La gastritis es una afección causada por la inflamación o irritación de la capa interna del estómago y es muy habitual entre la población general, por tanto, puede afectar también a cualquier mujer embarazada. Suele producir dolores abdominales, náuseas, malestar e indigestión, entre otros.
Entendiendo la gastritis durante el embarazo
La gastritis durante el embarazo es una preocupación común de muchas mujeres. Esta afección puede intensificarse debido a los cambios físicos y hormonales que experimenta el cuerpo de la mujer durante este periodo.
¿Qué es la gastritis y cómo afecta a las embarazadas?
La gastritis es una inflamación del revestimiento del estómago, que puede causar una serie de síntomas incómodos. A diferencia del resto de personas, la distinción está en que los síntomas que pueden vivir las futuras madres son mucho más agudos. Esto se debe a que su sistema digestivo ahora mismo es más sensible y a que la propia condición de la mujer en esta etapa la hace ser más propensa a tener náuseas y vómitos de por sí.
La gastritis también puede complicarse debido a los hábitos dietéticos y el estilo de vida de la embarazada. La presión del bebé sobre el estómago y el incremento de hormonas como la progesterona pueden ralentizar la digestión, aumentando la probabilidad de que la madre experimente indigestión y malestar en el estómago.
Síntomas comunes de la gastritis en el embarazo
Al inflamarse la mucosa gástrica, el revestimiento del estómago, aparecen con ello una serie de síntomas. Los síntomas de la gastritis en el embarazo pueden variar según la persona, pero suelen incluir dolor abdominal, náuseas, vómitos y una sensación persistente de malestar. Lo más normal es tener sencillamente dolor de estómago localizado generalmente en la parte superior del abdomen. Este dolor puede ser constante o intermitente, y a menudo se acompaña de una sensación de ardor que puede ser bastante incómoda.
Las embarazadas pueden experimentar una pérdida de apetito y una sensación de empacho después de comer incluso pequeñas cantidades de comida. En algunos casos, los vómitos pueden contener sangre y las heces pueden volverse negras. En cualquier caso, lo mejor es consultar con el médico. Otros síntomas menos comunes pero posibles incluyen mal aliento, hipo y fiebre leve. En resumen, estos serían los principales síntomas:
- Dolor de estómago y en la parte superior del abdomen.
- Náuseas y vómitos.
- Ardor de estómago.
- Aparición de sangre en los vómitos y/o heces negras.
- Ausencia de apetito y sensación de empacho.
- Mal aliento.
- Hipo.
- Dolor de cabeza y fiebre (aunque no es muy habitual).

¿La gastritis afecta al bebé en el embarazo?
En general, la gastritis en sí misma no representa un riesgo directo para el feto. Sin embargo, los síntomas severos y persistentes pueden tener un impacto indirecto. Por ejemplo, la pérdida de apetito y los vómitos continuos pueden llevar a una desnutrición en la madre, lo que podría afectar el crecimiento y desarrollo del bebé. Es fundamental que las mujeres embarazadas mantengan una dieta equilibrada y adecuada a pesar de los síntomas de la gastritis.
Causas de la gastritis en mujeres embarazadas
Hay diferentes motivos que podrían estar causar esta patología:
- Presión que ejerce el bebé contra el estómago.
- Utilización de fármacos antiinflamatorios no esteroideos de manera prolongada.
- Consumo de alimentos picantes.
- Infección estomacal por la bacteria Helicobacter pylori.
- Abuso de alcohol, aunque teniendo en cuenta que para las embarazadas está prohibido su consumo, esta no debería ser una causa desencadenante.
Presión del bebé y su impacto en el sistema digestivo
A medida que el embarazo avanza, el útero va creciendo y ejerce una presión cada vez mayor sobre los órganos internos (incluido el estómago). Esta presión puede provocar un aumento de la acidez estomacal y contribuir a la aparición de síntomas de gastritis. La presión del bebé sobre el estómago también puede causar reflujo ácido, lo que a su vez irrita la mucosa gástrica y agrava los síntomas de la gastritis. Además, el aumento de la presión puede ralentizar el vaciado gástrico, lo que significa que los alimentos permanecen en el estómago por más tiempo del habitual. Esto puede llevar a una mayor producción de ácido gástrico y aumentar la probabilidad de indigestión y malestar estomacal.
Factores externos: antiinflamatorios, alimentos y bacterias
El uso de ciertos medicamentos, como los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) (como el Ibuprofeno) puede aumentar el riesgo de desarrollar gastritis durante el embarazo. Estos medicamentos pueden irritar la mucosa gástrica. En cualquier caso, las mujeres embarazadas deben consultar a su médico antes de tomar cualquier medicamento durante el embarazo.
Por otro lado, la dieta influye en la gastritis de la embarazada. El consumo de alimentos picantes, grasos o ácidos puede irritar el estómago y agravar los síntomas.
Rol de la infección por Helicobacter pylori
La infección por la bacteria Helicobacter pylori es otro factor que puede contribuir a la gastritis, ya que es una de las causas más comunes de gastritis en la población general y también puede afectar a las mujeres embarazadas. Esta bacteria puede estar presente en el sistema digestivo sin causar síntomas, pero durante el embarazo (que el sistema inmunológico puede estar comprometido) la bacteria puede causar problemas. Las pruebas y el tratamiento para esta infección deben ser realizados bajo la supervisión de un médico.

