Durante la gestación, sufrir de ardor de estómago es una molestia muy común. Se trata de una afección que no es peligrosa, pero que puede llegar a ser bastante incómoda, tanto si estás embarazada como si no.
Eso sí, los cambios hormonales que se viven con el embarazo, potenciarán en mayor medida que puedas padecerlo. De hecho, es bastante habitual que todas las mujeres lo sufran en algún momento de su gestación.
¿Quieres saber cuáles son las causas que lo producen, identificar sus síntomas y algunos consejos que te ayudarán a aliviarlo? Te lo contamos aquí.
¿Por qué se produce?
La acidez o ardor de estómago se puede producir a lo largo de todo el embarazo. Al principio y durante las primeras semanas suele ser normal porque la cantidad de progesterona y de estrógenos relaja el tracto gastrointestinal y la comida se mueve más lentamente por el estómago, lo que provoca que las digestiones sean más pesadas.
Pero al final del mismo también, porque el tamaño del útero causa que el estómago y el intestino se desplacen y esto favorece que la comida y los jugos gástricos regresen hacia el esófago. Como este ácido es irritante, por eso se siente esa sensación de ardor tanto en la garganta como en el esternón.
Síntomas de acidez y ardor de estómago
Cuando una persona empieza a experimentar acidez de estómago, normalmente tras las comidas o al acostarse, estos son los síntomas más habituales que suelen acompañarlo:
- Sensación de quemazón en la boca del estómago.
- Dolor o molestia en el pecho debido al “ardor” o quemazón.
- Sabor ácido o amargo en la boca.
- Producción de saliva en exceso.
- Dolor de garganta.
- Dificultad para tragar la comida.
- Aparición de fatiga o náuseas.
- Pérdida de peso.
Consejos para aliviar el ardor
Como el alimento está más tiempo en el tracto digestivo, se puede decir que esta acidez tiene algún punto positivo porque el bebé recibe más nutrientes. No obstante, sigue siendo una sensación que todos queremos reducir cuando la presentamos. Toma nota de estos consejos para ayudar a aliviarlo:
- Realizar cinco comidas y que sean poco copiosas a lo largo del día, mejor que tres contundentes.
- Masticar los alimentos adecuadamente. Es importante no engullirlos y masticarlos bien para que se trituren correctamente.
- Evitar aquellos alimentos más propensos a provocar acidez: salchichas, chorizos, fritos… Si algún alimento te provoca una digestión pesada es mejor reducir su consumo.
- No comer alimentos con alto contenido graso o aquellos que sean muy fuertes o picantes.
- Tener una ganancia de peso no excesiva. El sobrepeso es una situación que potencia el reflujo de los jugos gástricos.
- Moverse después de las comidas o mantenerse en posición vertical. Para evitar la sensación de ardor, es mejor moverse o al menos no tumbarse inmediatamente, ni después de la comida con la siesta, ni por la noche cuando vayas a ir a dormir.
- Beber dos litros de agua al día, pero beber los líquidos entre las comidas, mejor que durante ellas.
- Usar una almohada para incorporar un poco el cuerpo y no permanecer en una posición horizontal por completo.