¿Cuándo se producen los primeros balbuceos del bebé?

Desde los cuatro a los seis meses se produce el primer paso de gigante en el desarrollo del habla de un recién nacido, ya que es en ese momento cuando empieza a emitir los primeros sonidos de su vida, que se unen a las risas a carcajadas, otra de las primeras formas de comunicación que aprende un bebé.
¿Cuándo se producen los primeros balbuceos del bebé?

Como ya te explicamos recientemente, los bebés suelen empezar a pronunciar sus primeras palabras de forma intencionada alrededor del año de vida, siempre con un margen hacia arriba y hacia abajo de esta fecha, porque no todos llevan al mismo nivel el desarrollo de este tipo de habilidades. 

Meses antes, a partir de los cuatro aproximadamente, ya habrán empezado también a balbucear, etapa del habla por la que se interesan la enfermera y el pediatra en la revisión de los seis meses.

Es a partir de los mencionados cuatro meses cuando también desarrollan esa risa tan expresiva a carcajadas que vuelve locos a padres, abuelos, hermanos y todo aquel que se la consiga sacar. Con ella expresan su alegría, una de las formas de comunicación que empiezan a ser mucho más legibles a partir de esta etapa del crecimiento del recién nacido. 

Y es que desde los cuatro a los seis meses el desarrollo comunicativo da un salto hacia adelante enorme, desarrollando el bebé muchísimo su capacidad de comunicación en distintas direcciones.

Niña hablando - Pexels

De igual forma que será muy expresivo con la alegría y la diversión, empezará a utilizar todo tipo de vocablos, y ya no parará hasta aprender a hablar. Al descubrir su capacidad para balbucear, la curiosidad le invitará a seguir descubriendo dicha capacidad en sí mismo, por lo que no dejará de emitirlos en lo que es una especie de entrenamiento del habla. Le hará tanta gracia escucharse a sí mismo que habrá momentos desternillantes en los que no pueda parar de hacer balbuceos, como cuando aprenden a hacer pedorretas y no hay forma de que paren.

Al comienzo solo serán balbuceos incomprensibles que irán transformándose en pequeñas onomatopeyas como “ah” e incluso sílabas, pero todavía no irán asociadas a gestos concretos que marquen lo que quiere decir con ellas. 

No es hasta los ocho meses cuando el niño empieza a ser capaz de asociar sensaciones visuales y táctiles con un sonido, en este caso ya sí una palabra. 

De ahí que sea a finales del primer año de vida cuando se le puede escuchar por primera vez un “mamá” o un “papá”.

Aunque como decíamos al comienzo del texto cada bebé tiene su ritmo, es bueno potenciar la habilidad del lenguaje a través de la comunicación con él, de los juegos y de la lectura, sobre todo a partir del octavo mes, para que amplíe la relación de objetos y los gestos con su sonido a nivel mental, lo cual tendrá una repercusión directa sobre el habla.

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