Vivimos en una época en la que la tecnología está en todos lados, también en las manos de nuestros hijos e hijas. Y aunque muchas veces nos resulta útil para entretener, enseñar o incluso calmar, también debemos recordar que la ciencia ya ha demostrado de sobra el verdadero impacto, a menudo negativo, de las pantallas en su desarrollo, especialmente si se abusa de ellas. Sobre todo si se utilizan en momentos delicados del día como antes de ir a dormir.
La psiquiatra y divulgadora Marian Rojas Estapé ha compartido en varias ocasiones su preocupación sobre el uso excesivo de dispositivos en niños y adolescentes. Sin ir más lejos, en declaraciones recientes, la experta en salud mental ha subrayado la necesidad de tener especial cuidado con la gestión de las pantallas durante la crianza de los hijos en las edades tempranas de estos.
Los más pequeños están en una etapa especialmente sensible. Abusar de las pantallas en esta fase puede tener efectos negativos en distintas áreas: desde problemas de atención y alteraciones en el sueño, hasta una mayor irritabilidad o dificultades para gestionar la frustración.
Cuando las pantallas ocupan demasiado espacio en su rutina diaria, dice Marian Rojas Estapé, se pierde algo esencial: el tiempo para jugar, leer, aburrirse, explorar y conectar con sus emociones y con las personas reales que los rodean. En definitiva, se pierde infancia.
La psiquiatra sustenta su argumento en la recomendación de pantallas 0 hasta los 6 años de edad que la Asociación Española de Pediatría (AEP) incluye en su guía digital para familias. No se trata de prohibir la tecnología, sino de entender cómo, cuándo y para qué se utiliza. Porque educar también es acompañar en lo digital, y los expertos abogan por limitarlas al máximo hasta la entrada en primaria.

Por qué evitar pantallas antes de dormir
Uno de los momentos más delicados para el uso de dispositivos es justo antes de acostarse. Ver una serie, jugar o revisar redes sociales en la cama se ha vuelto habitual, pero esta práctica afecta directamente al descanso. Ocurre con los adultos y también con los niños y adolescentes.
Marian Rojas Estapé advierte que el cerebro necesita desconectarse gradualmente para poder entrar en modo reposo. Cuando usamos pantallas hasta el último minuto, rompemos ese proceso natural. La luz azul y la sobreestimulación mantienen el sistema nervioso en alerta, lo que retrasa la conciliación del sueño y empeora su calidad.
Esto, a largo plazo, puede generar insomnio, cansancio crónico e incluso dependencia de medicamentos para dormir. Por eso, la transición al descanso debe comenzar al menos una o dos horas antes de ir a la cama. Crear una rutina nocturna relajante es mucho más eficaz que cualquier pantalla.

En verano, mindfulness digital en familia
Marian Rojas Estapé aconseja aprovechar las vacaciones de verano para hacer lo que ella llama "mindfulness digital" en familia. Según la psiquita, ahora que se acercan las vacaciones estivales, puede ser una gran oportunidad para revisar cómo usamos la tecnología en casa.
La propuesta de Marian Rojas es sencilla pero poderosa: practicar el mindfulness digital, es decir, ser conscientes del uso que damos a la tecnología y empezar a relacionarnos con ella de una forma más sana, menos automática y más presente.
Consejos para un uso más consciente de la tecnología en familia
Estos consejos prácticos compartidos en sus redes sociales por la propia Marian Rojas Estapé os pueden ayudar a lograr el objetivo de desintoxicaros todos, pequeños y mayores, de las pantallas durante los meses de verano.
- Marca tiempos de pantalla según la edad, pero también espacios libres de dispositivos (como las comidas o el coche).
- Apaga pantallas al menos una hora antes de dormir.
- Sustituye ese tiempo por libros, música suave, conversaciones o juegos tranquilos.
- Usa la cama solo para descansar. El cerebro debe asociarla con sueño, no con estímulos.
- Si necesitas el móvil por la noche, activa el modo nocturno o filtros de luz cálida.
- Crea una rutina nocturna con pasos sencillos: ducha, lectura, respiración profunda, escribir…
- Evita el alcohol como “ayuda para dormir”: puede empeorar el sueño profundo.
- Guarda los dispositivos fuera del dormitorio o actívalos en modo avión.
- Haz pausas conscientes del uso digital durante el día: sal a pasear, desconecta notificaciones, observa tu entorno.
No se trata de hacerlo perfecto, sino de dar pequeños pasos con intención. Acompañar a los hijos e hijas también es enseñarles a cuidarse en un mundo donde la tecnología no se apaga sola. Esta pausa de verano puede ser el comienzo ideal, según Marian Rojas Estapé.