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¿Qué significa tener la placenta baja en la semana 20 de embarazo?

No es grave porque no es hasta la semana 28 o 29 cuando se habla de inserción baja de la placenta si esta no ha variado su posición.

En uno de cada 200 embarazos la placenta se inserta en la parte baja del útero. Es lo que se conoce como placenta previa. Es una anomalía porque su lugar natural es en el fondo del mismo o en sus paredes laterales, a una distancia adecuada del orificio uterino, que es el espacio que se dilata con las contracciones del parto para que el bebé pueda salir.

La placenta previa es una complicación del embarazo que no se puede evitar porque es imprevisible. Las causas pueden ser muy diversas: la edad avanzada de la madre, el número de embarazos previos, si alguno ha acabado en cesárea o si ha existido placenta previa -hay riesgo de recurrencia-, o el tabaco son algunas de ellas.

El síntoma más habitual que puede producirse a causa de este inconveniente es la hemorragia vaginal, que se produce porque el tejido de la placenta no es elástico y no puede adaptarse a los cambios del útero naturales del tercer trimestre del embarazo, provocando un desprendimiento del área de inserción de la placenta. Este sangrado ocurre generalmente entre la semana 28 y la 34, y se se produce antes, algo muy extraño, es porque la placenta previa es completa.

Consecuencias

Afortunadamente, la ciencia y la investigación, además de la excelente formación del personal médico especializado, ha limitado mucho las consecuencias de la placenta previa, que suele diagnosticarse con la suficiente antelación para poder tomar las precauciones necesarias y que no derive en un problema grave a medida que avanza el embarazo. Eso sí, hay una probabilidad muy alta de que el parto sea por cesárea.

Pero a buen seguro ya estarás al corriente de casi todos estos detalles sobre la placenta previa. En cambio, hay un detalle que suele crear mucha confusión al respecto: cuándo se diagnostica. Las dudas surgen porque durante el primer tramo del embarazo se sitúa bajo en muchas ocasiones y no se corrige hasta el tercer trimestre. Incluso si la ecografía del ecuador de la gestación, hacia la semana 20, la segunda entre las rutinarias. detecta que la placenta está baja, todavía no se habla de un caso de placenta previa.

No es hasta la 28 o 29 cuando ya sí se diagnostica como tal en los casos en los que la placenta no haya corregido su posición inicial. En este caso, ya sí se describe como inserción baja de placenta y el ginecólogo que controle el embarazo tomará las medidas de prevención que corresponden con un caso así, si bien depende de cómo funcione la placenta para que se aumenten o no las ecografías en el tramo final del embarazo.

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