Ser Padres

¿A partir de qué mes pueden ir los bebés a la playa o a la piscina?

Aunque el sol proporciona interesantes beneficios para el bebé, su piel es muy delicada, por lo que debemos evitar su exposición directa al sol. Es más, es sumamente aconsejable mantenerlo a la sombra y siempre adecuadamente protegido.

Con el calor de la primavera, y la llegada de las vacaciones, los días en la playa y en la piscina vuelven al calendario con toda su fuerza. Pero aunque el sol proporciona beneficios interesantes para el bebé, su piel es muy delicada, especialmente cuando todavía es muy pequeño. Lo que puede hacer que muchas mamás y mamás se pregunten a partir de qué mes podemos ir con él a tomar el sol.

De hecho, ¿sabías que bastan solo 15 minutos al sol para que el bebé pueda sufrir quemaduras solares? Por este motivo, es de vital importancia mantenerlos a la sombra tanto como sea posible, y controlarlos a menudo, en especial a medida que avanza el día al sol.

Protección solar para bebés: Cómo mantener al bebé seguro (y protegido)

El cáncer de piel es considerado como uno de los tipos de cáncer más común en nuestro país. Y, de acuerdo a los estudios, solo se necesita una quemadura solar grave durante la infancia, o durante la adolescencia, para casi duplicar las posibilidades de que una persona pueda desarrollar melanoma, la forma más mortal de cáncer de piel.

Por este motivo, las mamás y papás deben hacer todo lo posible para proteger al bebé de los dañinos rayos UV del sol, y además, enseñar al niño cuando es un poco más grande diferentes hábitos saludables de protección solar, siendo adecuado empezar a una edad temprana.

A la hora de mantener al niño seguro cuando nos encontremos al aire libre, los dermatólogos recomiendan seguir estos consejos:

  1. Mantén al bebé a la sombra. La sombra es la mejor forma a la hora de proteger al bebé del sol, en particular si el pequeño tiene aún menos de 6 meses de edad. Por tanto, es fundamental mantener al bebé a la sombra el mayor tiempo posible. Y en caso de no poder encontrar sombra, una buena opción es utilizar la capucha del cochecito, un paraguas o un dosel.
  2. Vestir al bebé con ropa protectora. La ropa debe ser ligera y clara, pero lo más recomendable es que sea ropa adecuada para proteger la piel del bebé (por ejemplo, que no deje traspasar los rayos UV a través de la tela). Una opción útil es elegir una camisa liviana de manga larga y pantalones. También son útiles los sombreros de ala ancha y las gafas de sol con protección UV.
  3. Cuidado con el protector solar si el bebé tiene menos de 6 meses. Si el bebé tiene menos de 6 meses de edad, se debe minimizar al máximo el uso de protector solar, dado que puede causar irritaciones y otros problemas cutáneos relacionados. Cuando el bebé es más grande, aplicar una cantidad mínima de protección solar resistente al agua de amplio espectro, con un FPS de al menos 30, es muy útil. Además, si deseamos minimizar los posibles riesgos cutáneos, es posible optar por protectores solares que contengan óxido de zinc o dióxido de titanio, los cuales presentan menos probabilidades de causar irritación.
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Bebé en la piscina

Por otro lado, es fundamental tener en cuenta otro consejo básico: debemos evitar salir al aire libre en los días más calurosos, asegurándonos de que el bebé no se sobrecaliente, y ofrecerle muchos líquidos. Si observamos que el bebé se muestra muy inquieto, llora en exceso o la piel está enrojecida, es fundamental llevarlo al interior de inmediato.

¿Qué beneficios ofrece el sol al bebé? ¿A partir de qué edad podemos ir a la playa con él?

Como hemos visto, la piel sensible de un bebé recién nacido (y hasta los 6 meses de edad) debe protegerse de los efectos nocivos del sol, así como la humedad y el calor. Aunque mantener al bebé alejado de la luz solar directa es siempre recomendable, exponer al pequeño a una luz solar leve, especialmente por la mañana, es beneficioso de muchas maneras.

Y es que cuando se usan adecuadamente, los rayos UV proporcionan interesantes beneficios para la salud. Y también para el bebé. ¿Y cuáles son los más destacados? Toma nota:

  • Más vitamina D. Nuestro cuerpo necesita vitamina D. Y, para obtenerla, nuestro cuerpo requiere de un mínimo de 15 minutos de rayos UV todos los días. Dependiendo del tono de la piel del bebé, es posible que se requiera una mayor exposición al sol, pero éste no debe exceder nunca los 30 minutos. Entre otros aspectos, la vitamina D ayuda a absorber el calcio, que ayuda a fortalecer los dientes y los huesos. Además, el sistema inmune funciona de forma más eficiente.
  • Mejores niveles de serotonina. La luz solar aumenta la producción de serotonina cuando los bebés la reciben en la cantidad necesaria y recomendada. Esta hormona se encarga de regular el sueño, la digestión y también aumenta la sensación de felicidad.
  • Es útil contra la ictericia del bebé. En caso de ictericia y coloración amarillenta de la piel, es común que el médico aconseje a los padres exponer puntualmente al bebé a la exposición solar leve. El motivo es más que evidente: la luz del sol ayuda a descomponer la bilirrubina, para que el pequeño hígado del bebé pueda procesarlo con mayor facilidad. Los especialistas recomiendan exponer al bebé a la luz solar de las primeras horas del día durante 15 a 20 minutos.
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Consejos al ir con el bebé a la piscina

En cualquier caso, la protección solar es siempre fundamental en todas las etapas de la vida, evidentemente incluyendo también la infancia. Y recuerda: los rayos solares son menos dañinos tanto en las primeras horas de la mañana (de 8 a 10 horas), y a últimas horas de la tarde (a partir de las 17.00 horas).

En relación a la edad, lo ideal es acudir con el bebé a la playa a partir de los 6 meses de edad. Aunque es posible ir antes, pero nunca a las horas donde los rayos solares tienden a ser más peligrosos.

¿Y qué ocurre con las piscinas?

Debido a la gran concentración bacteriana que suelen tener las piscinas, lo ideal es no llevar al pequeño hasta el primer año de vida. No obstante, una buena recomendación es optar por piscinas con agua filtrada con ozono (en sustitución del cloro).

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