La diabetes es una enfermedad en la cual el cuerpo no puede utilizar los azúcares y almidones (carbohidratos) que recibe de los alimentos para producir energía.
Puede ser que el cuerpo no produzca insulina, la produzca en poca cantidad o no la pueda aprovechar para transformar esos azúcares y almidones en energía. Como resultado, se va acumulando azúcar en la sangre.
Las mujeres con diabetes que planeen quedarse embarazadas deben tener bien controlada su enfermedad y seguir un control estricto por parte de su ginecólogo y su endocrino.
Tal y como explican Eva Salgado y Mónica Lázaro Melgar, educadoras en diabetes de la Unidad de Endocrino-Nutrición del Hospital de Fuenlabrada (Madrid), "una mujer embarazada con diabetes debe tener los mismos cuidados que una sin diabetes, pero realizando un control más estricto de la glucemia". Los aspectos de la rutina diaria a los que prestar atención son: alimentación saludable, ejercicio y administración del tratamiento pautado.
Alimentación para mujeres embarazadas con diabetes

Constituye un punto clave tanto en el embarazo como en el control de la diabetes. Entre las recomendaciones, las expertas destacan:
- Seguir una dieta equilibrada y variada.
- Realizar 5 comidas distribuidas a lo largo del día (por la noche no es conveniente estar más de 8-9 horas sin comer nada).
- Para mantener los niveles de glucosa en un nivel óptimo, es posible que haya que limitar los hidratos de carbono (panes, cereales, fruta y leche) y aumentar la ingesta de proteína y grasas saludables.
- Los lácteos deben estar pasteurizados.
- Incluir comidas con mucha fibra (frutas, vegetales, panes integrales, cereales, legumbres). Estos alimentos se absorben de forma más lenta que los HC simples (harina blanca y azúcar) y ayudarán a que los niveles de azúcar en sangre no se eleven demasiado rápido después de las comidas.
- Es aconsejable tomar un puñado de frutos secos naturales al día.
- Limitar el consumo de carnes grasas, vísceras y algunos derivados cárnicos (salchichas, hamburguesas...).
- Tomar solo los embutidos más magros (jamón cocido, pechuga de pavo y pollo).
- Evitar los alimentos y bebidas que contengan azúcares simples (pasteles, dulces, gaseosas, leche). Estas comidas pueden elevar rápidamente el nivel de azúcar en la sangre.
- Si tomas hierro, es preferible hacerlo fuera de las comidas (con unas gotas de limón natural en el agua) y nunca con leche, té o café.
- Si consumes cacao en polvo, debe ser “zero” y sin azúcares añadidos.
- Cocinar sencillo: a la plancha, vapor, horno, cocido, guisos y sofritos.
- Evitar los fritos, rebozados y precocinados.
- Evitar snacks salados, como patatas fritas, galletas, pizzas, barritas de cereales, hamburguesas, bollería y productos precocinados.
- Lavar siempre muy bien las verduras y frutas (con lejía alimentaria).
- Procurar tomar alimentos frescos.
- Endulzar, si fuera necesario, con edulcorantes.
Controles para las mujeres embarazadas con diabetes

