La relación entre los humanos y los perros trasciende lo emocional. Según investigaciones y experiencias recogidas en obras como Vivir feliz con mi perro, de David Ordóñez Pérez, esta conexión aporta beneficios tangibles al bienestar psicológico de las personas. David Ordóñez es Fundador y CEO de Perruneando España, además de coordinador y docente del Máster Universitario en Intervención Asistida con Animales de la Universidad de Jaén y la Universidad Internacional de Andalucía. Es conferenciante, comunicador y colaborados de la Cátedra Animales y Sociedad, de la Universidad Rey Juan Carlos, de Madrid y autor de distintos libros sobre la relación de las mascotas y los humanos.
La conexión con un perro, como explica David Ordóñez Pérez, no es solo un vínculo emocional, es una simbiosis que enriquece tanto a humanos como a animales por lo que es importante aprovechar esta relación para promover tu bienestar y el de los que te rodean, especialmente en una etapa tan significativa como el embarazo. Siempre teniendo en cuenta que las mascotas no son juguetes, son seres vivos que merecen respeto y cariño por nuestra parte.
Especialmente durante el embarazo y el posparto, el vínculo con un perro puede ser un valioso apoyo emocional para las madres ya que vivir con animales domésticos en el embarazo, como puede ser un perro, puede reducir el estrés, promover la actividad física y fortalecer los vínculos afectivos, mejorando así la salud mental materna.
Tener un perro durante el embarazo y el posparto no solo aporta beneficios emocionales, sino que también contribuye a la salud física de la madre y del bebé. La relación humano-perro es un ejemplo perfecto de cómo la convivencia con animales puede mejorar nuestra calidad de vida. Si estás embarazada o planeas estarlo, considera cómo un perro puede ser un aliado para ti y tu familia. Desde reducir el estrés hasta fomentar un estilo de vida activo y saludable, los beneficios son innumerables.
Un aliado emocional
El embarazo es una etapa maravillosa, pero también puede ser estresante. Cambios hormonales, preocupaciones por el bebé y ajustes en la vida cotidiana pueden aumentar los niveles de ansiedad. Aquí es donde los perros juegan un papel crucial.
Según Beth Frates, experta en comportamiento humano y colaboradora del Hospital General de Massachusetts, los perros nos ofrecen un sentido de pertenencia y propósito. Su capacidad para vivir en el momento presente enseña a sus dueños a desconectarse del ruido mental y centrarse en el “aquí y ahora”. Esta práctica de atención plena, tan natural en los perros, puede ser un bálsamo para las futuras madres.
En el ámbito emocional, los perros también destacan por ser maestros de la atención plena. Además, la simple interacción con un perro, como acariciarlo o mirarlo, reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y aumenta la producción de oxitocina, conocida como la "hormona del amor". Esta respuesta fisiológica puede ser clave para mantener la tranquilidad durante el embarazo y ya hay estudios científicos que demuestran que los animales de compañía ayudan a los niños a sentirse menos solos en su día a día.

Vínculos afectivos reforzados
Los perros son compañeros leales que no juzgan y están siempre presentes. Durante el embarazo y el posparto, cuando las emociones pueden estar a flor de piel, este tipo de apoyo incondicional es invaluable.
En su libro, David Ordóñez Pérez destaca cómo la relación humano-perro no solo beneficia a las personas, sino que también fomenta un vínculo emocional profundo que trasciende las diferencias entre especies. Este vínculo puede reforzar la sensación de conexión en una etapa donde las madres pueden sentirse más vulnerables.
En el posparto, cuando muchas mujeres enfrentan el "baby blues" o incluso depresión posparto, la compañía de un perro puede proporcionar estabilidad emocional. Estudios como los realizados por la Universidad de Alberta han encontrado que la convivencia con un perro no solo beneficia a las madres, sino también a los recién nacidos, promoviendo un entorno familiar más armonioso.

Un impulso a una vida más activa
El embarazo puede limitar la movilidad en algunos casos, pero caminar con un perro es una actividad física suave y beneficiosa. Estudios como los de la Universidad de Harvard señalan que las personas con mascotas son más propensas a realizar ejercicio diario, una práctica crucial durante el embarazo para mantener una buena salud física y mental.
Un perro no solo motiva a las futuras madres a salir al aire libre, sino que también fomenta el contacto con la naturaleza, lo cual tiene efectos positivos en el estado de ánimo y reduce síntomas de depresión. Estos paseos, aunque breves, son momentos perfectos para liberar tensiones y reconectar con el entorno.
Beneficios inesperados
El estudio de la Universidad de Alberta revela otro dato sorprendente: convivir con un perro durante el embarazo puede disminuir las posibilidades de transmisión de infecciones estreptocócicas al bebé durante el parto. Esto se traduce en una menor probabilidad de problemas graves como neumonía o infecciones de la piel en los recién nacidos.
Este efecto puede deberse a la exposición temprana a ciertos microorganismos beneficiosos presentes en los animales, que fortalecen el sistema inmunológico del bebé incluso antes de nacer.

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