¿Pueden tomar kombucha los niños?
Profundizamos en una de las bebidas de moda y en si es apta o no para los más pequeños, un debate en crecimiento en torno a este producto fabricado a base de agua, té verde, azúcar y scoby.
Una de las bebidas de moda es la kombucha, un producto del que habrás oído hablar recientemente con más o menos recurrencia. Elaborada casi siempre con cuatro ingredientes -conviene siempre mirar el etiquetado porque la producen numerosos fabricantes-, agua, té verde, azúcar y scoby, que luego veremos lo que es, se trata de una bebida refrescante sobre la cual ha surgido un debate que va a más: si pueden tomarla o no los niños.
Hay dos motivos fundamentales que generan polémica en torno a la kombucha y los niños: que muchos productores sí la recomiendan para los peques, y su lista de ingredientes, especialmente el té. Como reconocen desde el blog Té de kombucha, al elaborarse con té, esta es una bebida que contiene cafeína, por lo que “siempre habrá cierta cantidad de cafeína en la bebida. Da igual si es casera o comprada en la tienda”, explican.
Además, aunque no contenga más que cuatro ingredientes, uno de ellos es el azúcar, pero no presente de forma natural en alguno de sus componentes, sino añadido, ya sea refinado, orgánico, de caña o blanco. Es lo de menos, en todos los casos se trata de un edulcorante que no proporciona ningún beneficio para la salud, de ahí que las instituciones pediátricas recomiendan evitar en la medida de lo posible ofrecer a los niños productos que la contengan en su composición.
Por último, también hay que apuntar brevemente algo sobre un tercer factor, el alcohol. Es cierto que la kombucha puede contener un porcentaje muy bajo de ello -"a cantidad estará en torno a un 0,5 y 2,5%. Es residual y muy baja, pero debes saber que está presente", advierten desde el blog Té de kombucha-, pero este no es un inconveniente como sí lo es la presencia de azúcar y cafeína en su composición. “Estas trazas (de alcohol) son como las que podemos encontrar cuando una fruta está muy madura (que decimos que se ha pasado), un yogurt, un vaso de kefir o una misma salsa que pasa por un leve proceso de fermentación”, recuerdan desde Meraki Ferments, fabricantes de kombucha.
En cualquier caso, la kombucha no sería recomendable para los niños por motivos nutricionales (azúcar) y clínicos, ya que la presencia de cafeína en su fórmula, aunque el té verde no contenga tanta como otros muchos productos similares, puede conllevar consecuencias negativas para los peques, como por ejemplo un efecto sobreestimulante.
Propiedades nutricionales
Por lo tanto, puede que no sea incompatible con que los niños la tomen en cantidades muy moderadas -”un chupito para los mas peques y para los que van a comenzar por primera vez a tomarla”, indican desde Meraki Ferments-, pero pediatras y las asociaciones de pediatría recomiendan, en general, evitar en los más pequeños todas las infusiones, y la kombucha lo es.
Es cierto que tiene algunas propiedades que provienen fundamentalmente de los probióticos. Estos microorganismos están presentes en el scoby, una “simbiosis de bacterias y levaduras” definen desde Komvida. “El resultado es un refresco de finas burbujas con propiedades beneficiosas para ayudar a mejorar el sistema inmunológico, limpiar de toxinas el hígado y el cuerpo, y mejorar la digestión y la flora intestinal; pero, sobre todo, un refresco que está buenísimo y que podrás tomar sin remordimientos”, explican desde la empresa fabricante de esta bebida.
En definitiva, ante las dudas por el contenido en cafeína y el hecho de que los productos azucarados no son recomendables para los niños (tampoco para los adultos), invitan a restringir la kombucha en los niños, que solo deberían beber agua, además de leche y, de forma moderada, zumos naturales. Las infusiones carecen de propiedades nutricionales. No es menos cierto, eso sí, que por lo menos la kombucha natural evita ingredientes malsanos más allá del azúcar, algo de lo que no pueden presumir la inmensa mayoría de los refrescos industriales.