Los cereales en la introducción de la alimentación complementaria

Entrevista con la Profesora Titular de Pediatría Rosaura Leis para arrojar luz sobre todas las dudas que asaltan a madres y padres a este respecto.
Los cereales en la introducción de la alimentación complementaria

Entrevista con Rosaura Leis, Profesora Titular de Pediatría. Coordinadora de la Unidad de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica del Hospital Clínico Universitario de Santiago. IP del GI Nutrición Pediátrica del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago (IDIS). CiberObn. Coordinadora del Comité de Nutrición y lactancia materna de la AEP. Santiago de Compostela.

Pregunta: ¿Cuándo introducir la alimentación complementaria?

Respuesta: La alimentación complementaria, constituida por alimentos sólidos o líquidos distintos de la leche, ya sea materna o de fórmula adaptada, debe introducirse entre los 4 y los 6 meses. Debemos tener presente que no es un momento, sino “un periodo de tiempo”. La recomendación de cuándo introducirla debe ser individualizada, dependiendo de la curva de crecimiento del niño y del desarrollo fundamentalmente del aparato digestivo, del sistema nervioso y del renal. Durante este período la leche sigue siendo el alimento fundamental, pero ya no suficiente para cubrir las necesidades de energía y de determinados nutrientes, especialmente el hierro y el zinc.

P: ¿Cómo se puede introducir este tipo de alimentación?. ¿Qué métodos de introducción existen?

R: Tradicionalmente, se van introduciendo alimentos, progresivamente, sin que parezca que tenga gran importancia con qué alimento iniciar, pero sí el dejar un intervalo de tiempo de unos 5 a 7 días antes de la introducción de un nuevo alimento. No se debería aportar una mezcla de alimentos sin que se hayan probado separadamente. También se debe ir modificando la textura, triturado, machacado y administrado con cuchara.

Recientemente, se han extendido nuevas técnicas como el baby-led weaning (BLW), en la que se ofertan al lactante distintos alimentos y es éste el que elige y lo autoadministra. Esta técnica según algunos autores tiene el riesgo de la realización de ingestas limitadas, tanto en energía como en nutrientes, pudiendo presentar el lactante deficiencias nutricionales, así como de sofocación o atragantamiento. Para evitarlo, el método Baby Led Introduction to Solids (BLISS) es una modificación del BLW en el que se seleccionan los alimentos ofertados entre aquellos con más densidad de nutrientes y menor riesgo de sofocación.

A pesar de la creencia de que podrían ayudar a la regulación del apetito y, por tanto, a reducir el riesgo de obesidad en edades posteriores, parece no existir evidencia científica suficiente en la que apoyarse.

P: La importancia de los cereales en los lactantes. ¿Son adecuados y necesarios?. ¿Qué nutrientes aportan los cereales?

R: Los cereales infantiles son un buen alimento para la introducción de la alimentación complementaria, ya que favorecen el aporte de nuevas texturas, sabores, energía y nutrientes como el hierro y la fibra.

En los últimos tiempos se ha difundido, especialmente en prensa y a través de redes sociales, el mensaje de la inadecuación de éstos para la alimentación de los pequeños, argumentando que aportan una gran cantidad de azúcares libres, y que además su sabor dulce podría condicionar la preferencia por éste en edades posteriores. Sin embargo, el Dr. Vitoria, en un estudio llevado a cabo en 2018 en 98 marcas de cereales comercializadas en España, puso en evidencia que con el consumo de 25 gramos de cereales infantiles, sólo con una de las marcas no se cumplía la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que la ingesta de azúcares libres no superase el 5% de las calorías totales del día.

Es de destacar que en los últimos años, la industria ha realizado una serie de cambios en la formulación de los cereales infantiles, buscando un menor aporte de azúcares libres y disminuir el dulzor. Para ello, se utilizan cereales integrales o de grano entero y se trata de evitar o reducir la hidrólisis enzimática o dextrinación en su preparación. Así en un estudio similar en 2020, analizando 110 marcas, se observa que con el consumo de 25 gramos de las marcas analizadas, con ninguna de ellas se supera la recomendación.

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P: ¿Los cereales tienen azúcares?

