Así debe ser el baño del recién nacido

Si acaba de llegar el bebé al mundo y eres primerizo en el universo de los niños, seguramente tengas muchísimas dudas acerca de cómo debes bañarlo. Aquí tienes los principales pasos y algunas recomendaciones para hacerlo de la manera más adecuada ¡Toma nota!
baño bebé

Cuando un niño llega al mundo, una de las principales responsabilidades que tienen los padres es cuidar de su aseo personal, lo que es un verdadero desafío especialmente para los primerizos. Y es que, aunque siempre es necesario mantener la buena higiene del peque, antes de la caída de su cordón umbilical, va a requerir una serie de cuidados más especiales a la hora de bañarlo

El principal objetivo es que el cordón se conserve lo más seco posible para que cicatrice correctamente y se eviten así infecciones no deseadas. Por esta razón no es conveniente sumergir al pequeño en el agua, por lo que evitaremos lavar al niño por inmersión. 

Así debemos bañar al bebé

Lo primero es preparar una pequeña bañera debe limpiarse y curarse, así que no pasa nada si se moja algo si después lo secamos adecuadamente. Lo que no es necesario es incidir específicamente en él. 

No obstante, para algunos expertos, no es desaconsejable sumergir al bebé en el agua mientras sea un baño de corta duración y le sequemos concienzudamente el cordón umbilical. De cualquier modo, este tipo de baño, una vez el cordón se haya caído (lo normal es que se desprenda entre la primera y la segunda semana de vida), puede aplazarse hasta dos o tres días, cuando ya no tenga ningún sangrado ni secreción y ya no haya riesgo de ningún tipo de infección.

Por otro lado, hay personas que se inclinan más por bañar al bebé “en seco”. Esta técnica es conocida como “el lavado del gato” y consiste en limpiar al bebé sobre una superficie seca como un cambiador o una cama. A partir de ahí, utilizando un paño algo húmedo o una esponja no muy empapada se va limpiando al pequeño. 

Recomendaciones para el baño del bebé

Si hay una buena organización y se mantiene la tranquilidad, la inseguridad que puedan tener los padres primerizos comenzará a desaparecer. Por eso, para conseguir que sea un momento de calma tanto para el pequeño, como para el mayor, podemos seguir estos consejos

  • No debe llenarse excesivamente la bañera, unos 15-20 centímetros es lo correcto.
  • La mejor temperatura es entre los 34-37 grados. Para asegurarnos de que no quema, si no tenemos termómetro de baño podemos introducir nuestra muñeca, el dorso de la mano o el codo. Recuerda que la piel del bebé es mucho más sensible a cualquier cambio de temperatura.
  • Antes de comenzar a bañar al bebé, debemos limpiar la zona del pañal.
  • Utilizar un jabón neutro y en poca cantidad es lo adecuado, así como una esponja específica para bebés. No es bueno utilizar demasiados productos químicos que puedan causarle alguna irritación.
  • La duración del baño debe ser de pocos minutos, evitaremos que el agua se enfríe y el niño también. Además, es conveniente que la habitación esté a unos 22-25ºC para que el niño no tenga frío al salir del agua, así como que no haya corrientes de aire. 
  • Tener todo lo que se vaya a necesitar preparado y a mano (como la toalla, la ropa, los pañales...) para NUNCA dejar al niño solo.
  • Colocar al bebé en una posición apropiada y firme vigilando su cuello y cabeza para evitar que se resbale. Lo mejor es sujetar su espalda con un brazo, para que apoye su cabecita en el antebrazo y sostenerle por la axila y el hombro.
  • Poner atención en su ombligo en los primeros baños, más pronto que tarde se acostumbrará. 

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