Embarazo y fiebre, ¿cuándo debo preocuparme?

El desconocimiento de lo que puede haber provocado esta reacción en el cuerpo aumenta en la futura madre durante el período de gestación por motivos obvios, pero no todas las señales de alarma son igual de preocupantes en caso de que aparezca la fiebre.
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Aunque las urgencias médicas es un recurso público del que, en general, la sociedad española debería hacer un uso más responsable, hay situaciones especiales en las que ante la mínima duda conviene hacerlo. Es el caso excepcional de las mujeres embarazadas, que además de proteger su propia salud, como el resto de ciudadanos, tiene que hacer lo propio con la vida que está creciendo en su interior. Y durante el proceso de gestación el cuerpo experimenta sensaciones absolutamente desconocidas en muchos casos para la embarazada, de forma que ante cualquier síntoma preocupante y desconocido es recomendable ponerse en manos de un especialista. Pero, ¿y qué pasa cuándo el síntoma que aparece es de sobra conocido como una fiebre, por ejemplo?

La fiebre es uno de esos síntomas que pueden aparecer durante los nueve meses de gestación al que sí conoces bien ya que nos acompaña prácticamente desde el nacimiento, asomándose de vez en cuando -en unas personas más que en otras- en nuestras vidas. Es este uno de los síntomas que más desconciertan a una mujer embarazada, puesto que conoce bien esa sensación desagradable que provoca un proceso febril pero no lo que lo ha desencadenado. Y es ahí donde el cerebro, herramienta muy potente cuando se pone a funcionar a pleno rendimiento, empieza a centrifugar ideas, unas más descabelladas que otras. 

Preocuparse, antes o después, es consecuencia directa de este mar de dudas en el que has entrado por la mezcla de desconocimiento y preocupación que tiene lugar en tu interior. Para que esto no pase, o por lo menos pueda ser limitada al máximo esa incertidumbre que puede tener peores consecuencias -nervios, ansiedad, insomnio, etc.- que la propia fiebre, es recomendable saber con antelación a que esta aparezca cuándo es realmente preocupante que haga acto de presencia a lo largo del embarazo. 

Atenta a los síntomas

Antes de entrar en las dos señales de alerta que sí son para empezar a preocuparse cuando se dan en una mujer embarazada con fiebre, hay que aclarar un detalle que suele confundirse: la fiebre como tal no afecta al desarrollo del bebé; lo que sí puede hacerlo es la causa que provoque esa reacción del cuerpo, que al fin y al cabo es lo que la fiebre. 

Esta es un indicador inconfundible de que algo anómalo sucede en el cuerpo. Puede ser simplemente un catarro o una gripe, pero también es posible que detrás de ella se esconda algún tipo de infección grave que sí puede tener consecuencias en el desarrollo del feto. Por eso es fundamental prestar atención a dos factores en concreto: la temperatura exacta y los síntomas asociados al proceso febril. 

Por norma general, los expertos recomiendan que si la fiebre se dispara por encima de 38 grados ya es motivo de consulta médica para una embarazada. Para evitar riesgos. No quiere decir esto que según suba el mercurio a los grados citados haya que salir disparada a urgencias -recuerda además que siempre puedes acudir primero, si la cuestión no requiere de la inmediatez de las urgencias de un hospital, a la matrona que lleva tu embarazo en el centro de salud-, sino que es un primer indicador para planteárselo si no baja rápido, en especial si no lleva asociada ningún síntoma claro, o estos son todavía más preocupantes. Hay excepciones que en principio animan a mantener la calma y esperar un poco la evolución del proceso febril; por ejemplo, que sea una consecuencia de la mencionada gripe. 

Señales de alarma

¿Qué es un síntoma asociado preocupante? El hecho de que no haya síntomas claros asociados a la fiebre ya lo es, siendo conveniente en este caso extraño descartar un problema mayor poniéndote en manos de un especialista. Además, uno de los más graves son los vómitos y náuseas persistentes, sobre todo en el primer trimestre, como bien le contó a la agencia Efe la matrona Rosabel Molina Olías al mencionar este doble síntoma como una de las tres causas que son motivo obligatorio de visita inmediata a urgencias.

Una infección de orina, pérdida del líquido vaginal, diarrea, dolor profundo abdominal o dolores de cabeza prolongados y recurrentes son otros síntomas que de aparecer en compañía de la fiebre en una mujer embarazada son una señal inequívoca para preocuparse por lo que ocurre. 

Ojo, quizá no sea nada, pero en estos casos lo mejor es siempre actuar en consecuencia lo antes posible acudiendo a urgencias para que sea un especialista médico el que diagnostique el problema de salud que está provocando esa reacción violenta del cuerpo. De hecho, la gran mayoría de los síntomas mencionados son motivo de visita al hospital por sí solos, independientemente de si también ha subido la fiebre o no. 

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