Debido a que la diabetes gestacional o diabetes franca aumentan el riesgo para la madre y el bebe durante el embarazo, el ginecólogo estará pendiente de lo siguiente:
- Valorar el crecimiento y bienestar fetal así como la presencia de posibles complicaciones.
- Vigilar el bienestar materno y descartar complicaciones asociadas.
Según las especialistas: “Estos objetivos requieren un seguimiento más estrecho y conjunto del equipo de obstetricia y del endocrino. Concretamente, si la mujer tiene un mal control metabólico se iniciará un control cardiotocográfico fetal a las 36-37 semanas (según protocolo de cada centro) con una periodicidad semanal. A su vez, a las ecografías habituales se recomienda añadir un estudio ecográfico a las 30 semanas para detectar precozmente la presencia de macrosomía (feto grande)”.
El seguimiento por parte del equipo de endocrinología y la educadora es fundamental en este periodo y los controles se realizan con mayor frecuencia. Las visitas se dan con una periodicidad entre 1 y tres semanas para control glicémico, alimentación, ejercicio y ajuste de insulina si fuera necesario.
Además, a estos controles se unen:
- Control oftalmológico (fondo de ojo en el primer trimestre, salvo que en los últimos seis meses tenga uno normal).
- Microalbuminuria en orina en el primer, segundo y tercer trimestre.
Los niveles de glucemia recomendados por las sociedades de diabetes son más estrictos durante el embarazo, siendo el objetivo de control entre 63-140 mg/dl. El control glucémico que se busca es lo más cercano al de una mujer sin diabetes embarazada.
Para ese mayor control, serán necesarias las siguientes herramientas:
- Una educación diabetológica de calidad tanto a la mujer como a su familia.
- La monitorización de glucosa intersticial con sensores flash o continuos de glucosa. Con sus alarmas ayudan a predecir y prevenir esas hipoglucemias.
Suplementos y medicación

Como toda mujer embarazada, se deben tomar suplementos nutricionales:
- Ácido fólico para prevenir defectos del tubo neural, como mínimo, un mes antes de la concepción y hasta las 10-12 semanas.
- Yodo para disminuir el riesgo de alteración en el desarrollo neurológico fetal secundario a hipotiroxinemia.
Las educadoras en diabetes indican esto: “Respecto al tratamiento de la diabetes, los fármacos orales como las sulfunilureas o metformina, atraviesan la barrera placentaria, por lo tanto pueden llegar al feto. Hasta ahora no hay estudios de seguridad en gestación para el uso de antidiabéticos orales a medio y largo plazo. Algunas sociedades recomiendan el uso de metformina en determinadas situaciones y siempre bajo la supervisión del prescriptor”.
Los niveles óptimos
Tanto si se padece diabetes tipo 1 como tipo 2, el control es similar. “Habrá que individualizar dependiendo del control previo a la gestación y durante la misma. Es muy importante el control preconcepcional. Se aconseja la búsqueda de gestación en mujeres con diabetes si la HbA1C es menos a 6,5 % en dos analíticas consecutivas (separadas al menos de un mes), en caso de cifras mayores, se trabajará para conseguir ese objetivo antes de quedar embarazada”, explican las especialistas.
No hay que olvidar que la base del tratamiento en la diabetes gestacional es la modificación del estilo de vida respecto a alimentación y ejercicio. Si aun así no se consigue un buen control, se ayudaría con insulina.
Según las expertas:“El embarazo es una etapa de la vida de una mujer en la que se está muy receptiva en general al autocuidado, con lo que es un momento ideal para adquirir hábitos saludables que no solo sirvan durante el embarazo, sino para después".
En el caso de la diabetes gestacional, es muy importante realizar un seguimiento posparto. "A las 6-8 semanas del parto se realizará una SOG (sobrecarga oral de glucosa) y los resultados se valorarán según criterios de la American Diabetes Association (ADA)”.
Motivos para cuidarse
Diferentes estudios han demostrado que el riesgo de malformaciones fetales está relacionado con el mal control glucémico en las primeras 6-8 semanas de gestación. Por este motivo, la optimización del control debe iniciarse antes de la concepción, cuando la mujer tiene deseo gestacional, para realizarle un seguimiento estrecho por parte del equipo de endocrino.
Según las expertas los casos en los que se desaconsejaría el embarazo son: “Si la mujer sufre una nefropatía grave, una cardiopatía isquémica, una retinopatía proliferativa con mal pronóstico visual o una neuropatía autonómica grave”.
Complicaciones
La diabetes gestacional o diabetes franca aumenta el riesgo para la madre y el bebé durante el embarazo:
- Riesgo de hipertensión arterial, incluso en la forma más grave de la gestación (preeclampsia).
- Riesgo de mayor líquido amniótico.
- Riesgo de parto prematuro.
- Feto de gran tamaño.
- Hipoglucemia.