La autocompasión en las altas capacidades: oportunidades para trabajarla con los niños

La experta en altas capacidades intelectuales Beatriz Belinchón comparte algunas oportunidades cotidianas para trabajar la autocompasión.
un niño mira al cielo

La experta en altas capacidades intelectuales Beatriz Belinchón, divulgadoras de esta neurodivergencia que tiene el 10% de la población aunque el informe del ministerio de Educación demuestra que solo 2 de cada 100 niños con altas capacidades están identificados, ha dedicado un post reciente en redes sociales a la autocompasión y las altas capacidades. En el interesante contenido, Belinchón comparte algunas oportunidades cotidianas para trabajar la autocompasión, tanto con niños con altas capacidades como con niños que no las tengan.

Dice Beatriz Belinchón, experta universitaria en altas capacidades, que la autocompasión “es un ejercicio boomerang porque trabajando la compasión hacia uno mismo también se trabaja la compasión hacia los demás.

De la autocompasión, por cierto, como explican desde el Instituto Europeo de Psicología Positiva, Kristin Neff, principal investigadora científica del término, dice lo siguiente: ser cálidos y comprensivos, en lugar de duramente críticos, cuando hemos cometido un fallo, nos sentimos incompetentes o estamos sufriendo”.

No es, por lo tanto, la compasión en psicología lo mismo que significa para muchas personas a pie de calle, que suelen relacionar el término con sentir debilidad por otros, ni la autocompasión entendida como el dar lástima o pena a los demás. La autocompasión a la que se refiere Beatriz Belinchón, desde el punto de vista de la psicología, es “la actitud de querer entender, comprender y tener una más amplia perspectiva de aquello que nos haya sucedido”, apuntan desde dicho instituto.

Un niña, sentada en el suelo - Rubén García

Aclarado esto, volvemos a la autocompasión, la infancia y las altas capacidades. Beatriz Belinchón asegura al respecto que ejercitarla “beneficia a todos”, pero está especialmente interiorizada en las personas con altas capacidades. “Si me apuras, aún más en mujeres”, puntualiza.

Se refiere Belinchón a esa característica propia de las altas capacidades intelectuales, la autoexigencia, uno de los factores de riesgo de ansiedad en las personas con altas capacidades intelectuales, que tiene mucho que ver con la necesidad de alcanzar la excelencia en todo lo que hacen de estos niños y niñas. 

A menudo se pasan de frenada y caen en una excesiva autocrítica los niños con altas capacidades, que además tienden a tener cero tolerancia a la frustración, pero la experta en altas capacidades considera que es bueno tener desarrollada esa capacidad crítica con uno mismo. “Como adultos es bueno tener la capacidad de reconocer nuestros puntos débiles, nuestros errores que forma parte de nuestro día a día pero con mesura y equilibro, sin dejarnos llevar por una excesiva autocrítica”, explica.

Debido a esta exigencia excesiva y las asincronías del desarrollo características de las personas con altas capacidades, que además viven todo de una forma muy intensa, la autocompasión se hace más necesaria si cabe, en opinión de Beatriz Belinchón, que recomienda el libro de Kristin Neff titulado ‘Sé amable contigo mismo’. “Creo que trabajar la autocompasión creo que es un muy bonito y necesario ejercicio interno”, dice.

Retrato de un niño - Rubén García

Eso sí, como hábito que debemos adquirir y ayudar a nuestros hijos, tengan altas capacidades o no, a que lo adquieran, Belinchón advierte de que necesita su proceso de aprendizaje

Por eso, la experta en altas capacidades señala algunas oportunidades o situaciones cotidianas ideales para poder trabajar la compasión y la autocompasión. Son válidas tanto para la infancia como para las personas adultas, y son emociones o sentimientos que tienen a menudo sobre sí mismos las personas con altas capacidades intelectuales. Las enumeramos a continuación:

  • Hacer algo muy complejo pero atascarse en lo básico
  • Quitar valor que resulta fácil
  • Necesidad de control
  • Excesiva autocrítica y juicio interno
  • Culpa
  • Bueno no es suficiente, solo la excelencia
  • Desvalorización

Belinchón, a modo de conclusión, recuerda que nuestra conducta es una forma necesaria de poder cuidarnos, intentar construir una buena relación con uno mismo y con los demás… una forma de contrarrestar la crítica interna hacia uno mismo es tratar de entenderla, validarla, sentir compasión por ella y sustituirla por una respuesta más amable”.

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  • Eugenio Manuel Fernández Aguilar