Prevención: cómo evitar la gastritis durante el embarazo
Para prevenir la gastritis durante el embarazo, lo mejor es ser conscientes de los alimentos y hábitos que pueden agravar los síntomas.
Alimentos y hábitos a evitar
Evitar el consumo de alcohol, que está contraindicado durante el embarazo, es básico. Además hay que limitar algunos alimentos que pueden sentar mal, como las especias, las comidas picantes y los alimentos grasos. Las bebidas con cafeína, como el café y algunos refrescos también pueden contribuir a la acidez estomacal. En lugar de eso, se pueden tomar opciones más suaves y saludables, como infusiones de hierbas o agua, que no irriten el estómago. También es recomendable evitar los alimentos procesados y azucarados que pueden aumentar la producción de ácido gástrico.
Y por otro lado, la forma de comer puede ayudar. Comer despacio y masticar bien los alimentos puede ayudar a facilitar la digestión y reducir la carga sobre el estómago. Así como hacer varias comidas pequeñas a lo largo del día, en lugar de pocas comidas grandes.
Recomendaciones dietéticas saludables
Las verduras cocidas, las frutas y los cereales integrales son opciones que proporcionan los nutrientes necesarios sin sobrecargar el sistema digestivo. Los productos lácteos (preferiblemente las versiones bajas en grasa y sin azúcares añadidos ), como el yogur y el queso, pueden ser beneficiosos para aliviar la irritación del estómago. Beber suficiente agua a lo largo del día también facilita la digestión, y es mucho mejor que tomar zumos concentrados y bebidas con gas.
Consejos para reducir el estrés y mejorar el bienestar
El estrés puede agravar los síntomas de la gastritis, y pueden ayudar las técnicas de relajación, como la meditación o el yoga prenatal. Mantener una rutina de sueño regular y asegurarse de descansar lo suficiente es importante siempre, y en esta etapa más. Dormir con la cabeza ligeramente elevada puede ayudar a reducir el reflujo ácido y mejorar la calidad del sueño. También es conveniente no comer justo antes de acostarse. Lo mejor es esperar un par de horas antes de ir a dormir, esto puede ayudar a que no se produzca reflujo.

Tratamiento de la gastritis: opciones naturales y médicas
- Eliminar de la dieta los alimentos picantes como salsas, especias o pepinillos, para reducir el ardor estomacal.
- Evitar alimentos de alto contenido graso como fritos y comida rápida o precocinados.
- Reducir el consumo de carbohidratos; las harinas no refinadas, las pastas y las carnes rojas hacen que el estómago se vea algo más resentido.
- No abusar del café y el té, una sola taza puede provocar acidez de estómago. Lo mejor será apostar por zumos de frutas evitando los cítricos que pueden provocar ardor.
- Limitar el consumo de azúcar. No eliminándola, pero sí prescindiendo de postres muy calóricos o la bollería industrial.
- Tener una buena hidratación. Se puede tomar agua y bebidas isotónicas.
- Al principio se puede seguir una dieta líquida y después ir incorporando progresivamente alimentos sólidos.
Remedios naturales para aliviar la gastritis
Existen varios remedios naturales que pueden ayudar a aliviar los síntomas de la gastritis durante el embarazo. Sobre todo, limitar los alimentos que la producen. Uno de los más efectivos es el uso de infusiones, que pueden calmar el estómago y reducir las náuseas. Estas infusiones deben ser consumidas con moderación y bajo la orientación de un profesional de la salud para garantizar su seguridad.
El uso de compresas calientes en el área del abdomen también puede proporcionar alivio del dolor y la incomodidad asociados con la gastritis. Aplicar calor suave puede ayudar a relajar los músculos del estómago y reducir la inflamación. Las embarazadas deben asegurarse de que las compresas no estén demasiado calientes para evitar cualquier riesgo de quemaduras. También conviene usar ropa suelta no muy ajustada.
Cuándo considerar el tratamiento médico
Si los síntomas son graves, persistentes o empeoran con el tiempo, es importante consultar a un médico para obtener un diagnóstico adecuado y considerar opciones. Cualquier medicamento debe ser prescrito por un médico en esta etapa y utilizado bajo su supervisión para garantizar la seguridad tanto de la madre como del bebé. Es mejor que las embarazadas no se automediquen y siempre busquen el consejo de un profesional de la salud.
Consultas y recomendaciones médicas durante el embarazo
Las consultas médicas prenatales son el mejor momento para preguntar sobre cualquier preocupación sobre la gastritis o sobre otros asuntos. No tengas miedo o vergüenza de preguntar todo lo que te preocupe, ya que hay dudas que pueden parecer sencillas pero en realidad son muy importantes. Los médicos pueden proporcionarte recomendaciones personalizadas para asegurar un embarazo más saludable. Por último, es importante que las mujeres embarazadas sigan las recomendaciones médicas y eviten cualquier tratamiento o suplemento no aprobado. La seguridad del bebé y de la mamá es la prioridad.