Hay padres y madres cometiendo este error: confunden las calificaciones escolares de sus hijos con la verdadera inteligencia

Los padres suelen confundir las calificaciones escolares con la inteligencia real de sus hijos, lo que puede afectar su desarrollo. Descubre por qué este error es tan común y cómo evitarlo para potenciar las habilidades de los niños.
El error que cometen muchos padres y que puede afectar al futuro de sus hijos: confundir las calificaciones escolares con la verdadera inteligencia. Fuente: Midjourney / Eugenio Fdz.

Cuando un niño llega a casa con un boletín de notas lleno de sobresalientes, es común que sus padres sientan orgullo y lo perciban como una prueba de su gran inteligencia. Pero ¿qué ocurre cuando las calificaciones no son tan altas? Muchos padres pueden asumir que su hijo no es tan capaz como otros compañeros, sin considerar otros factores. Esta confusión entre rendimiento académico e inteligencia real puede afectar las oportunidades de aprendizaje y desarrollo de los niños.

Un estudio publicado en Child Development ha analizado cómo de precisos son los juicios de los padres sobre la inteligencia de sus hijos y ha encontrado que, en general, estos juicios están más influenciados por las calificaciones escolares que por la verdadera capacidad cognitiva. El estudio destaca que esta confusión puede tener consecuencias importantes en el desarrollo de los niños y en las decisiones que los padres toman sobre su educación.

Las calificaciones no siempre reflejan la inteligencia

Es fácil asumir que un niño con buenas calificaciones es más inteligente que otro con notas más bajas, pero la realidad es más compleja. La inteligencia se define como la capacidad de razonar, planificar, resolver problemas y aprender de la experiencia, mientras que las calificaciones dependen de muchos otros factores, como la metodología del profesor, el ambiente del aula o incluso el estado emocional del niño.

Según el estudio, los padres suelen sobreestimar la inteligencia de los niños con alto rendimiento escolar y subestimar la de aquellos que tienen dificultades académicas. "Los juicios de los padres dependían más del rendimiento académico de los niños que de su verdadera capacidad cognitiva". Esto significa que un niño con grandes habilidades cognitivas pero con un bajo desempeño en la escuela podría no recibir el apoyo necesario para desarrollar su potencial.

Orgullo y alegría: un niño muestra con entusiasmo su boletín de calificaciones, celebrando su esfuerzo y aprendizaje. Fuente: Midjourney / Eugenio Fdz.

El impacto de las expectativas de los padres en sus hijos

Los padres desempeñan un papel crucial en la educación de sus hijos, no solo a través del apoyo directo, sino también mediante sus expectativas. Estudios previos han demostrado que las creencias de los padres sobre la inteligencia de sus hijos influyen en su autoconfianza y rendimiento escolar. Si un niño es percibido como menos inteligente debido a sus calificaciones, podría desarrollar una baja autoestima académica y una menor motivación para el aprendizaje.

El estudio encontró que "una ligera sobrestimación de la inteligencia de los niños tiene un efecto positivo en su rendimiento escolar, pero una sobrestimación excesiva o una subestimación pueden ser perjudiciales". En otras palabras, creer en las capacidades de un niño puede impulsarlo a esforzarse más, pero no reconocer sus habilidades puede limitar sus oportunidades.

El asombro del aprendizaje: un niño descubre nuevas ideas mientras su madre lo motiva con entusiasmo. Fuente: Midjourney / Eugenio Fdz.

Factores que influyen en la percepción de los padres

El estudio también identificó algunos factores que afectan la precisión con la que los padres evalúan la inteligencia de sus hijos. Entre los más relevantes están:

  • Género: Los padres tienden a evaluar con mayor precisión la inteligencia de los niños que la de las niñas. Esto podría deberse a estereotipos de género que asocian la inteligencia con características masculinas .
  • Orden de nacimiento: Los primogénitos suelen ser percibidos con mayor precisión en comparación con los hijos menores.
  • Nivel educativo de los padres: Los padres con estudios superiores tienen una mejor capacidad para evaluar la inteligencia de sus hijos con precisión.
  • Entorno familiar: La cantidad de libros en casa y el nivel socioeconómico también influyen en la capacidad de los padres para hacer juicios precisos sobre sus hijos.

Estos hallazgos sugieren que la percepción de los padres no siempre es objetiva y que factores ajenos a la inteligencia pueden influir en su juicio.

Fomentar la curiosidad desde pequeños: una familia disfruta juntos de la lectura en una biblioteca, explorando el conocimiento más allá del aula. Fuente: Midjourney / Eugenio Fdz.

Cómo mejorar la percepción sobre la inteligencia de los hijos

Para evitar caer en la trampa de confundir las calificaciones con la inteligencia real, los expertos recomiendan:

  1. Observar más allá de las notas: Prestar atención a otras habilidades, como la creatividad, la resolución de problemas y la curiosidad intelectual.
  2. Evitar comparaciones con otros niños: Cada niño tiene un ritmo de aprendizaje diferente. Comparar constantemente su desempeño con el de otros puede generar presión innecesaria.
  3. Fomentar un ambiente de aprendizaje positivo: Proporcionar oportunidades para el desarrollo de habilidades fuera del ámbito escolar, como juegos de lógica, lectura y exploración científica.
  4. Consultar con profesionales: Si hay dudas sobre el desarrollo cognitivo de un niño, es útil acudir a especialistas en psicopedagogía o realizar evaluaciones profesionales.

El efecto Pigmalión: cómo las expectativas moldean el aprendizaje

El modo en que los padres perciben la inteligencia de sus hijos influye directamente en su desarrollo. Este fenómeno, conocido como efecto Pigmalión, ha sido ampliamente estudiado en psicología. Según el clásico experimento de Rosenthal y Jacobson (1968), las expectativas de los adultos pueden influir en el rendimiento de los niños: si un padre cree que su hijo es inteligente, es más probable que le proporcione apoyo y estímulos que refuercen su aprendizaje.

El estudio de Mack et al. (2024) sugiere que muchos padres, al basar su juicio en las calificaciones, pueden sin querer subestimar o sobreestimar la capacidad de sus hijos. Esto puede generar un efecto Pigmalión positivo, si la sobrestimación impulsa la motivación y la confianza del niño, o negativo, si la subestimación limita su desarrollo y oportunidades.

Por ello, es clave que los padres sean conscientes del impacto de sus expectativas y adopten un enfoque equilibrado, reconociendo el potencial de sus hijos más allá de sus notas escolares.

Referencias

  • Mack, E., Scherrer, V., & Preckel, F. (2024). How smart is my child? The judgment accuracy of parents regarding their children's cognitive ability. Child Development, 96(1), 122-140. DOI: 10.1111/cdev.14156.
  • Rosenthal, R., & Jacobson, L. (1968). Pygmalion in the classroom: Teacher expectation and pupils' intellectual development. Holt, Rinehart & Winston.

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