casi hipnótico para los peques de la casa. Con la ayuda de un robot de cocina -o mucha paciencia si no lo tienes- debes picar muy finamente cebolla y verduras como calabacín, berenjena, zanahoria o espinacas, por ejemplo, junto a lentejas, alubias o garbanzos previamente cocidos y un poco de harina del tipo que más os guste. Mezcla bien, moldéalas y puedes pasarlas por la plancha u hornearlas en función de vuestras preferencias.
Tortilla francesa
Un recurso facilísimo, delicioso y de lo más versátil porque no tienes por qué prepararla siempre de la misma manera. Rellénala de verduras, de hierbas frescas, de queso, de lacón... ¡hay cientos de opciones diferentes! Una tortilla francesa puede ser todo lo original que tú quieres que sea.
Pisto con huevo
Otra manera de conseguir que los peques coman verduras es con un clásico de nuestra gastronomía como es el pisto. Puedes no hacer la versión canónica sino una adaptada en función de las que más le gusten al peque o las que le has introducido ya en su dieta, pero siempre con el tomate frito que tanto les encanta. Sírvelo con un huevo a la plancha y será una cena perfecta para toda la familia.