El síndrome del bebé azul es una preocupación real para los padres que buscan proporcionar una dieta saludable a sus hijos. Aunque las verduras de hoja verde como las espinacas y las acelgas son altamente nutritivas, su consumo en bebés menores de un año puede ser peligroso debido a la presencia de nitratos. Estos compuestos, al transformarse en nitritos, pueden interferir con el transporte de oxígeno en la sangre, lo que lleva a una condición conocida como metahemoglobinemia. Este artículo explora en profundidad las razones detrás de esta recomendación, las pautas para la introducción segura de estas verduras en la dieta de los niños, y la importancia de seguir las directrices de salud pública.

Comprendiendo el síndrome del bebé azul
Como ya hemos dicho, este síndrome se produce por la falta de oxígeno, pero si te ha supuesto ya una preocupación o no quieres que te pase, no dudes en descubrir más.
¿Qué es el síndrome del bebé azul?
El síndrome del bebé azul, o metahemoglobinemia, es una condición médica que afecta a los lactantes, caracterizada por una coloración azulada de la piel. Esta situación ocurre cuando la sangre no puede transportar adecuadamente el oxígeno a los tejidos debido a la presencia de nitritos. Estos compuestos se forman a partir de nitratos, que se encuentran en altas concentraciones en ciertas verduras, como las espinacas y las acelgas. La incapacidad de la hemoglobina para liberar oxígeno resulta en una disminución de oxígeno en el cuerpo, dando lugar a la cianosis, un síntoma visible que alerta a los padres sobre la falta de oxígeno.
La relación entre nitratos, nitritos y la metahemoglobinemia
Los nitratos son compuestos naturales presentes en muchos vegetales, especialmente en las partes verdes. Cuando se ingieren, estos nitratos pueden convertirse en nitritos, que son los responsables de la metahemoglobinemia. Los nitritos alteran la estructura de la hemoglobina, transformándola en metahemoglobina, que no puede transportar oxígeno. Este proceso es particularmente peligroso en bebés, ya que su sistema digestivo aún no está completamente desarrollado para manejar estos compuestos de manera segura. La competencia de los nitritos con el oxígeno en la sangre es lo que provoca los síntomas del síndrome del bebé azul.
Recomendaciones alimenticias para bebés y niños pequeños
Si aún tienes dudas de si puedes o no puedes dar a tu hijo verduras y, concretamente, espinacas o acelgas, sigue leyendo porque esto te interesa para poder resolver tus dudas:
¿A partir de qué edad pueden los niños comer acelgas o espinacas?
Ana Córdova, Pediatra HM Nens y Gynaikos, nos saca de toda duda al afirmar que "la ingesta de espinas o cualquier forraje en la dieta del bebé menor de un año está directamente contraindicado. La Asociación Española de Pediatría no recomienda incluir estas verduras hasta después del año. En octubre de 2020 la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición lanzó un comunicado de que estas verduras contienen nitratos en sus partes verdes. El problema no es tanto el nitrato en sí, sino cuando se oxidan y se convierten en nitrito. Cuando este nitrato se convierte en nitrito es cuando resulta tóxico, ya que compite con el oxígeno por fijar sal hemoglobina y si estos niños menores lo consumen en exceso, sobre todo, los lactantes de un año, puede provocar que la hemoglobina no sea capaz de transportar el oxígeno porque su lugar lo ha ocupado este nitrito. Y esto puede desembocar en una enfermedad grave que se llama metahemoglobinemia o síndrome de niño azul. Niño azul porque debido a esta baja oxigenación de los tejidos, los niños adquieren una coloración como azulada, cianótica, motivo que nos hacen saltar las alarmas. Por lo tanto, se recomienda que tanto las espinacas y las acelgas no se ve en niños menores de un año. Y a partir de los 3 años durante uno o 3 años, no más de 45 gramos al día".
Consejos para el consumo seguro de verduras en bebés
Para garantizar la seguridad en el consumo de verduras por parte de los bebés, es importante seguir ciertas pautas. Primero, es preferible introducir las verduras gradualmente y en pequeñas cantidades, observando cualquier reacción adversa. Además, es recomendable cocinar bien las verduras, ya que el proceso de cocción puede reducir el contenido de nitratos. Desechar el agua de cocción también ayuda a disminuir la concentración de estos compuestos. Por último, siempre es aconsejable consultar con un pediatra antes de hacer cambios significativos en la dieta del bebé, especialmente cuando se introducen nuevos alimentos.
¿Qué pasa con las borrajas?
La borraja es otra verdura que, al igual que las espinacas y las acelgas, contiene altos niveles de nitratos. La AESAN recomienda no incluir la borraja en la dieta de los niños menores de tres años. Esta precaución se debe a que el sistema digestivo de los niños pequeños aún está desarrollándose y puede no ser capaz de manejar adecuadamente los nitratos presentes en esta verdura. Al igual que con otras verduras de hoja verde, es esencial seguir las recomendaciones de salud para evitar posibles complicaciones.
