¿Qué es y cuánto mide el saco gestacional por semanas?
Hasta que la placenta se convierte en el órgano que alimenta y protege al feto desde la semana diez del embarazo, aproximadamente, el saco embrional es el encargado de hacer lo propio con el embrión.
El saco gestacional son el conjunto de membranas que envuelven al feto (o embrión) hasta la semana 9-10 de embarazo. Está compuesto por la placenta y el amnios, y aparece por primera vez en la semana 4 de gestación, poco después de que el embrión se implante en el útero, cuando tiene un tamaño de 2 milímetros de diámetro.
El saco embrional dará lugar a la placenta alrededor de la décima semana de gestación, por lo que tiene una vida de aproximadamente 6 semanas. Durante este tiempo, su importancia es capital porque es la estructura encargada de acoger y proteger al embrión, al que además aporta los nutrientes que necesita.
Hacia la quinta semana de embarazo, el saco gestacional tiene un tamaño de 4-5 milímetros y suele ser lo primero que se aprecia en la primera ecografía. Es, por lo tanto, un indicador que confirma el embarazo, además de si se ha implantado el embrión en el endometrio o fuera del útero.
Evolución
Como estimación, los expertos valoran en 1,15 milímetros al día el crecimiento del saco gestacional. Es una cifra que se tiene muy estudiada porque es fundamental para conocer si el embrión está creciendo de la forma adecuada.
Teniendo en cuenta este dato, es sencillo saber cuánto mide el saco durante las seis semanas que está presente hasta que ya se puede hablar de placenta. En la seis, el saco embrional mide algo más de 6 milímetros; unos 7,30 milímetros en la semana 7 y 8 mm y medio en la octava. En la décima, momento en el que alcanza su tamaño máximo, no suele llegar por muy poco a los 11 milímetros.
A partir de este punto de la gestación, la placenta será el órgano encargado de proporcionar nutrientes y oxígeno al feto hasta el final del embarazo. Pero durante las primeras semanas del proceso, el saco gestacional es una estructura con un peso protagonista en la gestación porque, como ya hemos visto, protege al embrión, le alimenta y además es un indicador indispensable para los ginecólogos.