Tus hijos no son distraídos: su atención funciona en ciclos que apenas empezamos a descubrir

Un nuevo estudio revela que la atención no es continua, sino que se alterna rítmicamente entre estímulos, incluso sin que el niño lo perciba. Esto podría cambiar cómo entendemos la "distracción" en casa y en el aula.
Fuente: ChatGPT / E. F.

Hay momentos en que parece imposible que nuestros hijos mantengan la atención. En el desayuno (si se hace), les pedimos que se pongan los zapatos, pero acaban mirando las manchas de leche en la mesa. Durante los deberes (si se hacen), empiezan resolviendo un problema de matemáticas y, de pronto, están preguntando cuándo es su próximo cumpleaños. Es fácil pensar que están distraídos o desinteresados. Pero ¿y si su cerebro simplemente no está diseñado para enfocar como creemos?

Una nueva investigación en neurociencia cognitiva está cambiando la forma en que entendemos la atención. Un artículo publicado en Trends in Cognitive Sciences propone que la atención no es continua, sino que se organiza en ciclos rít­micos. Este fenómeno, denominado "muestreo atencional", podría explicar por qué a veces nuestros hijos parecen no estar atentos, cuando en realidad su cerebro está alternando el foco más rápido de lo que nosotros percibimos.

El cerebro no enfoca como una linterna encendida, sino como una que parpadea

Los autores del estudio, Ayelet N. Landau, Daniele Re y Flor Kusnir, explican que la atención no es un estado fijo y sostenido, sino una sucesión de momentos breves en los que el cerebro realmente está atento. Entre cada uno de esos momentos hay pequeños vacíos o cambios. "La percepción fluctúa con el tiempo a aproximadamente 8 Hz cuando se atiende a un solo objeto y a 4 Hz cuando se atiende a dos objetos" —señalan los investigadores en el artículo—.

Este patrón se debe a una limitación natural: no podemos procesar toda la información sensorial a la vez. En lugar de eso, el cerebro alterna el foco de forma cíclica entre los distintos elementos que compiten por nuestra atención. Esto ocurre tanto si miramos dos cosas distintas como si un mismo objeto tiene varias características, como color y movimiento.

Un simple destello dirige la atención y revela que el cerebro alterna entre estímulos cada 250 milisegundos. Fuente: rends in Cognitive Sciences

Atención en competencia: cuando el cerebro tiene que elegir

En contextos con múltiples estímulos, diferentes grupos de neuronas se activan para procesarlos. Pero esas poblaciones neuronales compiten entre sí por recursos limitados. La teoría conocida como "competencia sesgada" sugiere que el cerebro resuelve esta pugna seleccionando a cuál de ellas prestar más atención en un momento dado.

Lo novedoso de este trabajo es que propone que la selección no es constante ni unificada, sino alternante y rítmica. Es decir, en lugar de elegir una sola información y suprimir la otra, el cerebro va y viene entre ambas. Esto se ha observado incluso cuando las personas no son conscientes de que están recibiendo dos imágenes distintas, como ocurre en ciertos experimentos donde se presentan estímulos diferentes a cada ojo.

La atención no se mantiene fija en un solo punto: oscila rítmicamente entre estímulos que compiten por entrar en nuestra mente, incluso cuando no somos conscientes de ello. Fuente: ChatGPT / E. F.

El muestreo atencional también ocurre sin que nos demos cuenta

Uno de los hallazgos más llamativos del estudio es que este ritmo de alternancia en la atención no requiere esfuerzo consciente. En palabras de los autores: "Este ritmo persiste incluso cuando la atención no está comprometida de forma consciente". Es decir, aunque sintamos que estamos completamente enfocados en algo, nuestro cerebro podría estar cambiando de foco varias veces por segundo.

Este descubrimiento tiene implicaciones profundas para comprender el comportamiento infantil. Muchas veces atribuimos la aparente falta de atención de los niños a la pereza, la falta de interés o incluso a desórdenes del desarrollo. Sin embargo, podría tratarse simplemente de una forma natural de funcionamiento cerebral. La atención rítmica sería una estrategia eficiente de selección, no un defecto.

La atención oscila más rápido cuando hay un solo estímulo, pero se ralentiza a 4 Hz cuando el cerebro reparte recursos entre dos. Fuente: rends in Cognitive Sciences

Cuando hay sobrecarga, el cerebro reparte turnos

El concepto de "muestreo atencional" se vincula con la idea de que el cerebro está constantemente tratando de resolver la sobrecarga de información. Como no puede con todo a la vez, establece una alternancia entre estímulos relevantes. En situaciones donde hay más de un objeto o tarea a la que prestar atención, el ritmo de muestreo se divide: de 8 a 4 veces por segundo, por ejemplo.

Esto sugiere que cuando un niño parece "distraído", tal vez solo está cambiando el foco en un ciclo natural, tratando de abarcar distintos elementos del entorno. En un aula, eso podría significar que está atendiendo alternativamente al maestro, al cuaderno y al compañero de al lado. En casa, entre la tarea, el perro y el sonido de la televisión.

No se trata de entrenar la atención como si fuera un láser

Durante mucho tiempo se ha insistido en la idea de que mejorar la atención consiste en convertirla en algo continuo y fijo, como un haz de luz que se mantiene sobre un objetivo. Pero la ciencia está mostrando que eso no se ajusta al modo real en que funciona el cerebro humano. Forzar a un niño a mantener la atención constante podría ser contraproducente si no se comprende esta naturaleza cíclica.

En cambio, podría ser más eficaz organizar el entorno y las tareas teniendo en cuenta estos ritmos. Permitir pausas breves, alternar actividades o reducir la cantidad de estímulos simultáneos puede ayudar a acompañar el funcionamiento natural de la atención infantil, en lugar de luchar contra él.

La neurociencia también da pistas para el diseño de entornos y tecnologías

Aunque este trabajo se centra en cómo percibimos visualmente, sus implicaciones van más allá de la visión. Según los autores, "esto podría ser un principio general, no solo para la atención visual, sino para cómo el cerebro gestiona la sobrecarga en todos los sistemas sensoriales". Es decir, lo que aprendemos sobre cómo alternamos la atención podría aplicarse a cómo escuchamos, tocamos, e incluso sentimos.

Estas ideas podrían influir en el diseño de aulas, interfaces tecnológicas, materiales educativos o terapias neuropsicológicas. Comprender los ritmos naturales del cerebro podría ayudarnos a acompañar mejor el aprendizaje y el bienestar de niños y adultos.

Referencias

  • Daniele Re, Flor Kusnir, Ayelet N. Landau. Attentional sampling resolves competition along the visual hierarchy. Trends in Cognitive Sciences, Volume 29, Issue 7, July 2025, Pages 543–555. https://doi.org/10.1016/j.tics.2025.06.004.

Recomendamos en