Refrescantes, nutritivas, sorprendentes y muy recomendables, las ensaladas se hacen un hueco en nuestros menús cuando llega el verano incluso si hay niños en casa
Conseguir que la ensalada se convierta en uno de sus platos favoritos no es fácil, pero tampoco una misión imposible. Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que no debemos nunca obligarles a comer por muy sano que sea el plato, es mejor hacerles partícipes de la elaboración, implicarles en el proceso para que les apetezca por lo menos probarla.
Nutricionistas tan conocidos como Julio Basulto, señalan que obligar a comer a un niño “no es ético ni saludable” y muchas veces se consigue todo lo contrario a lo que se pretende, que en este caso es que disfruten con un buen plato de ensalada.
Las ensaladas suelen tener en su preparación un buen número de ingredientes que por su variedad van a proporcionar vitaminas como la A y la C y como señala Toby Amidor, nutricionista, “también poseen una gran cantidad de fitonutrientes o compuestos vegetales naturales” muy beneficiosos para nuestra salud tanto la de los adultos como la de los niños.
Un estudio publicado en el Journal of the Academy of Nutriton and Dietetics reflejó que aquellas personas que reconocieron comer muchas ensaladas a lo largo del año tenían niveles más altos de vitaminas A, B6, C, E y K.

Imaginación al poder a la hora de preparar la ensalada
Sí, la flexibilidad a la hora de preparar una ensalada es enorme, sobre todo si nos gusta y nos apetece y aún más si es algo con lo que podemos conseguir que los niños y las niñas se animen a consumirlas con cierta frecuencia.
Es verdad que tiene que tener una buena base de verduras, que podemos combinar entre sí, es muy recomendable también que cuente con una buena fuente proteica para hacerla más equilibrada. Las grasas vegetales las podemos aportar añadiendo aguacate a nuestra ensalada o crujientes frutos secos, sobre todo si los niños ya tienen edad como para poder comerlos con seguridad.
Las hojas verdes deben estar bien escurridas, después añadimos las verduras como el pepino, el tomate, la cebolla o el pimiento partidas en trozos más o menos semejantes. Siempre es recomendable que prioricemos la verdura de temporada y si somos de añadir fruta a la ensalada, también será mejor si es de temporada.
Ingredientes que completan estupendamente una ensalada pueden ser los frutos secos, las legumbres, las aceitunas, trocitos de queso o de pollo previamente cocinado, huevo duro picado o incluso pescado en conserva como atún o sardinas.
Para aliñar la ensalada, además de la conocida vinagreta con la que tenemos que tener precaución a la hora de añadir el vinagre ya que es un sabor que no es de los más apreciados por los niños habitualmente; podemos utilizar ingredientes como miel, mostaza, yogur natural, especias o incluso limón.
Aitor Sánchez, conocido dietista, nutricionista y divulgador señala que “la mostaza puede servir para transformar una ensalada sosa en una delicia, mézclala con yogur natural y tendrás una salsa muy rica.”
Una deliciosa "ensalada vertical" para comer en la playa
Otra propuesta interesante es preparar la ensalada para comer fuera, en el campo, en la montaña, de excursión, en la playa.
Marta Vergés es coach nutricional y autora del libro “Cómete el tarro”, donde cuenta todas las posibilidades de preparar ensaladas en tarros de cristal que podemos consumir en casa o en nuestro destino a las que ella denomina “ensaladas verticales”.

Ella señala que lo importante es que los alimentos más húmedos se deben colocar primero, en la base del tarro. Después van los vegetales más pesados como el pepino, la zanahoria o el aguacate.
Lo último son los ingredientes secos como las verduras verdes que utilicemos o las semillas y el aliño, ella recomienda llevarlo en otro recipiente hermético para añadirlo justo en el momento de consumir la ensalada que seguro que gustará a toda la familia.