Los juguetes que ayudan al desarrollo sensorial, motriz y creativo del bebé según su edad

Es una necesidad básica de los niños que les ayuda en su desarrollo sensorial, motriz y creativo.
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“Los juguetes están hechos para adaptarse a los diferentes momentos evolutivos de los más pequeños de la casa”, explica Rosa García Roura, especializada en Comunicación e Innovación Pedagógica e integrante del equipo educativo de Cavall de Cartró.

Jugar es una prioridad para nuestros hijos porque les sirve como herramienta para vivir la realidad, expresarse y aprender. Según con lo que se entretengan, observaremos la etapa de crecimiento en la que se encuentran. Los mejores juguetes son los que estimulan el progreso cognitivo de los niños y brindan experiencias significativas y estimulantes, a través de las cuales amplían la información de su medio.

Baby playing with hanging mobile - Getty Images

De 0 a 12 meses

Durante los primeros meses de los bebés, es importante ofrecer juguetes que inciten el desarrollo sensorial. Los más relevantes en esta etapa son los del gusto y la vista, a pesar de que a medida que la enseñanza avanza, se tienen que incluir otras partes del cuerpo, como la cabeza, el cuello, las manos y, en último lugar, las piernas. En cuanto al material, se sugieren juguetes no estructurados. Lo que se busca en este semestre de vida es que el niño esté despierto y descubra nuevos estímulos, motivo por el cual el

uso de materiales propios de la vida cotidiana como la madera, las telas, el papel o el cartón permitirán que identifique nuevos tactos, colores y patrones del entorno que lo rodea.

"A los 6 o 7 meses, ese sonajero puede pasar de una mano a la otra. Y a alrededor de los 9 meses, comienzan a desarrollar una prensión de pinza que capacita a los bebés para recoger objetos pequeños, como bloques u otros juguetes pequeños adecuados para su edad. Durante esta época, el juego es por lo general una actividad solitaria, pero el juego con otros bebés, y la imitación de actividades, es común al final del primer año de vida" explican los expertos de Kids Health.

De 1 a 2 años

La acción cambia en esta franja de edad. Aquí, el menor empieza a dominar el lenguaje y la psicomotricidad, hecho que le permite interactuar de manera fluida con la figura adulta. Siguiendo esta idea, se recomienda introducir el juego heurístico –el objetivo principal del cual es la manipulación y la experimentación de diferentes objetos y materiales para desarrollar la coordinación de movimientos ocular-manual–, los circuitos psicomotores y las actividades de trasvases, puesto que son excelentes para promover el incremento de la atención y concentración incremento de la atención y concentración de los niños.

De 6 a 12 meses

En este punto, el comportamiento de los niños es repetitivo y tienden a acercarse los objetos a la boca para explorarlos reiteradamente. Entre sus capacidades, la cavidad oral es de las pocas que tienen más dominada y, frente a la detección de nuevos elementos en el ambiente, el cuerpo focaliza toda la energía física y emocional en ella. Por eso, es preciso crear juegos monótonos y repetitivos que promuevan la estimulación de los sentidos: las canciones y las botellas sensoriales, por ejemplo, ayudan a identificar nuevos ruidos, la panera de tesoros incita a buscar objetos para palpar nuevas texturas y los cuentos fomentan la imaginación. En este contexto, tanto las telas como los materiales no estructurados siguen siendo una buena opción.

De 2 a 3 años

El juego simbólico es ideal para ellos. Este se basa en su capacidad de imitar momentos vividos o escenas de la vida cotidiana de los adultos, hecho que impulsa su creatividad e imaginación. Aparte del juego simbólico y de la experimentación, se aconseja la inclusión de juegos de construcción que los ayuden a idear combinaciones, así como juegos de encaje para enseñarles a apilar formas y ajustar estructuras. Por su parte, la música y la danza tienen un papel primordial en la expresión corporal de los niños, ya que les descubren nuevas posibilidades de movimiento. 

"Los niños entre 1 y 3 años son más conscientes de la función de los objetos. Por lo tanto, es más probable que apilen bloques, balbuceen en un teléfono de juguete o usen un vaso para niños más grandes. Además, comienza el concepto de jugar a que se es otra persona. Es posible que a la noche su pequeño se lleve un muñeco a la cama o que diga "chucu-chu" mientras tira de un tren de juguete" explican desde Kids Health.

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