¿Hay que reñir al niño cuando rompe las cosas?

Con un año, los niños tienen muchas ganas de descubrir el mundo que les rodea. Cuando destrozan algo, no lo hacen por maldad, sino porque quieren comprender cómo funcionan las cosas.
El castigo no permite el desarrollo de la responsabilidad

Siempre intentan experimentar con los objetos para saber todo lo que se puede hacer con ellos. Si el pequeño rompe el periódico, es porque le gusta observar cómo se rasgan las hojas; si tira los CD, es porque para él tienen el mismo valor que sus propios juguetes, que puede esparcir por el suelo sin que nadie le regañe.

Castigado por romper algo

Los pequeños quieren poner a prueba sus nuevas habilidades y afirmar su independencia. Sin embargo, no queda más remedio que imponer cierta disciplina. Pero, ¿cómo enseñarles a cuidar los objetos que les rodean?

Consejos para corregirles

 Disciplinar a nuestros hijos con amor e inteligencia es un arte de continuo aprendizaje que, sin lugar a dudas, también nos dará la oportunidad de aprender y crecer como personas. La clave consiste en disciplinarlos de manera constructiva y no lastimando su autoestima y sin enseñarles que es de lo que importa al final. 

Consejos

Elige el momento adecuado. Lo ideal es que lo disciplines justo tras la acción que quieres corregir.

Céntrate en la conducta. No generalizar, se debe hablar del problema específico. No hay que etiquetar diciendo «siempre lo miso» o cosas por el estilo.

No lo atemorices. No le infundas miedo o lo amenaces. Llévalo a la reflexión y el razonamiento.

Hazle saber las consecuencias de sus acciones. Explícale que cada comportamiento tiene una repercusión, que a veces puede ser negativa y dañar a otras personas.

Nunca compares su comportamiento. Cuando corrijas, céntrate en la acción negativa de su comportamiento y no lo compares con otros niños.

Evita los insultos y gritos. Para un niño, los gritos de sus padres son un indicador de que han dejado de amarles y de que no son tan buenos como esperaban.

Sé coherente siempre. No servirá que le regañes un día porque maltrata a su mascota, y al día siguiente le permites hacerlo.

Escúchale con atención. Dale la oportunidad de explicarse ¿Por qué lo hiciste? Le ayudará a asumir su comportamiento y aprender a reconocer sus errores.

No te distancies emocionalmente. Aunque estés enojado por su comportamiento y le riñas, hazle saber que le sigues queriendo y que es importante para ti.

No pierdas la calma. Toma unos minutos para relajarte, respira profundamente y luego conversa con tu hijo usando un tono de voz firme, pero tranquilo.

Y esto es mejor decírselo en privado y no en público delante de gente. Y es que si las cosas se hablan en casa y en privado con tu hijo, le hará sentirse en un ambiente seguro aunque esté recibiendo un comentario que quizás no es de su agrado.

Y por otro lado en ese espacio se sentirá tranquilo para responder y expresar cómo se siente, por qué ha actuado así, y a reflexionar (juntos) otras formas de comportamiento.

Recuerda que castigar, reñir o reprochar no es educar; con estas acciones, aunque es normal llevarlas a cabo de vez en cuando, en realidad no le "enseñamos" algo nuevo a nuestro hijo. Sí le decimos qué NO debe hacer, pero también es importante transmitirles lo que esperamos de ellos y asegurarnos que lo entienden.

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