¿Y con el resto de verduras cocinadas?
Para el resto de las verduras, es importante seguir ciertas recomendaciones de seguridad alimentaria. La AESAN sugiere no dejar las verduras cocinadas a temperatura ambiente, ya que esto puede aumentar el riesgo de crecimiento bacteriano y la conversión de nitratos en nitritos. Si las verduras no se van a consumir inmediatamente, deben ser refrigeradas o congeladas. Además, el lavado y la cocción adecuada de las verduras ayudan a reducir el contenido de nitratos, lo que las hace más seguras para el consumo infantil.
Prevención y conservación de alimentos
Dado que las recomendaciones nutricionales cambian y se van adaptando o actualizando, conviene estar atentos a las fuentes oficiales y consultar siempre con el pediatra para que nos diga qué pueden tomar y cómo consevar los alimentos.
Cómo conservar las verduras para reducir nitratos
La correcta conservación de las verduras es crucial para minimizar el riesgo asociado con los nitratos. Las verduras deben ser almacenadas en un lugar fresco y oscuro, preferiblemente en el refrigerador, para ralentizar la conversión de nitratos en nitritos. Además, es importante consumir las verduras lo más frescas posible y evitar el almacenamiento prolongado. Si se cocinan, deben ser refrigeradas inmediatamente si no se van a consumir de inmediato, y nunca deben dejarse a temperatura ambiente por períodos prolongados.
Importancia de seguir las recomendaciones de la AESAN
Seguir las recomendaciones de la AESAN es fundamental para garantizar la seguridad alimentaria de los bebés y niños pequeños. Estas directrices están diseñadas para proteger a los más vulnerables de los riesgos asociados con los nitratos y otros compuestos potencialmente dañinos. Al adherirse a estas pautas, los padres pueden estar seguros de que están proporcionando una dieta segura y saludable para sus hijos. Además, mantenerse informado sobre las actualizaciones de estas recomendaciones es esencial, ya que la ciencia nutricional está en constante evolución.

Casos clínicos y síntomas del síndrome del bebé azul
Si este síndrome se ha hecho tan conocido y los pediatras advierten sobre él, es porque hay casos documentados que nos hacen alertarnos para no terminar lamentándolo después.
Ejemplos de casos clínicos en bebés
Existen varios casos documentados de bebés que han desarrollado el síndrome del bebé azul tras consumir alimentos ricos en nitratos. Un ejemplo notable es el caso de un niño de nueve meses que presentó síntomas de metahemoglobinemia después de ingerir puré de acelgas. Este caso subraya la importancia de seguir las recomendaciones dietéticas y la vigilancia de los síntomas en los bebés. Los estudios clínicos han demostrado que los lactantes son especialmente susceptibles a esta condición debido a su inmadurez fisiológica.
Identificación de síntomas: cianosis y otros signos
La identificación temprana de los síntomas del síndrome del bebé azul es crucial para el tratamiento oportuno. Los signos más evidentes incluyen cianosis, que se manifiesta como una coloración azulada en los labios y la piel, palidez y, en algunos casos, vómitos. Estos síntomas son indicativos de una falta de oxígeno en el cuerpo y requieren atención médica inmediata. Los padres deben estar atentos a cualquier cambio en el color de la piel de sus hijos y buscar ayuda médica si observan síntomas preocupantes.
Consultas médicas y seguimiento pediátrico
Si tienes dudas sobre qué puede tomar o no tu bebé, no te arriesgues y ponte en contacto con su pediatra. Ellos, que están en continua formación, saben mejor que nadie lo que debes hacer.
Cuándo consultar al pediatra sobre la dieta del bebé
Es fundamental consultar al pediatra antes de introducir nuevos alimentos en la dieta del bebé, especialmente cuando se trata de verduras de hoja verde. Los pediatras pueden proporcionar orientación sobre el momento adecuado para introducir estos alimentos y las cantidades seguras. Además, si un bebé muestra cualquier síntoma de malestar después de consumir un nuevo alimento, es importante buscar atención médica para descartar condiciones como la metahemoglobinemia.
Recomendaciones para padres y cuidadores
Los padres y cuidadores deben estar bien informados sobre los riesgos asociados con ciertos alimentos y seguir las recomendaciones oficiales para proteger la salud de sus hijos. Es esencial planificar cuidadosamente la dieta del bebé, asegurando una variedad de nutrientes sin comprometer la seguridad. Además, mantenerse al día con las investigaciones y directrices actuales puede ayudar a los padres a tomar decisiones informadas. La consulta regular con un pediatra también es crucial para monitorear el desarrollo y bienestar del niño, asegurando que la dieta sea adecuada para sus necesidades específicas.
Desde la AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición) actualizaron en octubre de 2020 sus recomendaciones sobre el consumo de hortalizas de hoja con el objetivo de disminuir la exposición a los nitratos en las poblaciones vulnerables (bebés y niños de corta edad):
