Rigoberta Bandini y Leticia Sala, cuando la maternidad atraviesa la obra del artista

Agradezco estas voces que permiten que sus canciones y poemas beban de su condición de madre, sin complejo ni miedos, abanderando un nuevo tipo de maternidad valiente. 
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Ya lo dice Rigoberta en uno de sus temas más exitosos del último año "y ahora sólo te puedo escribir canciones de amor a ti". Y es que la maternidad es una experiencia que atraviesa a la mujer condicionando toda su existencia, y por consiguiente, su obra.

Paula Ribó nos elevó a las madres y a nuestros caldos a categoría de diosas con su himno "Mamá", antes incluso de dar a luz, como si previera la ola que le venía, como si la canción de la "teta fuera" pudiera ayudarla a romper la crisálida de la que saldría, meses después, con bebé en brazos y convertida en un nuevo ser. 

Es una realidad que ser madre te sacude y a veces, con suerte, incluso te coloca en el lugar correcto. Las mujeres llevamos años intentando disimular cualquier cosa que haya cambiado después de dar a luz: la barriga, las preocupaciones, los gustos, etc. Por eso hemos de estar agradecidas con esta nueva generación de artistas que admiten que sí, que ahora solo les apetece y les sale escribir de sus hijos, de su nuevo yo, del nuevo mundo que observan bajo la lente de la gravidez.

Yo misma, me censuro a menudo para no hablar en exceso de lo mismo, para no parecer una madre aburrida a la que se le ha olvidado cualquier otra cosa que no tenga que ver con su descendencia. Y Paula, o Rigoberta, como es conocida artísticamente, es pura inspiración para no sentirme culpable de que mis hijos sean mi tema más recurrente. 

Entre mis placeres culpables, además de cantar "quiero ser una perra" a pulmón, también está el de refrescar el Twitter de Leticia Sala, a ver qué palabras ha vuelto a conjugar magistralmente para contarme lo que siento como madre. 

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Esta joven escritora, que ya ha sido definida como la voz de una generación,  no se priva tampoco a la hora de reconocer la maternidad como la experiencia que más la ha atravesado hasta el momento y de la que, como es natural, beben muchos de sus textos. Le da mucha pena, ha confesado en alguna ocasión, que la maternidad esté considerado un "tema menor", para un colectivo muy reducido, cuando la realidad es que es el asunto más universal y transversal que existe.

¿No será -y ahora retomo yo la palabra- que esto huele a patriarcado? Que interesa que las mujeres seamos madres, pero no tanto que reflexionemos sobre cómo nos sentimos al serlo, no vaya a ser que se nos ocurra intentar cambiar algo.

Os invito a deconstruir la idea de mujer valiente, como la que carece de debilidades, y a fijarla en esta otra, en la que las reconoce, las abraza, las escribe y las canta. 

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