La exposición al humo del tabaco en el útero tiene una consecuencia directa sobre los bebés. Según una investigación presentada en la Conferencia Internacional ATS 2021, que la madre se exponga al humo del tabaco, de manera activa o pasiva, durante el embarazo disminuye la función pulmonar de los bebés.
"El tabaquismo en el hogar provoca un aumento de los niveles de cotinina (sustancia producida durante el metabolismo de los productos del cigarro) en el plasma de las mujeres embarazadas y en los niños, pero también pueden observarse niveles elevados de cotinina en sujetos sin exposición declarada”, explica la doctora Hanna Knihtilä, investigadora de la División Channing de Medicina en Red del Hospital Brigham y de Mujeres y de la Facultad de Medicina de Harvard.
Es decir, la exposición del humo del tabaco causa efectos negativos a los pulmones del feto, incluso antes de nacer. Cuando se fuma cerca de una mujer embarazada esta se convierte en fumadora pasiva: persona que respira el humo del tabaco que exhalan otras personas, como explica la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Por tanto, las embarazadas que tienen a personas que fuman habitualmente y se rodean de ellas podría provocar diversas alteraciones en el feto.
También las embarazadas que fuman tabaco convierten al feto en fumador pasivo, tal y como explica la AECC. Esto provoca, entre otras cosas: reducción del peso del recién nacido, síndrome de muerte súbita del lactante, mayor riesgo de partos prematuros y abortos espontáneos y alteraciones placentarias.
Ensayo clínico en más de 400 mujeres embarazadas
Retomando la investigación presentada en la Conferencia Internacional ATS 2021, los autores explican que "la mayor parte de la exposición [al humo del tabaco] sugiere que incluso pequeñas cantidades de exposición pueden tener efectos perjudiciales en la función pulmonar de los niños".
Estos datos se han observado tras realizar un ensayo clínico en 476 mujeres embarazadas de 10 a 18 semanas de gestación y que habían declarado que no habían fumado. Por otro lado, también se han estudiado a los hijos que pertenecen al Ensayo de Reducción del Asma Antenal con Vitamina D.
Los investigadores hicieron una serie de cuestiones a las mujeres embarazadas para conocer cómo de expuestas habían estado al tabaco en casa durante el primer, el tercer y el sexto año después del parto. También midieron los niveles de cotinina en el plasma de las embarazadas entre las 10 y 18 semanas de gestación y entre las 32 y 38 semanas. El 14% madres declararon ser fumadoras activas y un 22% dijeron ser fumadoras de otros hogares durante al menos un momento puntual.
Sin embargo, los científicos observaron que las madres que tienen suficientes niveles de la vitamina D durante el embarazo no presentan una asociación entre el nivel de cotinina y su repercusión en la función pulmonar de los bebes.
También midieron la función pulmonar de los niños a los seis años con una espirometría y oscilometría de impulsos, una tecnología que utiliza ondas sonoras para medir la función pulmonar. "Con estos datos de seguimiento en múltiples puntos temporales, pudimos demostrar que el efecto de la exposición al humo del tabaco en la función pulmonar parece depender de la dosis y la duración de la exposición desde el embarazo hasta la infancia", concluyen los expertos tras recabar datos sobre estudio.