R: La industria alimentaria infantil ha hecho un gran esfuerzo para reducir el aporte de azúcares libres en los cereales para niños. Han reformulado productos, utilizando cereales integrales y evitando o reduciendo la hidrólisis o dextrinación. Hoy en el mercado hay cereales con 0 azúcares libres.

P: ¿Es necesario el hierro en la dieta del lactante?

R: El hierro es un nutriente fundamental a lo largo de toda la vida, pero muy especialmente en estos primeros momentos, favoreciendo el desarrollo cerebral. La leche es deficitaria en hierro, y, como ya les dije, a partir de los 6 meses el aporte de hierro, tanto de la leche materna como de la fórmula es insuficiente para cubrir las necesidades. En relación a cuál es el mejor alimento para aportar hierro, si los cereales o la carne, debemos tener presente que los cereales contienen más hierro, pero el hierro de la carne es más biodisponible. Sin embargo, dadas las recomendaciones de reducir en estos primeros meses el aporte proteico, el tamaño de la ración de carne debe ser reducido, ya que una ingesta elevada de proteínas a esta edad parece guardar relación con un mayor riesgo de obesidad en edades posteriores y esto pone en riesgo el cumplimiento de las necesidades de hierro; por ello, la ingesta de cereales se convierte en una importante fuente y en garantía de cumplimiento. El consumo de 25 g de cereales infantiles ayuda a cumplir las recomendaciones de hierro en el lactante que ingiere 20-40 g de pollo y 500 ml de leche de fórmula.

Por otra parte, debemos destacar que la vitamina C o ácido ascórbico favorece la absorción de hierro. Por tanto, el tipo de preparación de los cereales también va a condicionar su biodisponibilidad. Tanto la leche materna como la de fórmula contiene vitamina C y el añadir los cereales a éstas favorece la absorción de hierro, mientras que la preparación en agua pone en peligro su aporte.

El consumo de cereales como la maicena, la sémola de trigo, la harina de avena, el arroz integral hervido, etc. supone un aporte significativamente menor de hierro y, en la mayoría de las ocasiones de fibra, que si se consumen cereales para lactantes.

P: ¿Cuándo y cómo debemos introducir el gluten en su alimentación?

R: En cuanto al momento de introducción del gluten en la alimentación complementaria, el último documento de posicionamiento la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (ESPGHAN) recomienda que éste puede formar parte de la dieta en cualquier momento a partir de las 17 semanas de edad, pero en cantidades pequeñas al inicio. Sin embargo, todavía no se ha precisado qué es “cantidad pequeña” y son necesarios más estudios que nos ayuden a establecer una recomendación definitiva.

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P: ¿Son mejores los cereales naturales o los cereales infantiles?

R: Los cereales naturales no se rigen por la normativa de los alimentos infantiles, y no están, por tanto, bajo su estricto control. En los cereales infantiles está garantizado el cumplimiento de la normativa, la calidad nutricional del producto, la adecuación a las características del niño y la seguridad alimentaria del mismo. Además, los controles son muchos más exigentes en los cereales infantiles en cuanto a los metales pesados o las micotoxinasicional del producto, la adecuación a las características del niño y la seguridad alimentaria del mismo.

P: ¿Debemos por tanto ofrecer cereales en la alimentación complementaria de los más pequeños?

R: Sin ninguna duda SÍ. Si bien debemos tener presente en su elección que sean bajos en azúcar libres, de poco dulzor y dar las raciones recomendadas.

Los preparados de cereales infantiles comercializados tienen importantes ventajas nutricionales, especialmente en cuanto al aporte de hierro, zinc y fibra, y además favorecen la introducción de nuevas texturas.

El uso de cereales integrales y la reducción o eliminación de la hidrólisis o dextrinación ha disminuido su aporte de azúcares libres y su sabor dulce.

Además, están sujetos a la normativa de la alimentación infantil y, por tanto, son controlados para garantizar que cumplen la calidad nutricional, la adecuación y la seguridad alimentaria exigida. En cualquier caso, se recomienda no superar los 25 gramos por ración al día.

Si se cumplen las recomendaciones en cuanto a tamaño de ración de otros alimentos proteicos, como el pollo, alcanzar las recomendaciones de hierro sin el aporte de los cereales infantil es difícil. Esto podría dar lugar a que la prevalencia de ferropenia en lactantes se viera incrementada con las importantes consecuencias para su desarrollo y salud a corto y largo plazo.

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