Tostada de aguacate y queso fresco, la merienda perfecta
¡El aguacate es el nuevo alimento imprescindible en la dieta mediterránea! Su aporte energético junto con sus múltiples propiedades y su sabor combinable lo hacen perfecto para la merienda. ¿A qué esperas para dárselo a conocer a tus hijos?
Los aguacates se han convertido en los últimos años en un alimento imprescindible en la dieta de muchos. Y no nos extraña porque, además de sus múltiples propiedades, que desarrollaremos a continuación, su textura, consistencia y sabor lo convierten en un alimento que se puede utilizar en múltiples recetas.
El aguacate es una fruta cuyo origen se sitúa en Centroamérica, en las zonas de México, Guatemala y las Antillas. Actualmente, contamos con producción nacional concentrada principalmente en las provincias de Málaga, Granada y Canarias. Este superalimento está compuesto principalmente por grasas monoinsaturadas (del tipo más sano). Concretamente, el 23% de su peso corresponden a este tipo de grasas. Además, aportan el 22% de las necesidades diarias de vitamina C y una enorme variedad de minerales, entre los que se incluyen el potasio, calcio, magnesio, fósforo, hierro, cobre y cinc.
Sus altos niveles en aceites vegetales lo convierten en un gran aliado durante el embarazo ya que ayuda al desarrollo cerebral del bebé, mejorando también su función cognitiva y neurológica y ayudando en el desarrollo del sistema nervioso.
Si combinamos el aguacate con el pan, una de las fuentes de fibra más importante de nuestro menú, tenemos una elaboración con múltiples propiedades.
Espero que disfrutéis además de la receta del pan siciliano, un tipo de pan que por las características de su miga es perfecto para tostar. A ello hay que sumarle que su elaboración es muy sencilla. Por tanto, ¡no hay excusas para ponernos manos en la masa!
Esta receta ha sido elaborada por los cocineros expertos de Levital.
Ficha
- Tiempo de preparación -
- Tiempo de cocción -
- Porciones -
- Tipo de receta (n/a)
- Precio -
Ingredientes
- 900gr de harina
- 16gr de sal
- 40gr de azúcar
- 100ml de aceite de oliva
- 30gr de levadura fresca
- 500ml de agua tibia
- Aparte reservamos:
- Aguacate
- Queso de cabra
Preparación
El primer paso para elaborar nuestro pan será el de disolver la levadura fresca en el agua. Por otro lado, en un recipiente amplio, mezclamos la harina, la sal, el azúcar y el aceite. Una vez tengamos la levadura disuelta, la añadimos al resto de ingredientes.
A continuación, mezclamos todos los ingredientes con la ayuda de una lengua o paleta hasta que todos los ingredientes estén integrados en una sola bola. En ese punto, enharinamos una superficie amplia (una mesa o una encimera) donde continuamos trabajando la masa, ahora con nuestras manos. Para realizar un buen amasado, lo ideal es que estiremos la masa con un golpe seco sobre la encimera para, después, coger sobre el extremo más alejado a nosotros y doblarla sobre sí misma. Tendremos que repetir este proceso durante varios minutos, hasta que la masa haya cogido consistencia, esté fina, homogénea y deje de pegarse a nuestras manos. Una vez tengamos nuestra masa lista, hacemos una bola con ella y la dejamos reposar en un recipiente, cubierto con un paño, a temperatura ambiente.
Sabremos que el tiempo de reposo ha finalizado cuando la masa haya doblado su tamaño. Superado este tiempo de reposo, dividimos la masa en tres porciones iguales de aproximadamente 350 gramos, y dejamos reposar de nuevo durante 10 minutos. A continuación, con la ayuda de un rodillo aplastamos las tres piezas para hacer panes largos. ¿Cómo? Enrollando cada pieza sobre sí misma como si fuera un brazo de gitano. Cuando hayamos dado forma a las barras, las dejamos reposar nuevamente durante unos 60 minutos aproximadamente.
Durante este segundo tiempo de reposo, ponemos a precalentar el horno a 220ºC. Con las piezas ya fermentadas (es decir, cuando hayan doblado su volumen) pintamos los panes con un poco de aceite por encima y los metemos en el horno, bajando la temperatura del horno a 170ºC. Hornearemos durante unos 25 minutos.
Con nuestros panes listos, ya podemos cortarlos en rebanadas que utilizaremos para nuestra tostada. Cogemos un aguacate maduro, lo partimos por la mitad y con una cuchara, extraemos la pulpa justa para nuestra rebanada, que cortamos en trozos. Por otro lado, preparamos un aliño de zumo de limón, aceite de oliva, sal y una pizca de sal.
Extendemos el queso fresco, colocamos los trozos de aguacate, aliñamos y, ¡ya tenemos lista nuestra tostada!